Capítulo 14

252 28 4
                                    

Era muy temprano cuando Jiang Cheng se levantó. El niño no se había despertado en toda la noche, lo que lo sorprendió, asumió que era porque estaba demasiado agotado mentalmente.

Asegurándose de que el menor siguiera durmiendo y de dejar a sus dos discípulas encargadas vigilando, Jiang Cheng se dirigió hacia el salón principal ya listo para realizar sus tareas de líder.

Empezó por dar órdenes de continuar con el entrenamiento que sus discípulos habían dejado a medias debido al clima, ahora no hacía tanto calor como cuando llegó. Se encargó de organizar la correspondencia de la secta que debía revisar más tarde y de organizar los ritos funerarios para los padres de A-Yang en el menor tiempo posible. También había indicado a un discípulo que se encargara de preparar el desayuno para que pudiera tomarlo junto a Lan XiChen, el día anterior se había saltado demasiadas normas de etiqueta y no estaba en sus planes ser un mal anfitrión.

Quería preguntarle al niño si quería estar presente en la ceremonia de sus padres, pero no estaba seguro de si aceptaría. Podría ir a prenderles incienso en vez de ir a la ceremonia, aunque los ritos de ceremonia eran algo meramente tradicional, sabía que tener la sensación de despedida era importante. Debía darle más tiempo para procesarlo.

Se encontró con Lan XiChen en el desayuno como tenía previsto. Debía admitir que se sentía algo orgulloso por las delicias que portaba su secta, y más al saber que no era el único que las apreciaba, teniendo en cuenta cuán vendidas eran en el mercado.

— Estos pasteles de semillas de loto son deliciosos... No me molestaría acostumbrarme a ellos.

El Primer Jade hablaba con sinceridad en sus palabras, sus bocados eran en extremo delicados y poco profundos, parecía disfrutar hasta la última parte de su aperitivo sin terminar.

— Podrás abastecerse de todos los pasteles que quieras mientras estés aquí, siempre que admitas que tenemos delicias mucho más maravillosas que en Gusu... El licor allá es muy bueno, supongo que usted... Zewu-Jun, ¿no lo probó?... ¿o si?

Mientras sostenía su taza de té en las manos, Jiang Cheng disfrutaba de molestar un poco al contrario, sabiendo de sobra que el mayor no iba a responder de mala manera a sus provocaciones.

— No me atrevería, Sandu Shengshou, y sí, admito que en Yunmeng cuentan con delicias únicas. — respondió el de túnicas blancas mirando directamente a los ojos del contrario.

— Creo que eso no es lo que esperaba que dijera, pero me conformo... mientras se encuentre aquí puede pedirlas y nuestros sirvientes se encargaran de traerlas para usted.

Aún sin poder terminar sus tazas de té, fueron interrumpidos.

— Lo sentimos por interrumpir al líder de secta, el niño quería verlo y no supimos cómo consolarlo. — dijo una de ellas, tenía en la mano el juguete con forma de gato, mientras la otra sostenía de la mano a un A-Yang con los ojos llorosos.

— Ven aquí A-Yang. — respondió Jiang Cheng mirando hacia el menor, su expresión cambiando de una agradable a una seria segundos después de visualizar al niño. Intentó hablar más bajo, no quería asustarlo.

Por los ojos del menor volvían a caer lágrimas, su cabello estaba algo alborotado y el aura que antes irradiaba felicidad estaba ahora rodeada por una fuerte tristeza. El cambio en su actitud era tan drástico que Jiang Cheng sintió un gusto amargo en la boca. Casi se arrepintió de haberle contado la verdad. Cuando el más pequeño se acercó a él, se sorprendió por lo rápido que este lo abrazó. A pesar de su estatura, el niño no dudó en sujetarse fuertemente del de túnicas moradas.

En el abrazo, Jiang Cheng ocultó la cabeza del menor en su cuello, acariciando la raíz de sus cabellos mientras hacía leves masajes. Era algo que solía funcionar cuando su sobrino estaba extremadamente inconsolable y sus llantos nocturnos no lo dejaban continuar con sus pocos descansos nocturnos. Buscaba traerle tranquilidad y hacerle sentirse más cómodo. 

El nuevo discípulo de Muelle de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora