Amaneció y ellos estaban más preparados que nunca. Equipados con la mitad de las cosas del museo, partieron hacia el norte. Todo alrededor estaba en pausa, se podía sentir la adrenalina de lo que venía, por algún motivo sentían que lo estaban esperando. Como si todo el universo se alineó de tal forma para que ellos estén en sintonía con lo que venía. Recordaban lo que mostraban los cuadros del museo y a pesar de los nervios, ya no sentían miedo, sabían que pase lo que pase debían cruzar esas dos etapas para volver a sus casas.
El camino fue tenso, nadie habló, cada uno estaba concentrado en sus pensamientos. Se sentían listos, no importaba por lo que debían pasar.
Llegaron a lo que parecía ser una enorme ciudad y comenzaron a ver grandes monumentos famosos por las calles, pero con algunas diferencias, parecían más modernos.
-Estamos en Roma –Replicó Belly.
-¿Cómo lo sabes? –Quiso saber Jack.
-Por los monumentos, tuve que estudiar a todos para recibirme de bilingüe, este es el coliseo Romano –Señaló a un enorme monumento que estaba delante de ellos.
El coliseo Romano es el monumento más conocido de Roma, es considerado como un símbolo de la ciudad y por ende, para los novatos viajantes del tiempo es la primera etapa a superar. Este enorme monumento es específicamente un anfiteatro y fue elegido como una de las nuevas siete maravillas del mundo. Éste está construido a base de ladrillos, rocas, maderas, estuco y hormigón (invento romano) y esto enloquecía a los visitantes por tan perfecta construcción.
Belly, Sabrina y Jack decidieron entrar a explorar. Había muchas personas dando un tour y muchas por todos lados haciendo seguimiento de su paseo. Además según vieron en un celular prendido, era domingo y había muchos murmullos de las personas que estaban a punto de entrar que los domingos, la entrada era gratis. Lo que más les sorprendió a los chicos Londinenses, era que además de ver la fecha, notaron el año y descubrieron que viajaron al futuro. En Londres estaban en el año 2.023, mientras que ahora en Roma, Italia, estaban en el 2.030.
-Esto es hermoso, nunca imaginé que sería así de enorme –Admitió Sabrina que estaba totalmente boquiabierta.
-De todos los lugares “peligrosos” nos tocó esta belleza, esto será más fácil de lo que parece –Comentó Belly.
-No hay que bajar la guardia, estamos en el futuro, no sabemos que pueda llegar a pasar –Acotó Jack.
Las chicas asintieron. Era divino todo el paisaje pero quizás el tiempo le mostraba eso como “máscara” y ocultar lo peor.
Se adentraron en el coliseo admirando su belleza pero sin quitar sus manos de las armas. Como era un día gratis, no había seguridad. Cada parte del Coliseo era hermoso de apreciar, pero miraban por todos lados en caso de peligro.
Inmediatamente dos camionetas súper modernas y totalmente equipadas con personas con la cara cubierta yacían en su interior cuando éstas chocaron contra el coliseo para llamar la atención. Bajaron de los vehículos disparando en el aire.
Terroristas.
Los chicos cayeron al piso alarmados, se miraron, y asintieron.
Tomaron sus armas, suspiraron y alarmaron a todas las personas allí.
-Por favor, nosotros queremos ayudar, refúgiense detrás del muro y no salgan –Advirtieron.
Jack apuntó a la camioneta y en unos segundos, explotó. El londinense esbozó una sonrisa de triunfo.
Un terrorista que vio lo que pasó, con furia apuntó hacia Jack mientras estaba distraído y gatilló, pero Sabrina que lo había visto venir empujó a Jack y cayeron juntos al suelo.
-Gracias, Sabri.
-Prometimos cuidarnos las espaldas.
Jack giró y le disparó a aquél terrorista.
Belly estaba dentro mientras se encargaba de dispararles a otros y proteger a las personas del tour detrás del gran mural.
Jack y Sabrina se encargaban de los terroristas que estaban afuera. De a ratos lo único que se podía ver era humo y lluvia de balazos lo que hizo que cada vez se hacía más difícil esquivarlas. Jack pidió que se separaran un poco para que no ataquen siempre en el mismo lugar. Sabrina mientras corría hacía un costado del Coliseo para distraer, una bala rozó su pierna e hizo que gritara del dolor y del pánico de ver su sangre salir del costado de la pantorrilla.
-¡Sabri! –Gritó exasperado el chico.
-Estoy bien, solo tengo que curarme la herida… es un poco grave –Titubeó.
-Yo te cubro.
Jack comenzó con más disparos, protegiendo a los visitantes, a Sabrina y protegiéndose a sí mismo.
La chica se escondió, se sacó la blusa quedando en musculosa y se la ató en la pantorrilla para disminuir el sangrado, también para que no se infecte. Luego se reincorporó y siguió su batalla con Jack y Belly, no quería rendirse.
Algunos escombros del coliseo comenzaron a amontonarse debido a las explosiones de los terroristas. Pero el coliseo no se iba a derrumbar, no, tanta belleza debía ser fuerte para ganar esta batalla junto a sus visitantes.
Los malos comenzaron a amenazar con grandes armas y cada vez se hacía más difícil y desesperante. Aquellos estaban más armados y claro, tenían más experiencia que unos viajantes del tiempo.
Las chicas intercambiaron de lugares, la pierna de Sabrina se veía muy grave y dolorosa, ella apenas podía ponerse de pie. Belly tomó una ametralladora y mató a dos terroristas que estaban estorbando demasiado.
De entre las personas que estaban detrás del muro, una anciana vio a Sabrina quejarse del dolor con una mano y con la otra en el arma defendiéndose.
-Querida, descansa un rato, mi nieto puede remplazarte mientras te curo esa herida –Ofreció la amable anciana.
Sabrina asintió no podía negarse. Le venía bien una ayuda a su herida que comenzaba a verse peor. Su nieto apareció, era un chico tan alto y corpulento como Jack, confiaba en que los iba a mantener a salvo. Intercambiaron armas y se adentró a aquella “cueva” que habían armado.
La anciana sacó una gaza de su bolso y le quitó la blusa que cubría provisoriamente la herida.
-¿Por qué tenía provisiones en su bolsa? –Inquirió extrañada.
-Porque siempre estoy lista, fui veterana, sólo que con mi edad, no puedo ayudarlos con esos malos. Esto te va a doler –Advirtió.
Presionó un poco de alcohol en gel en su herida y Sabrina aguantó el dolor porque había niños viendo la horrible situación.
-Bien hecho, niña –Acarició su pelo- Contame algo de vos, necesito que te distraigas.
-¿Cómo qué?
-Contame algo que te guste hacer.
-Me gusta mucho diseñar, soy diseñadora de modas, amo pasarme las tardes diseñando y escuchando música.
La anciana sonreía, tanta fue la distracción que ya había terminado de vendar la herida.
-Mucha gracias, enserio, ¿Cómo puedo agradecerle?
-No tienes que hacer nada, a mí me hace feliz ayudar, cielo.
Cuando estaba a punto de salir dejó de escuchar disparos y escuchó la voz de Jack.
-¿Dónde está Sabrina? –Preguntó.
-¿La chica herida? –Asintió- Está dentro curándose.
En eso salgo y Jack me da un cálido abrazo de victoria.
-¡Lo logramos! Ya se marcharon porque más fuerzas de seguridad vinieron y ellos escaparon –Festejó.
-¡Qué bueno saberlo!
-¿Cómo va tu herida?
-Bien, una abuelita me curó y me siento mucho mejor.
Apareció Belly dando saltitos de alegría. Ambos no tenían heridas graves, pero si raspones.
Festejaron por un rato más luego de liberar a las personas y de que Sabrina le agradeciera nuevamente a la anciana.
Tomaron sus botellas de agua, estaban exhaustos.
-¡No puedo creer que logramos la primera etapa! –Exclamó Belly.
-Fue divertido lograr que aquellos desgraciados se vayan, pero me siento mal por las pocas personas que murieron –Se entristeció Jack.
-Pero ey, Jack, salvaste a muchas personas, deja de culparte, vos no les disparaste –Concluyó Sabrina- En cambio yo, hice muy poco y encima estorbé con mi herida, lo siento haré algo mejor en la próxima.
-No, Sabrina Pons, te vas a arrepentir si decís algo así de nuevo –Gruñó Belly y rieron.
El ambiente aún estaba repleto de polvo y humo. Eran ellos solos en el coliseo pero luego llegó la ambulancia para llevarse a los pocos fallecidos. Parecía que la batalla había durado interminables horas, pero aún era de día.
-Tenemos que hacer algo productivo si no queremos cavar nuestras propias tumbas en el futuro que es nuestro presente –Sugirió Belly.
-¿Qué quieres decir con eso? -Intervino la chica de ojos grandes.
-Me refiero a que mi estómago ruge de hambre y mi energía es baja –aclaró la chica rubia- necesito descansar.
-Bien, deberíamos adentrarnos a la ciudad y ver que hacer –Planteó el chico.
-Si tuviéramos dinero.
-Recuerdo que entre mis investigaciones de Roma descubrí que hay lugares para dormir gratis y trabajar algunas horas para recompensar –Recordó Belly.
-Bien, tendríamos que hablar italiano para preguntar por esos lugares, porque no todos hablan inglés.
-Yo me encargo –Respondió Belly guiñando el ojo.
Caminaron por las calles de Roma. Eran realmente hermosas, en cada esquina una nueva maravilla los sorprendían. Sabrina llamó a Roma como “Caja de sorpresa”, ya habían tenido demasiadas.
Se cruzaron con una señora de aproximadamente cuarenta años con el cabello rizado y Belly la interrumpió amablemente.
-Ciao, buon pomeriggio, volevamo chiedere informazioni sulla posizione di un posto dove puoi dormire gratuitamente.-Lo que se traduce como “Hola buenas tardes queríamos preguntar por la ubicación de un lugar donde se pueda dormir gratis.”
-Pronto, sì, dovresti andare avanti fino in fondo, poi quando fai due isolati, gira a sinistra e troverai un museo, eccolo. Al piano di sopra possono dormire e al piano di sotto riordinare o pulire le immagini per guadagnare soldi. –Señaló la señora.
-Grazie mille –Agradeció Belly. La señora asintió y siguió su camino. En cuanto se fue, los chicos la llenaron de preguntas.
-¿Qué te dijo? ¿Qué le preguntaste?
-Esperen, esperen, le pregunté por el lugar para dormir gratis y me dijo que debemos ir hasta el final de este camino y luego de pasar dos cuadras, debemos girar a la izquierda y ahí estará el museo gratis –Concluyó.
-¿Otra vez un museo? –Se quejó Sabrina. Rieron.
-Eres muy hábil, Belly –Se sorprendió Jack.
-Bah, solo sé el idioma porque soy bilingüe.
Caminaron hasta el museo. No era muy amplio, sólo un largo pasillo lleno de esculturas y cuadros y al final se encontraba la escalera que daba al segundo piso. Éste sí era espacioso, habían muchos sillones y libros para un descanso acogedor.
El encargado los recibió y le explicó a Belly las pautas a seguir, limpiarían los cuadros y esculturas por dos horas (debido a la cantidad de personas que también debían hacerlo) y ganarían algo de dinero además de dormir gratis.
Los chicos decidieron comenzar a limpiar para ganar dinero e ir a comprar la cena.
Las horas pasaron rápidamente y divertidamente, estaban cansados, pero a pesar de todo, era algo que debían hacer.
Cobraron y volvieron a la ciudad. Llegaron a un restaurante y pidieron la comida más famosa de allí. Llegó a su mesa un carpaccio y una ensalada capresse. La cena era: delgadas capas de carne cruda y la ensalada era básicamente queso mozzarella y tomate.
Hablaron de algunas cosas mientras cenaban, aprovechaban a conocerse más, cuando algo distrajo a Belly.
Miró hacia la entrada y alguien conocido entraba.
Era Liam. Liam del futuro.
Lo peor era que no estaba solo.
Belly se puso notablemente mal cuando vio que Liam no era el chico que conocía. No.
El Liam que conocía sólo tenía ojos para ella y estaban juntos, este Liam estaba comprometido con una abogada y se notaba su riqueza entre ellos. Aquel era Liam disfrazado de una persona que Belly no conocía.
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PERDIDOS EN EL FUTURO
Bilim KurguSabrina y Belly son las mejores amigas que puedan existir en la faz de la tierra. un día ambas consiguen trabajo en el lugar de sus sueños, LONDRES. Entre viajes y mudanzas se cruzan con su vecino que junto a ellas, cambiará su vida para siempre. un...