Capítulo 10

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 Una vez que los sirvientes de la posada terminaron de preparar el agua para la bañera, pidió un menú variado para la cena. Con el agua en la bañera a la temperatura adecuada le sugirió al niño la idea de quitarse la suciedad. La vestimenta era algo por lo que no debía preocuparse por ahora, había ordenado que trajeran otra túnica para el niño, de las que encontraron en la habitación de sus padres. Lavó el cabello del menor removiendo los pequeños pedazos de tierra que habían quedado entre las hebras oscuras. Revisó que el niño no contara con heridas graves en el cuerpo, después secó y vistió a A-Yang adecuadamente. Le entregó el juguete con forma de perro, que parecía ser su favorito luego del que tenía con forma de gato. Dejó al niño jugando encima de su cama mientras ordenaba un cambio de agua en la bañera, para darse él un baño.

Fue tras la pantalla de privacidad de la habitación una vez que cambiaron el agua, se desvistió y arregló las túnicas que se pondría para la cena. Mientras estaba en el agua sintió la herida de su brazo arder y frotó alrededor de esa zona. Notó que sin la ayuda del ungüento , ardía. No era un ardor insoportable pero sí molesto. Tendría que aceptar otra vez los cuidados del aprendiz médico, ¿pero no se había ido ya? En ese caso... ¿Lo ayudaría nuevamente el líder Lan? La última vez había sido cuidadoso, aunque él lo arruinó con su solicitud vergonzosa... debería dejar de pensar en Lan XiChen mientras se bañaba, sonaba muy mal en su cabeza. Si iba a volver a aplicar el ungüento, tendría que deshacerse de la parte superior de la túnica. Quería evitar en todo lo posible que se repitiera la escena anterior... así que esperaría en túnicas interiores y luego se cambiaría. Ya habían dejado a un lado eso de la cortesía diplomática ¿no? Al menos él se había dormido en el mismo carruaje en el que se encontraba Lan XiChen, ignorando por completo su presencia para recuperar algunas horas de sueño. Eso debía contar cómo romper la fachada de perfeccionismo entre líderes de secta. Por otro lado, no había por qué avergonzarse; eran cultivadores, cualquier discípulo en Yunmeng vio a otro sin túnicas interiores en el lago en verano.

Luego de salir del agua, se arregló el cabello y lo ató en una coleta alta con su cinta morada. Miró hacia el niño mientras arreglaba el simple peinado en su cabello, A-Yang se veía cómodo jugando y se escuchaban diferentes ruidos que imitaba con la boca. Pudo escuchar claramente un "perrito bueno" que le sacó una sonrisa pequeña.

Cuando estaba por acercarse a donde se encontraba el niño escuchó que tocaron la puerta y se dirigió hasta allí. Era la cena, los sirvientes venían con distintos platos con comida que fueron depositando en la mesa central que estaba dispuesta en la habitación. Notaba por el vapor en el aire que la comida estaba muy caliente, de todas formas Lan XiChen todavía no había llegado. Esperó un poco más mientras acomodaba los platos en la mesa según la posición que tomaría cada uno para sentarse, dejando los platos con más carne del lado suyo y de A-Yang, del lado de Lan XiChen iban los platos menos condimentados. Sabía que su paladar de Gusu no estaba preparado para soportar la cantidad de condimentos que manejaban los platillos de Yunmeng.

Si Lan XiChen se sorprendió cuando la puerta de la habitación se abrió revelando al líder de la secta Jiang en túnicas interiores, no lo demostró. Avanzó con normalidad notando que A-Yang esta vez se encontraba despierto y que Sandu Shengshou ahora portaba un peinado diferente.

— A-Yang, ¿te sientes mejor?

El niño, que estaba concentrado en su juguete, giró dándose cuenta de que había otra persona en la habitación.

— Lan Gege, ¡Jiang Gege me dio a Xiao Hui! — levantaba su juguete mientras lo mostraba con orgullo.

— Muy bien A-Yang, sigue jugando mientras yo cuido la herida de Jiang Gege. — mencionó el Jade con una sonrisa dirigida hacía el niño.

El nuevo discípulo de Muelle de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora