Strawberry [EunHae]

5.

Claramente DongHae no estaba dispuesto a depositar su confianza en las palabras lanzadas al aire por una persona que más empeño tenía en actuar por beneficio propio que por reflejar una actitud solidaria y considerada hacia él. Esto, evidentemente, no significaba que estuviera restándole importancia a lo que abiertamente sugirió HyunWoo sobre ese "compromiso" que limitaba a Hyukjae de lo que sea que tuviera en mente. Hae pensaba en la posibilidad de que aquello fuese verdad. Claro que le nacía una incomodidad insólita, pero molestarse o sentirse ofendido no era del todo viable.

El hecho de referir que Hyuk le "escondía" aspectos de su vida conllevaba una cuestión altamente proporcional a decir que había muchísimo más sin saber o decir todavía. Si no lo había visto desde hace buen tiempo lo normal era que no supiera ni la mínima parte de su vida atendiendo a ese paradigma de que la gente cambia incluso en cuestión de horas. Por lo tanto, que HyunWoo se valiera de hablar a espaldas de Hyukjae no tenía por qué darle intranquilidad considerando que DongHae apenas se reencontraba con él.

Y cuchicheando en confines mucho más personales ni él mismo sabía qué quería en esos momentos. Estaba sin ánimos de interactuar con HyunWoo aunque su trabajo lo ameritara y, como es obvio, la misma postura perseguía con respecto a Hyukjae. Seguía sin creer que el pelinegro hubiese regresado a Corea. Menos en las circunstancias en las que se encontraban. ¿Qué tanta suerte debía existir en un rubro de meras casualidades para que, precisamente, de todas las empresas de Corea, de todas las provincias, de todas las ciudades y de todas las regiones fuera justamente Gaen-art donde Hyuk trabajara para lo que se veía como una cuestión demasiado fija y estable?

Los sentimientos del castañito estaban mezclados hasta en lo que antes tenía bien firme. Ese Hae que durante buenas temporadas afirmó que volver al ver a Hyukjae (de la manera que sea) tendría una sonrisa para recibirle cómodamente sin importar el estatus de su relación ahora se tambaleaba de golpe. No es que lo despreciara por su regreso. Discurriendo firme y seriamente el escritor nunca guardó en su corazón un sentimiento rencoroso que pudiera afectar a su forma de visualizar a aquel hombre. Siempre impuso el respeto ante la imagen de su exnovio que, a pesar de haberle sacado tremendos lagrimones en su partida, no le despertó esa intención de odiarlo o despreciarlo por haberse ido.

DongHae almacenaba los más dulces y puros sentimientos hacia el Gatito. Y claro que le daba gusto tenerlo cerca. Claro que se sentía dichoso de mirarle después de tanto tiempo. La cosa es que estaba tan lastimado por sus experiencias durante los últimos tres meses que abrir los brazos al pasado le dolía en esta constante comparación sobre lo que fue y lo que era en el presente. El castañito, ahora mas que nunca, era consciente de lo diferente que se volvió en cuestión de días. Donde, por cada alegría que atravesaba su ser también iba implementada una decepción y una tristeza enormes.

No sólo con respecto a los tratos que recibió por parte de su segunda expareja y que ya eran más sencillos de analizar a partir de la ruptura donde sus ojos esclarecieron para revelarle la realidad cruda detrás de lo que él consideraba un noviazgo "maduro" y "renovado". Lee DongHae se encontraba decepcionado de sí mismo. Envuelto en incontenibles revestimientos de rechazo que lo revolvían entre la culpa y el rechazo. ¿Qué pensaría Hyuk de saber a qué extremos llegó al estar con HyunWoo? ¿Qué diría? ¿Cómo lo miraría? Suficiente tenía Hae con lo que enfrentó tras el derrumbe como para, además de eso, soportar que el pelinegro le obsequiara una mirada de lástima o de desilusión.

Había mucho en lo que Hae necesitaba trabajar. E independientemente de ese lado extremista que también infería aspectos negativos con respecto a Hyukjae, lo más importante recaía en sus propias voluntades. DongHae ciertamente no quería pasarse toda la vida tristeando, pero era tan reciente el colapso en su última relación que exigirse salir de ahí con premura conllevaría una crueldad irreparable en la que el luto de esa relación no tendría la sanación adecuada.