C04

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"𝙃𝙖𝙮 𝙩𝙧𝙚𝙨 𝙢𝙖𝙣𝙚𝙧𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨: 𝙡𝙖 𝙘𝙤𝙧𝙧𝙚𝙘𝙩𝙖, 𝙡𝙖 𝙞𝙣𝙘𝙤𝙧𝙧𝙚𝙘𝙩𝙖 𝙮 𝙡𝙖 𝙢𝙞́𝙖."



Gong yoo se encontraba aún de pie frente a un muy indiferente Jungkook, sin poder creer lo que había escuchado. Jungkook había dicho "Sus tierras", y si había dicho eso, es porque de alguna manera ahora lo eran, alguna pieza había movido para que lo fueran.

Y esto era cierto, Jungkook había movido unas cuantas piezas para que las tierras que ahora Gong yoo pisaba, fueran suyas.

—¿A que se refiere, Ahmed? — Gong yoo le preguntó, sin perder la esperanza de escuchar algo diferente— ¿Que quiere decir con "Sus tierras"?

—Es lo que escuchaste. Ahora esta propiedad es mía, y tengo planes para ella. Así que te quiero fuera. Me estorbas.

—Pero...

— ¿Pero que?— Jungkook le interrumpió, sin dejar que terminara su oración —Tienes una deuda conmigo, la cual tiene un plazo que ya venció.

—Ahmed, esta propiedad me la heredó mi padre, no puede...

— ¿No puedo?— le volvió a interrumpir.—¿No puedo "que"?, Yo solo estoy cobrando una deuda, no me importan tus estupidos sentimientos hacia este lugar.

—Tú padre y mi pa...— Gong yoo no pudo continuar diciendo, ya que un golpe muy fuerte en el escritorio de su estudio lo interrumpió. Jungkook había golpeado la mesa con la palma de su mano.

—No te atrevas a usurpar el nombre de un buen hombre como lo fue tu padre, para saldar una deuda. Eso es caer muy bajo, querido Gong yoo.

Se levantó del asiento, empezando a caminar a paso lento por el despacho. No era un despacho tan amplio, tenía un escritorio en el centro, ventanas que daban al jardín principal y un color marrón horroroso. Algo básico, para alguien básico y sin clase.

Metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y evocando ese ambiente frío que solo él sabía cómo hacerlo, se acercó a Gong yoo hasta quedar frente a él, provocando que este diera un paso hacia atrás (por instinto de supervivencia).

—Tú padre era un buen hombre, era leal... y sobre todo, era un hombre de palabra.—Lo miro directo a los ojos y luego lo barrió con la mirada— Muy diferente a ti. pareciera que saliste del testiculo defectuoso.

—Escuche Ahmed, yo...

—En primer lugar, no vine aquí a escucharte, ni a pedirte opciones. Tú me invocaste, ahora abstente a las consecuencias. ¿Acaso no te enseñaron que jugar a la Güija puede resultar muy peligroso?

Gong yoo no podía siquiera respirar por el aroma que emanaba de Jungkook.  Además que este se encontraba frente a él mirándolo fijamente con su mirada vacía y tan profunda como las profundidades del océano, como si estuviera esperando el momento preciso para matarlo.

Jungkook finalmente se alejó y caminó en dirección hacia la ventana que daba directo hacia el jardín principal. Observando lo que ahora era suyo, le daba igual, estaba mal cuidado, y era pequeño, nada comparado a sus terrenos en Italia. Probablemente la vendería o regalaría.

Cautivo | Kookv (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora