Capítulo 12

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Esa noche, Aitor fue a casa de Analía, sabía que después del almuerzo se irían al salón de belleza y quería ver qué se había hecho, pues él se fue para que estuvieran tranquilas. Al entrar a la sala, la vio con una melena irregular, mucho más corto de lo que era su cabello hasta ese momento, pues lo tenía hasta media espalda y se lo había cortado hasta el hombro.

―¿Me veo muy rara?

―Te ves bonita.

―Hace mucho que no lo tenía tan corto.

―Te ves más alta, ahora pareciera que mides un metro diez ―se burló.

―¡Pesado!

―No, de verdad te ves muy bien.

―Gracias. ―Se sonrojó.

―¿Y qué más te hiciste?

―Mira. ―Extendió sus manos para que le viera sus uñas, orgullosa del diseño que había escogido―. Espero que el jefe no se enoje por el gasto.

―Lo que haya salido, valió la pena, así es que dudo que se moleste.

―Bueno, tú le cuentas para que no se enoje.

―Analía...

―¿Qué pasa? ―preguntó al ver que él no hablaba.

―Nada, nada.

―¿Seguro? Algo te pasó.

―Es que hay algo que debería decirte.

―Dime.

―No es nada.

―Franco, ¿es de tu jefe? ¿Te dijo algo de mí? ¿Le molestará que haya gastado el dinero en mí y no en los niños? Marian me dijo que estaba bien...

―No, no es eso. No tiene nada que ver con el dinero.

―¿Entonces?

―Nada, ya te dije, fue una estupidez.

―Si él te dijera algo malo de mí, ¿me lo dirías?

―No te preocupes, él no diría nada malo, al contrario, quiere que estés bien.

―¿Entonces?

―Nada.

―Por favor, algo te pasó y no eres mujer para decir que no es nada.

Madre por error (ONC2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora