Capítulo 27

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Nadie le había dicho a Chay que los bebés vampiros se desarrollaban con muchísima más rapidez que un bebé mortal. Milly Theerapanyakul tenía apenas tres meses de nacida pero parecía una bebé de mucha más edad, en números quizás no fuera mucha la diferencia, pero físicamente se podía apreciar muy bien el cambio.

Estaba completamente fascinado con su nueva faceta como papá, y absolutamente encantado con la vida en pareja que vivía a lado de Kim. Su imperturbable ALFA era todo lo que había deseado en la vida, y más. Kim era sumamente atento, amable, cortés, galante, servicial, afectuoso, cariñoso, muy amoroso y totalmente complaciente.

Además de que era un padre extraordinario. Su compañero estaba fascinado con su hija, la cuidaba día y noche, pedía siempre darle de comer, solía cantarle para que durmiera y en general pasaba la mayor parte del tiempo con ella y con él, siempre cuidándolos y procurándolo que nada les faltara.

Algo que había cambiado Kim desde que Milly había llegado a sus vidas eran los periodos de descanso, que ahora con la bebé en casa solían ser mucho más prolongados. Normalmente, Kimhan no solía descansar durante mucho tiempo, no le gustaba estar en cama tanto tiempo sin hacer nada. Pero ahora, se la pasaba con su pequeña hija mientras la niña dormía; él y Scar se habían vuelto terriblemente protectores con la bebé. Y le encantaba, no lo iba a negar.

Una rutina más que había cambiado en su vida de pareja era cazar. Kim por fin le había dejado salir a conseguir su propio alimento por su cuenta. Le había enseñado las reglas principales y las mejores técnicas para ser más eficiente, y él como buen aprendiz había asimilado perfectamente las enseñanzas que su compañero le había brindado. Así que no solo salía a conseguir "comida" para él, sino para la pequeña Milly también, que de momento, al ser tan pequeñita consumía únicamente sangre de animal.

Chay como un vampiro consumado era certero, efectivo, competente y sobre todo muy poderoso. A pesar de que hacía tiempo había dejado de ser un neófito, su fuerza no había cambiado en lo absoluto, él seguía siendo más poderoso que Kim, puede que la diferencia no fuera tan visible pero sí muy considerable. Entre tanto, el mayor seguía siendo mucho más veloz que su pareja, pero era precisamente esa disparidad en sus habilidades lo que los volvía un equipo perfecto.

Chay volvía de cacería mientras Kim se había quedado con la pequeña Milly para darle un baño. Había bebido la sangre de dos enfermos terminales y había cazado un par de jabalís para extraer su sangre y recolectarla para su hermoso girasolito. Al entrar en la mansión, notó que Korn estaba en sala principal con semblante preocupado.

- ¿Ocurre algo? – se acercó hasta su suegro. Su relación con él seguía igual, no obstante se seguían tratando con cordialidad y respeto.

- Quisiera hablar contigo Chay – dijo el hombre con seriedad.

- Te escucho –

- Sé que estás al tanto de que me iré en unos días – comentó sabiendo que Kim y él habían hablado de su partida.

- Kim me dijo algo respecto a eso – respondió a Chay.

- Pero antes de irme, quiero que Kimhan tomé mi lugar como rey de los vampiros – expresó el mayor sin dejar de sonar preocupado – no obstante ha rechazado dicho título argumentando que no le interesa –

- Eso me parece extraño – comentó Chay - ¿Te ha dicho por qué? –

- No – respondió Korn – no me ha dicho sus motivos, solo dice que no le interesa ser el rey y que deje que otra dinastía se encargue de la monarquía –

- ¿Y tú quieres que yo hable con él? – cuestionó el menor con curiosidad.

- Espero que no lo malinterpretes, pero eres el único que puede convencerlo de aceptar el trono que le pertenece por derecho –

Carmesí | KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora