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—¡Vamos arriba! —.

Gritó Hyuk pegándose cuanto más pudo a espaldas de su novio para poder hablar por encima de la música estruendosa de la locación. "Complicado" era un término demasiado corto para lo mucho que les costó moverse por el mar de personas en el club nocturno. Casi todos enfrascados en el baile, cotilleo repleto de energía y una euforia disparada por todos lados. Y eso que optaron por andar en las orillas para evadir a la horda del centro de donde venía la completa extravagancia del ambiente.

Hyukjae tenía las manos apoyadas en la cintura de DongHae. Y cada que un sujeto o una pareja pasada en copas se movía de más amenazando con tropezarse con el castaño, él lo envolvía en un brazo y empujaba el otro para bloquear todo peso que pudiera irse contra su chico. Apenas entraron Hyuk pensaba que tal vez no era muy buena idea continuar su cita en ese lugar. Siendo fin de semana estaba más que claro que se encontraría a reventar. Pero descartó la inicial idea de retirarse cuando recordó que ya tenía reservación y que sólo debían llegar a las escaleras para estar a salvo.

Demoraron diez minutos en lograr su objetivo. Todavía Hyuk no daba ni su nombre cuando el guardia corpulento de la zona exclusiva hizo un movimiento con la cabeza como si lo saludara. Retiró la cadena que conducía a las escaleras y se movió al costado.

—Bienvenidos —dijo con firmeza el serio trabajador. A pesar de no haber usado un tono tan pronunciado se le pudo escuchar bien entre la música.

Hyukjae le regaló una sonrisa junto con una palmada suave en el hombro a modo de agradecimiento. Y ahora, ya con menos peligro alrededor, tuvo más confianza de sujetar a su chico de la mano para caminar juntos uno al lado del otro. Aún así no aflojó su agarre. Debido a que las luces estrambóticas se mantenían en constante movimiento prefirió asegurarse de tener a Hae cerca antes que perderlo o que éste se tropezara por lo complicado que era mirar el camino cada que parpadeaba un color u otro.

Por suerte las escaleras oscuras tenían líneas de luz blancas delineando las orillas para facilitar el acceso al subir.

El ambiente en la zona VIP era completamente distinto al caos del primer piso. A diferencia de la gama extensa de colores en la parte baja apenas ingresaron todo se volvió azul y luminoso. La mayoría de los focos instalados en la parte del suelo para generar un buen contraste en el tono de las paredes y el techo. No era molesta la combinación. Le daba cierto toque de elegancia al espacio que también estaba concurrido, pero no tan explosivo como lo de antes. Se podía caminar tranquilamente por el pasillo. Los meseros de la zona se deslizaban sin problemas llevando las bandejas de bebidas a las distintas mesas y sillones ocupadas por distintos grupos divididos entre sujetos y mujeres de corte empresarial y del otro extremo los jóvenes adinerados que en su mayoría eran los que volvían un poco caótica la armonía. Nada tan escandaloso.

Otro aspecto agradable también era que ahí se podía hablar mucho mejor y sin necesidad de gritonear. Incluso los oídos se le despejaron a Hyukjae desde que ingresaron. Haciendo mucho más llevadero el entorno. Ahí se permitió quitar la tensión en la mano de cierto castañito que no paraba de mover su cabeza para observar los alrededores. Era un sitio demasiado nuevo para él. Hyukjae lo encontró tan adorable que por poco se lanza a sostenerlo por la cadera para besarlo. Pues, además, no sabía si era por los colores que bailaban en esa zona o por la misma adrenalina que se respiraba en esa clase de sitios ya que DongHae le pareció tan jodidamente encantador y atractivo como nunca en mucho tiempo.

Es decir, siempre lo parecía. Pero ponerlo en este tipo de lugar, a pesar de que no era de los que solía visitar, le confería un peculiar aire seductor que fácilmente pondría a babear al pelinegro. O a cualquiera.

Strawberry [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora