Taehyung es un chico de diecisiete años que ha tenido un mal año.
Es inteligente e iba en el buen camino, pero luego de que su madre se marchara y su padre se deprimiera, se está graduando a duras penas y su novio de casi tres años lo bota por una...
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Tae. Sana —dijo su padre después de que Sana le bajó el volumen a la música. Estaba claramente divertido y trataba de ocultarlo—. Me alegro de verlos saliendo de nuevo.
—Hola, Sr. M —dije mientras iba a abrazarlo. Eran las personas más dulces. Y su apellido era Minatozaki así que los llamaba Sr. y Sra. M. Él lo amaba por la broma. Siempre me dejaban dormir aquí, especialmente después de que mamá se fue y aunque Sana era muy malcriada, aún eran muy buenos con ella y con todo el mundo—. Ha sido mucho tiempo sin verlo.
—Sí. —Me abrazó con fuerza y me soltó para agarrar un pedazo de pizza—. Ellos nos alimentan como pájaros con esas cosas. Entonces, Tae, ¿qué has estado haciendo? No te hemos visto mucho alrededor últimamente. Pensamos que Sana te había ahuyentado para siempre.
—Sí —intervino la Sra. M mientras también recogía un pedazo de pizza de la caja—. Te extrañamos.
—No, ella no pudo ahuyentarme. No he estado haciendo mucho, más que todo trabajar.
—Y saliendo con un chico nuevo completamente ardiente —espetó Sana.
No había ningún punto en tratar de detenerla. Sus padres eran tan malos como ella.
—¿En serio? —preguntó él con un femenino acento fingido—. No me digas.
La Sra. M y yo nos reímos, pero Sana no.
—Papi, eww. —Pero lo superó rápidamente y lanzó su brazo sobre mi hombro—. Así que, sí. Nuestro pequeño Tae cazó por sí mismo a un universitario.
—¿En serio? —Frunció el ceño con preocupación. Tan geniales como querían parecer, seguían siendo padres—. Ahora, Tae. Yo sería cuidadoso con este chico. Una vez que los chicos dejan la secundaria, todo cambia. Recuerdo la universidad, cuando conocí a la esposa y no era exactamente noble...
—Cariño, no. No es apropiado —insistió la Sra. M.
—Soy cuidadoso. No se preocupen —les aseguré—. Es realmente agradable y ya ha conocido a mi padre.
—¿Y cómo está tu padre? —preguntó sinceramente.
—Mucho mejor.
—De acuerdo, bien. Bueno, vamos a dejar que vuelvan a lo que hacían. —Fue hacia Sana para besarle la frente y luego caminó hacia la salida, pero se detuvo en la puerta—. Asegúrate de volver, Tae. Te extrañamos por aquí, definitivamente no era lo suficientemente ruidoso.
Sonreí.
—De acuerdo.
—Está bien, entonces. —Sana volvió a hacer planes—. Quédate conmigo esta noche. Puedes usar algo mío.
