C30

26K 3.4K 1.4K
                                    

"Tu cielo se hace gris, ya estoy caminando
bajo la tormenta"

El boxeo es un combate o un encuentro que pasa entre dos personas utilizando únicamente los puños. Es un combate en donde se deben seguir reglas totalmente específicas. Pero su padre sabía que, aunque él no lo deseara y lo tratara de evitar por todos los medios, si su joven hijo, inocente de todo lo que le rodeaba, llegara al límite de tener que utilizarlo, no habría tiempo en ring. No usarían solo los puños, y la única regla que existiría sería herir hasta inmovilizar, matar o dejar que te maten. Por eso él ligaba el boxeo con muchas otras técnicas de combate. Sin reglas, sin tiempo, y al mayor margen de supervivencia.

El padre de Taehyung tenía una manopla para boxeo puestas en cada mano y posicionadas firmemente al frente de su pecho. Atacaba sin cesar ni un por un segundo. Mientras Taehyung recibía, esquivaba y devolvía los golpes con la misma intensidad.

— ¡Arriba!— le indicaba sus movimientos próximos para que Taehyung los esquivase y respondiera— ¡Abajo, arriba, hop!

Él estaba cansado. Se sentía débil, y para lo último que tenía fuerzas era para dar un golpe más. Él no entendía. No entendía porqué estaba ahí, y tampoco porqué tenía que aprender a pelear. No era solo eso sobre lo que su padre le había enseñado. Ya tenía el aprendizaje de varias técnicas de combate. Sabía desarmar y volver a armar armas. Además, conocía perfectamente sobre el uso de cada una de ellas. Se podría decir que eran su fuerte.

— ¡Abajo!— el castaño no escuchó esto último por estar enredado con su cansancio y su deseo de ir a la cama y dormir toda la semana. El padre logró llegar el golpe, estrellando la manopla con una fuerza controlada pero rápida en su cabeza. Tae cayó al suelo.

— ¡Papá!— le gritó, sosteniendo su cabeza justo en el lugar donde su padre había golpeado. Sus manos no hacían contacto con su cuero cabelludo, y se mordió el labio para evitar llorar.

El hombre lanzó las manoplas al piso y respiró hondo antes de levantarlo. Taehyung se apoyó en el cuerpo de su padre y lo abrazó con fuerza en el pecho.

— ¿¡Hijo, estas bien!?— soltó el hombre al tiempo que se quitaba apresuradamente las manoplas de entrenamiento. Se arrodilló frente al chico, ignorando el frío del suelo. La expresión de preocupación en su rostro era evidente, como si todo su mundo estuviera tambaleándose. Porque si había algo que le importara más que su propia vida, era el bienestar de su hijo. Aquel niño de trece años no era solo su responsabilidad, era todo su universo.

El alzó la vista hacia él, sus ojos desenfocados. Parpadeó varias veces, su rostro pálido y su respiración pesada.

— ¿Quién eres tú? — murmuró, confundido, mientras sus pupilas se movían frenéticamente, casi perdiéndose en sí mismo— ¿Dónde estoy?

— Soy yo, Tae, soy papá... — respondió de inmediato, alarmado. — ¡Tenemos que llevarte al hospital!

Antes de que pudiera levantarse con él en brazos, el sonido de una carcajada inesperada lo detuvo en seco.

— ¿Qué haces? — le reclamó, quien ahora lo miraba con una sonrisa pícara en el rostro, pero aún con rastros de cansancio— ¡Casi me matas del susto! No juegues así conmigo, ¿quieres?

— Lo siento, papá... — respondió el niño, su tono mitad arrepentido y mitad divertido, mientras se tocaba la cabeza— Pero, en serio, casi haces que me reinicie como Windows.

El hombre dejó escapar un suspiro, llevándose una mano al pecho, tratando de calmar su corazón desbocado.

— Esa fue completamente tu culpa— le dijo, intentando sonar firme—. Te he dicho mil veces que debes concentrarte en tu oponente. Jamás te distraigas, sin importar qué pase.

Cautivo | Kookv (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora