Taehyung es un chico de diecisiete años que ha tenido un mal año.
Es inteligente e iba en el buen camino, pero luego de que su madre se marchara y su padre se deprimiera, se está graduando a duras penas y su novio de casi tres años lo bota por una...
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Yugyeom, vamos. Sólo hemos hablado como tres veces —dijo Jungkook y podía sentir su vergüenza y también su alegría acerca de este chico, me gustaba.
Este era su mejor amigo, el amigo que mencionó ese día. Tenía un acento sureño más pronunciado que era muy lindo. Su cabello era corto y tenía un pendiente en una oreja. Sus gafas de sol colgaban del cuello de su camisa polo y no llevaba zapatos.
—Sí, y fueron todas sobre este chico, aquí. —Negó con la cabeza, señalando la cima de mi cabeza y se rió—. He sido amigo de Jungkook durante diez años y nunca lo había visto con un chico, ni una sola vez. Ni siquiera en el baile de graduación, él sólo lo omite. El chico es un monje.
Me reí mientras Jungkook rodaba los ojos y se frotaba la barbilla.
—Lo sé. El chico me contó un poco de todo.
—Bueno, vamos, Taehyung. Vamos a conseguirte una muy no−alcohólica bebida.
Puso un brazo alrededor de mis hombros y me llevó con él, con Jungkook caminado detrás de nosotros. Llegamos a una gran roca plana donde pusieron toda la comida y bebidas. Me entregó una lata de refresco sin abrir.
Yugyeom me miró de una manera muy objetiva con su mentón entre el pulgar y el índice.
— Jungkook. Tengo que decir que lo hiciste bien, hermano. Es dulce, es amable, es del sur, lindo. Estoy de acuerdo. Ustedes dos pueden continuar saliendo.
—Gracias, hombre —dijo Jungkook con falsa sinceridad.
—¿Entonces a dónde fueron a comer?
—Mugly's.
—¡Oh! —gritó y se rió—. ¡Jungkook sacó la artillería pesada!
Nos reímos y fuimos a sentarnos alrededor del fuego. No había mucho espacio porque ahí estaba la mayor parte de la gente. Seguí buscando a Sana, pero no la había visto ni a Ralph desde que llegamos. La imaginé tirando de él detrás de un árbol y haciendo quién sabe qué, con ese pensamiento me dieron ganas de atragantarme y reír al mismo tiempo. Así que nos sentamos y Jungkook me puso en medio de los dos en el tronco. No dejaba de mirar a su alrededor protectoramente lo que me hizo preguntarme qué buscaba.
—Así que, ¿dónde está Molly? —preguntó Jungkook.
—Está aquí en alguna parte. Seguramente con Somi, lo que significa que probablemente no va a venir aquí.
—Ya hemos hecho correr a Somi en realidad —explicó Jungkook y su voz se hizo más fuerte—. Ella se está comportando de forma rara esta noche.
—Ya sabes cómo es, hombre. No va a cambiar, a menos tal vez que tú se lo pidas. Entonces, apuesto a que usaría sombreros púrpuras con pantalones cortos verdes y se llamaría a sí misma, Sally.
