Capítulo 29

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Las cosas empezaban a ir bien para la familia Theerapanyakul. Tal parecía que la llegada de la pequeña Milly había sido el augurio de que todas las cosas iban a mejorar. Y esperaban que la buena racha siguiera así, todos merecían ser felices.

Tal y como lo había dicho Korn, poco a poco los vampiros que residían en Rumania y los que vivían en el extranjero se fueron presentando en su casa, sorprendiéndose y alegrándose por el nacimiento de la pequeña Milly, asombrados por el rechazo de Kimhan a tomar el trono como rey de los vampiros e impresionados con la ascensión de Porchay como su nuevo monarca.

La mayoría de ellos estaba conforme con la decisión que se había tomado, después de todo, la familia Theerapanyakul seguía teniendo el control sobre la especie y eso les brindaba mucha confianza y seguridad. Korn había hecho un estupendo trabajo como gobernante supremo de los vampiros y estaban seguros que la decisión que había tomado de dejar a su yerno a cargo estaba bien fundamentada.

No obstante, como en cualquier caso, siempre había opositores, individuos que no se encontraban muy contentos con que el joven vampiro, compañero de Kimhan ocupara su lugar. Eran muchos sus motivos para estar en contra de dicha resolución, según ellos, en primer orden alegaban que se trataba de un OMEGA, en segunda porque decían no era un Theerapanyakul legítimo y en tercera porque aún no estaba casado con Kim, así que habían advertido que hablarían con el resto de vampiros para que proponer que otra persona ocupara el cargo.

Aquello no preocupaba a Korn tanto como a Chay, después de todo eran muy pocos los vampiros que no estaban a favor de que Chay fuera su nuevo rey, por lo que una posible revuelta en su contra, estaba absolutamente descartada. Además confiaba en la determinación, intrepidez, tenacidad y firmeza de su yerno para llevar a cargo esa nueva tarea de la mejor manera posible. Por si fuera poco, contaba con el apoyo de su futuro esposo, y por supuesto con la de él, pues aun cuando pronto iba a partir, eso no significaba que no podía contar con su ayuda.

- Bienvenido a nuestra huPetee morada, Asavapatr Ponpiboon – Korn recibió al primer visitante de ese día que había llegado desde lo que antes había sido el reino de Siam, Tailandia.

- Korn, querido, muchísimos años sin verte – expresó mientras se acercaba a abrazar al anfitrión de la mansión Theerapanyakul - ¿Y tu hermoso hijo Kimhan? Muero de ganas de verlo, me alegra mucho saber que él será nuestro nuevo rey – sonrió tratando de parecer sensual.

- Buenas tardes – saludó Kim quien venía bajando las escaleras vestido de manera formal, como era su costumbre.

- ¡Kimhan! – el recién llegado corrió a sus brazos y lo abrazó durante mucho tiempo queriendo durar ahí para siempre – han pasado muchos años desde la última vez que nos vimos –

- Supongo que sí – dijo Kim tratando de alejar a ese muchacho de él. Sabía que de algún modo, Asavapatr se sentía atraído por él, pero Kimhan jamás había dado indicios de corresponder esa atracción.

- Y los años no pasan en balde por ti – coqueteó acariciando su rostro – luces más guapo que nunca, supongo que ser nuestro nuevo rey te ha sentado de maravilla –

- Agradecería que quitaras tu... indecente mano del rostro de Kim – la voz de Chay se escuchó en el recibidor. Él venía bajando las escaleras con la pequeña Milly en brazos y no estaba nada contento con la escena que presenciaban sus ojos. Pobre de aquel que se atreviera a querer algo con su futuro marido.

- ¿Perdón? – cuestionó Asavapatr confundido pues no conocía al hombre que bajaba las escaleras y llegaba hasta donde ellos estaban - ¿Y tú eres? – lo miró con desdén de arriba abajo.

- Tu nuevo rey – respondió Chay provocando una carcajada en el visitante que seguía con su mano en la mejilla de Kim – no le veo la gracia y... – cargo a su pequeña princesa con un mano y con la otra alejó la de Asavapatr del rostro de su compañero – no me gusta que toquen a Kim, él es mío –

Carmesí | KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora