Un tonto sin remedio.
Eso parecía ser Lee Hyukjae ante los ojos de cierto chico que claramente encontraba envidiable y reparador el toparse con su amigo en circunstancias tan peculiares. Pero que también creía que una parte suya se había esfumado de repente para dar lugar a un sujeto absurdo que de la nada andaba por la vida sonriendo como idiota cada vez que se arrastraba en sus pensamientos.
"Lo hemos perdido", pensaba YooHan a quien, según la distribución de los escritorios, le correspondía quedar de frente con el pelinegro.
No era para menos. Aún sin necesidad de hablar o hacer algún tipo de aclaración el aura de Hyukjae se iluminaba por sí sola. El tipo era todo sonrisas y amabilidad. Y, claro, no es que éste gozara de un mal temperamento o una falta de simpatía que demostraran que los cambios de su estado de ánimo eran abismales y certeros. Pero las diferencias sí que destacaban al menos para la gente de su círculo más cercano. Más todavía hablando de personas como YooHan que en parte eran observadores innatos, pero algo de chismosos traían enlazado en su sistema. Estaba claro que para él sería evidente descubrir la ensoñación de Hyuk si se la pasaba pendiente de sus amigos en todo momento.
Honestamente esto a Hyuk le importaba lo mínimo. Aún si su poca discreción conllevaba burlas por parte de cualquiera de sus amigos (YooHan, para ser específicos) no temía enfrentarse a ello. ¿Por qué aparentar que nada sucedía cuando, evidentemente, todo estaba pasando en su vida? Además estaba el factor externo que le podía muchísimo. Querer fingir seriedad y falta de emoción con los detallitos que le rodeaban en relación a Hae sería como portarse igual que un imbécil. Y Hyukjae no lo era. Jamás lo sería si esto tenía que ver con su dulce, lindo y adorable novio.
Lee DongHae volvió a dejarle una notita antes de que se fuera al trabajo por la mañana. Igual que la vez anterior lo primero que destacaba de ello eran los trazos remarcados en los dibujos que decidió para la ocasión. Un gatito sosteniendo una fresa. ¿Cómo ser un insensible patán en esas circunstancias? Así que, como bien lo pensó YooHan, igual que un estúpido enamorado perdido entre los rincones de una sabana de pasteles, montañas de algodón y riachuelos de chocolatada, se dejó llevar observando su nota púrpura que también decidió guardar tal como la primera.
YooHan, quien estaba más cerca de él como para escuchar santo y seña de su proceder, captó los suspiros que salieron de lo más profundo de su ser. Primero rodó los ojos. Pero en seguida se puso a sonreír por lo genial y absurdo que era ver a Hyuk así de embrutecido por su pareja. Definitivamente esa era la etapa del pelinegro que le hacía falta conocer y vaya que valió la pena.
De las primeras cosas que YooHan se dio cuenta fue que, así como Hyuk se entregaba a la pasión del dolor cada vez que recordaba a esa persona que se robó su corazón hace ya unos años atrás, de igual manera se entregaba al volver a amarla. Lo envidiaba, a decir verdad. Porque, no es que Hyuk no reflejara sus miedos y sus titubeos en relación a Hae (hablando de esos días en los que la situación entre la pareja era incierta e inestable), sino que su deseo de luchar era tan fuerte que le concedía un valor y una perseverancia firmes por encima de cualquier adversidad.
YooHan pensaba que Hyukjae era lo que actualmente ya casi no se veía en un hombre a menos que fuera necesario: un caballero con honor. Alguien que no rompía ni trasgredía límites. Alguien con vigor. Resistente. Y, ante todo, alguien que sabía retirarse cuando la derrota tocaba a su puerta sin algún tipo de resolución en los extremos. Aunque esto no sólo parecía adscribirse a su sistema ante la cuestión amorosa, era algo tan natural en su existencia que llevarlo a la práctica en otros campos no le resultaba incómodo o forzado.
Sentía que necesitaba aprender mucho de Hyuk. Le gustaba verlo así de feliz. Así de jocoso y lleno de vida como hacía tanto que no se le veía. Aunque, ¿alguna vez corrió con la suerte de sobrellevar esta versión suya? No se comparaba ni un poco con las etapas en las que Hyuk se notaba "recuperado". Y es que, vamos, Hyuk por sí mismo siempre tuvo cierto brillo... cierto algo que le hacía destacar en cualquier sitio donde pasaba el rato. Pero esta versión suya entregado a una persona era simplemente fascinante y digna de reconocerse.
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Strawberry [EunHae]
Teen Fiction'PEACH' TERCERA TEMPORADA. "Tan ácido como jugo de limón, pero más dulce que un melocotón..."