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La significación ideal para representar el estado actual de la semana, sin lugar a duda, es: tediosa. Linda, pero complicada. DongHae acogió un balance para contribuir a que Hyukjae no se volviera loco en el transcurso de los días. Hacía bastante para darle tranquilidad en su actual estado vegetativo, pero al final no era del todo suficiente para contrarrestar el factor físico. Es decir, el ánimo del pelinegro se contagiaba fácilmente de los entusiastas estímulos de su castañito, pero de vez en cuando los dolores le llevaban a maldecir y arrugar el entrecejo en vista de que la medicina no contaba con un componente milagroso que de la nada desapareciera las punzadas o la tensión entre sus dedos.

Evidentemente esto nunca significó darle una mala cara al duraznito. Pero sí había momentos en los que necesitaba concederse treguas ante el naufragio de su avance. Dentro de todo, el progreso era acorde con su situación. Hyukjae renegó principalmente con la visita de sus hermanos y sus padres quienes no dudaron en advertirle que debía quedarse quieto en cama y que dejara de tomar la actitud de superhéroe para querer volver al trabajo en la primera oportunidad. Ese día casi se le sale la espuma de la boca igual que cuando sus rabietas a los seis o siete años después de que MyungHee le negara ir a jugar estando agripado.

De hecho, la imagen fue más o menos similar. Tami y Byung en su estado más bobo e inmaduro haciéndole muecas al menor de los Lee mientras mamá y papá se colocaban al frente reprendiéndolo y enlistándole punto por punto las instrucciones exactas para un cuidado prudente. E igual que en aquellos años, Hyuk volvió a cruzarse de brazos mientras desviaba el rostro queriendo ignorar a todo el mundo y aguantándose las ganas de gritarles que lo dejaran dormir o el dolor de cabeza estallaría (cosa que no siempre era cierta).

Tal cual un cascarrabias que, por cierto, al final no hizo gran escándalo por quedarse en casa. Su interior vivaracho y extrovertido pudo controlarse. ¿El motivo? Un chiquillo que, colocado en una esquina de la habitación, presenciaba los regaños con una dulce sonrisa de complicidad que Hyuk consiguió descifrar después.

Y es que, minutos posteriores a que la familia Lee se retirara del apartamento de la feliz pareja, Hae ayudó a su chico a transportarse a la sala para estirarse, caminar un poquito y así sentir las piernas. Juntos anduvieron por el pequeño apartamento como si se pasearan por un enorme parque veraniego de esos que tanto anhelaban visitar juntos en un futuro. Por ahora, lo único que quedaba era resignarse a la vista limitada de la sala, la entrada de la cocina y el inicio del pasillo que conducía a la habitación.

De cualquier forma, el paisaje y la reducción del espacio no desencadenaron pesar alguno en ellos. Hae escuchó entre risas las quejas del otro. Y Hyuk dejó que su ser por fin pudiese desahogarse de cuán "injusta" era su familia por tratarlo como si fuera un tonto niño pequeño que no pudiese atender de su mano rota por haberse molido a golpes con un salvaje (nótese el sarcasmo). La plática englobó sobradas tramas. No de forma tan profunda o seria. Sólo eran ellos dos andando como bobos en ese pequeño lugar y mirándose entre sonrisas que delataban lo dulce que era pasar una tarde tranquila juntos. Encerrados en un mismo espacio, pero sintiendo que exploraban el universo entero a través de la compañía mutua. Algo cálido y hogareño.

El recorrido no rebasó los cinco minutos. Hae temía que Hyuk se esforzara de más y que eso le cobrara factura en un par de horas con nuevos dolores y pinchazos. Así pues, con un beso en la frente y una caricia sobre el mentón, le pidió con gentileza que esperara por él mientras preparaba la cena de ambos. Hyukjae jamás rezongó tratándose de DongHae. Y menos en ese tipo de contexto en el que al castañito comenzaba a hacérsele costumbre tomarlo desapercibido para debilitarlo.

Debía ser una rara estrategia recién desbloqueada o algo parecido. En esencia, Hae no hacía gran cosa para tenerlo contento en el sentido de que todo el tiempo estuviese revelándose contra las instrucciones de la familia Lee para la recuperación de Hyukjae. Porque aquellas eran simples y vanas excepciones. Si acaso lo que hacía era adaptarlas para que el pelinegro no lo pasara tan mal. Pero no le permitía cosas tan extremas como, por ejemplo, salir al centro comercial o volver al trabajo. Así pues, insistir en una explicación prudente para entender por qué Hyukjae se sometía tan fácilmente tratándose de Hae es algo incluso risible. ¿Qué otra explicación se necesita salvo que se trata, precisamente, de Hae?

Strawberry [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora