_ Volverán dentro de poco, eso es más que seguro. No podemos perder más tiempo; ya es una ventaja que no hayan vuelto, quiere decir que Ángel Miranda no está muy cerca, de lo contrario ya les habría dado tiempo de regresar. Todo eso, por no mencionar que Don Regino creyó tu embuste gracias a que seguramente no se comunicó sobre el tema con su hijo. Corrimos con muchísima suerte, pero no podemos pensar que continuaremos siendo así de afortunados.
_ Haz el favor de no hablar de tener suerte y ser afortunados cuando acabamos de perder a mi marido. Es sumamente insensible de tu parte.
_ Perdóname, hermanita... yo... no quise, no me refería a eso... estaba pensando exclusivamente en el futuro de Mirabel.
_ SÍ... Y ya no me digas "hermanita". Por favor... _ Julieta hablaba con muchísima amargura _ A ver, no me malinterpretes. No estoy poniéndome absurda ni nada, sé que no es tu culpa, sé que te preocupas de verdad por mi hija, sé que sólo quisiste hacer lo mejor para ella. Es sólo que... ya no aguanto esta situación, no quiero seguir y aunque sé todo eso, ver tu cara y saber todo lo que ha pasado, saber que mi marido ni siquiera tuvo paz durante sus últimos días... Me molesta tu cara, Bruno, lo siento. Con permiso... _ dijo con llorosa voz de ultratumba y, secándose una lágrima con el delantal, se retiró de la cocina. Quedaron solos Bruno y Mirabel mirándose con infinita tristeza. Los días sabían a vacío, eran plomizos, a pesar de la inminente primavera, como si, aun sin Pepa en el Encanto, el clima se adecuara a la situación. La angustia y la pesadumbre los embargaba a todos todo el tiempo, complicándoles hasta las más simples tareas, como estar de pie o comer. Habiendo dado por sentado que ya no era necesario hacerlo todos los días (de cualquier manera, ya habían tenido que suspender durante el tiempo en el que Bruno estuvo encerrado), no habían estado juntos desde aquél funesto día en el que Agustín muriera asesinado. Se limitaban a recostarse abrazados, o más bien, Bruno estrechando a Mirabel entre sus brazos, intentando así, inútilmente, darle un poco de consuelo en medio de aquella situación tan difícil y desgraciada.
Los días eran como un temporizador, un metrónomo que cuenta el compás cada vez más rápido, brutal, sin pausa, ominoso. Pero ¿qué precauciones podían tomar? Eran tres personas encerradas en una casa, tres personas sin mayor refuerzo que el de mirar el futuro, curar las heridas y cargar con una profecía que prometía arreglarlo todo a través de un embarazo múltiple.
Por lo que Bruno había explicado sobre la naturaleza de las profecías, no podían asegurar de qué manera se cumpliría el designio, si para salvación de la familia o como venganza por la desaparición de ésta, por ejemplo. Se adivinaban los puntos importantes, pero no todo el contexto en medio del cual el vaticinio sería llevado a término.
Por supuesto, el vate se asomó al porvenir unas cuatro veces más, tomando en cuenta que las oportunidades para hacerlo eran limitadas, pero sus visiones no le reportaron mejores noticias. La visión es caprichosa, ese es otro de los colmos de un oráculo, además de aquél, tan repetido, que consiste en poder saber qué va a pasar pero carecer de persuasión para poner en alerta a sus semejantes, y además de aquél otro de ser interpretado como un instigador en vez de un simple mensajero. Así, los vistazos no reflejaron gran cosa. Seguía apareciendo una Mirabel muy embarazada que convertía en migajas a los Miranda con el poder de su furia. Además, Bruno podía ver ahora una tormenta terrible que asolaba la región hasta convertirse casi en un lago y grupos aleatorios de animales que corrían, reptaban, volaban a lo ancho del valle. Pero más allá, ni antes, nada estaba claro.
En diversas ocasiones habían intentado planear algo que los amparara o por lo menos, los mantuviera prevenidos ante el inminente peligro, pero sus escasos recursos les negaban esa posibilidad.
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La magia juega con nosotros. (Propuesta indecorosa)
FanfictionUn terrible peligro amenaza Encanto, a la familia y a Mirabel. Cuando los Madrigal indaguen en el futuro en busca de una salvación, no podrán creer lo que la magia les tiene preparado. (MIRABRUNO)