Segundo disclaimer obsesivo

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Mi conciencia necesita un descargo, por eso escribo esto. Veo dos problemas en las cosas que estoy escribiendo: uno, el que romantizo un tipo de relación que en el mundo real seguro sería una relación abusiva, aunque nosotros construyamos a Bruno como un pan de Dios o como un hombre no tan malo, y dos, el que construyo una relación de carácter romántico, es decir una relación amorosa con los atributos comunes que la estructura patriarcal utilizó para embarrarnos a las mujeres en el culo de las relaciones amorosas.

Quizá muchas lectoras tengan en absoluto los pies en la tierra y sepan diferenciar la realidad de la ficción (yo misma no lo he sabido hacer muchas veces aunque de manera inconsciente, por eso sé que aunque una se las dé de muy chingona y racional, de pronto se resbala), pero por si hay lectoras que no, escribo estos recordatorios:

Primero está el incesto. ¿Cuál es el problema del incesto? Depende de varios factores. Las cosas no son inconvenientes porque sí, hay que identificar dónde está el conflicto. Hay una razón por la cual desde la prehistoria se establecían como las relaciones más deseables las más exogámicas; porque sabemos que la endogamia representa problemas de índole genético y aunque los antiguos no lo supieran explicar así, lo podían notar con el paso de las generaciones. Por supuesto que eso no quiere decir que esta práctica se abandonara, sabemos que ha habido sociedades sumamente incestuosas, pero cada una ha desarrollado diferentes prohibiciones al respecto según se fueran presentando los inconvenientes.

En cuanto a la actualidad y a nuestra shipp particular no le veo gran conflicto genético a la relación de Bruno y Mirabel porque para que esos problemas tengan un reflejo real en las personas, las uniones incestuosas tienen que darse entre padres e hijos o entre hermanos. O bien, darse en un contexto repetitivo, generación tras generación hasta que se haga un pastiche de enfermedades hereditarias, como ocurrió en el caso de muchas monarquías a lo ancho del mundo. Digo, podría pasarles a nuestros protagonistas, pero dependería de las probabilidades. Me parece que Bruno y Mirabel comparten por su grado de parentesco el 25% de sus genes. Calcular a partir de ahí quien sepa.

Con respecto a los conflictos sociales, que si a la familia le molesta, que si se ve mal, que si es pecado, me vale un kilómetro de reata porque esas son susceptibilidades de los demás que nada tienen que ver con las decisiones sexuales de los individuos.

No, el verdadero conflicto que yo le veo, es que en la vida real, una relación de esta índole entre un tío y su sobrina casi seguramente, o en la mayoría de los casos, implicaría una relación abusiva en donde no existiría la posibilidad de consentimiento. Eso es lo gravísimo. Por la diferencia de edad y por el asunto jerárquico, además, a menos de que fuera un caso como el de nuestra parejita, en donde Mirabel no ha visto a Bruno en años, lo más probable es que una relación así implicaría grooming o algún otro horrendo juego de poder.

Y bueno, de vez en cuando me acosan las constantes reflexiones sobre las responsabilidades de los artífices de ficción y aunque sé que muchas pueden leer cosas así y saber que es fantasía, me imagino escenarios horribles en donde una chica ignoró el límite de edad que ponemos en los fics y tiene un tío pervertido que se acerca de formas indebidas y, cegada por los humos de estas imaginerías, cree que se trata de un Bruno cuando en realidad es un Woody Allen o algo así. ¡NO POR FAVOR!

Así que sí alguien en la vida real está pasando por algo así: ¡SAL DE AHÍ, AHÍ NO ES!

Aquí entran también esos problemas del amor romántico a los que me refería párrafos arriba: me da culpa el Cuento de las ánimas que le narra Bruno a Mirabel, porque en la vida real esas cosas no existen. Somos seres individuales que tienen que procurarse la vida más sana posible y detalles románticos como esos hacen que las personas pierdan de vista las alarmas y es así como muchas mujeres acabaron en el pasado y aún ahora, soportando viejos espantosos que las golpeaban, todo por haber sido confundidas por ficciones románticas. (Claro que el amor romántico no ha sido la única trampa en las relaciones de pareja, estaba el deber, la religión, la carga social, etc, pero bueno, aquí hablo del amor romántico). Dejarse llevar por la ficción, creo, no tiene nada que ver con la inteligencia, la edad o la educación, es algo ante lo que todos somos susceptibles. No por nada desterraba Platón a los poetas de su República acusándolos de seductores, corruptores, hechiceros. Porque ¡ah, cómo es chula la condenada!

Les dejo esta canción de Silvio, pa adornar el asunto.

Gracias por soportar mis debrayes.

La magia juega con nosotros. (Propuesta indecorosa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora