23. Vacío

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23. Vacío

Ni siquiera había terminado de pagar la casa, y ya estaba haciéndose a la idea de que era demasiado grande para él solo.

Maddy le dijo que no la quería. Zayn prácticamente le rogó que la tomara, porque estaba trabajando para que Zara creciera en ella. Era familiar, a Zayn ni siquiera le importaba si Maddy decidía compartirla con otra pareja, él sólo deseaba lo mejor para su hija.

No evitó que Maddy se fuera a Londres, a vivir con sus padres. Zayn no hizo drama al respecto, porque estaba consciente de que le debía mucho.

—Si sigues así, vas a perder el trabajo. —dijo Louis mientras abría las ventanas de su habitación.

La oscuridad se transformó en una luminosidad que le hizo arder los ojos. Se quejó y escondió su cabeza en las sábanas.

—Vete. —respondió con voz ronca.

Louis resopló, pero desapareció. Minutos después, le trajo a Zayn la comida en la cama. Lo aceptó a regañadientes, incómodo por el ruido que hizo su estómago.

—Te ves terrible.

—Gracias. —Zayn se mordió el labio inferior.

Louis le había comprado un maldito pollo asado, así que era de tarde. El plato era poco apetitoso, pero acabó la Pepsi que lo acompañaba con rapidez

—¿Cómo estás?

Vacío.

—Bien. —mintió.

—Niall me dijo que Maddy regresará en octubre. Quiere que pases el primer Halloween con la niña, tal vez arregles la casa y así...

Los ojos de Zayn brillaron—. ¿En serio?

—Zayn —Louis suspiró—, que hayas terminado tu relación con Maddy... —hizo una pausa. Decirlo en voz alta no ayudaba a que terminara de creerlo— no quiere decir que renuncies a tus derechos y obligaciones como padre. Ella te necesita.

—Bueno.

—¿Por qué no te bañas? —Louis se puso de pie.

—Vale.

Debajo de la regadera, Liam vino a su cabeza. Su voz, su risa, su piel... Zayn se abrazó a sí mismo. La fantasía de que Liam lo sostenía contra su pecho lo sobrepasaba. No había llamadas en su celular, o toques en su puerta. Lo extrañaba, lo necesitaba. Estaba volviéndose loco en aquella soledad.

Louis ni nadie podría llenar el hoyo en su pecho que amagaba con engullir su ser.

•••

Estuvieron en silencio el resto de día. Zayn no pudo comer más que el muslo del pollo, y Louis le preguntó si le apetecía otra cosa. Negó sin decir palabra.

Llegada la noche, Zayn observó la luna llena a través de la ventana. La falta de luces de la ciudad hacía que el firmamento brillara con sus estrellas, Zayn pensaba en Zara y en cómo su presencia sostendría sus huesos en su lugar.

Nunca había notado cuánto la amaba hasta que fue imposible levantarse sin la presencia inocente y el llanto angelical. Era él quien dormía con sus mantas ahora, preguntándose si tal vez ella abrazaba a su elefante pensando que se trataba de Zayn. Quizá no había olvidado su rostro, ¿o había empezado a ver a Niall como su nuevo papá?

—Oye —Louis saludó con seriedad inusual—.  Es normal que estés triste, pero me preocupas, Zayn. Tengo que regresar al campus en unas horas y no tengo el valor de durar hasta el próximo fin de semana con la preocupación de que cuando regrese te encontraré colgado de la sábana de la bebé como un convicto suicida. Promete que te cuidarás.

Fatalidad | ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora