Capítulo 13

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Se dio la vuelta para ver quién se acercaba, era el líder de la secta Jiang, caminaba a paso firme, su postura mostraba seguridad. Un poco más atrás de WanYin veía una figura más pequeña en tamaño, también con túnicas de la secta Jiang. Notó que ambas figuras tenían un parecido. No tardó en identificar a A-Yang, el niño levantaba la barbilla, con una expresión muy similar a la de Jiang WanYin mientras copiaba sus pasos. Sonrió nuevamente.

Cuando Jiang Cheng llegó al punto de encuentro, giró la cabeza para buscar la figura del niño que sabía que estaba siguiéndolo. Lo que no esperaba era que el menor se escondiera tras sus túnicas del encuentro con el Primer Jade, tenía entendido que A-Yang no le tenía miedo, ¿por qué actuaría así?

— XiChen — saludó con un asentimiento con la cabeza en su dirección. Aún no se acostumbraba del todo a llamarlo de esa forma.

— WanYin— respondió el de túnicas blancas, que seguía de pie a unos pasos de la mesa donde se habían dejado los aperitivos.

El niño escondido sacó un poco la cabeza por el costado de las túnicas de Jiang Cheng, dejándole al líder de la secta Lan una imagen muy curiosa.

— ¿A-Yang?

La cabeza se sobresaltó sonriente y volvió a esconderse.

Lan XiChen se acercó a la alta figura de túnicas moradas para intentar ver al niño escondido desde arriba, siguiéndole la corriente al menor. Enfrentado al líder de la otra secta, no había notado que su acercamiento hacia el cuerpo de la otra persona no era adecuado. Tampoco notó que no había estado así de cerca del líder Jiang desde la primera vez que aplicó el ungüento en su herida.

Por otro lado, Jiang Cheng sí lo notó y recordó el vergonzoso momento, además ver que el Primer Jade lo superaba en altura por pocos centímetros. Dirigió su vista rápidamente hacia otro lado sintiendo arder su rostro.

A-Yang, que seguía buscando esconderse del mayor, decidió tirar de las túnicas moradas de Jiang Cheng para ocultarse mejor, ocasionando que este perdiera el equilibrio por la falta de concentración. Nadie podría culparlo, tenía a Lan XiChen, el líder de la secta Lan, con 4000 reglas en su muro de piedra, siguiéndole el juego a un niño en frente suyo. Además de estar lo suficientemente distraído recordando memorias vergonzosas.

Cuando Lan XiChen notó su situación, agradeció que su cuerpo aún portara los reflejos del cultivador número uno. Actuó con bastante precisión y rapidez teniendo en cuenta que había dejado la reclusión hace poco tiempo.

Sostuvo con sus brazos al líder de la secta Jiang, una mano estaba sobre su espalda y la otra sobre su cintura. Al impulsar con sus brazos al de túnicas moradas para que no se cayera logró que terminaran aún más juntos de lo que estaban antes. Con sus cuerpos pegados, Lan XiChen dirigió su vista a los ojos de su contraparte, notando la profundidad del color de los mismos, su tonalidad única. Era la primera vez que podía observar tan de cerca al menor, por lo que bajó un poco más su vista con curiosidad olvidándose del entorno, llegando a los labios. Jiang Cheng veía los ojos contrarios, que lo miraban con una intensidad muy profunda, notó el cambio de rumbo en su mirada y pensó que debía haberlo imaginado. Estuvieron unos segundos de esa forma, en una burbuja que los rodeó al menos hasta que A-Yang habló, logrando que ambos se dieran cuenta de la posición en la que se encontraban, separándose de manera rápida. Lan XiChen hubiera jurado que vio a Jiang WanYin sonrojarse antes de desviar su mirada hacia el estanque de lotos con el ceño fruncido.

— A-Yang lo lamenta Jiang Gege, Lan Gege.

El niño pensaba que iba a ser regañado debido a que casi logró por accidente que el mayor que había sido tan bueno con él perdiera el equilibrio. Su rostro tenía una capa en rosado, evidenciaba la vergüenza que le causaba su error.

El nuevo discípulo de Muelle de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora