Decisión

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-Por favor Aless,convence a tu novio.

Gareth me seguía por el pasillo del apartamento.

-Gareth,no te preocupes.

-Joder yo también echo de menos Hawkins y a todos pero...-

-Gareth-lo miré-Te digo que no tienes por qué preocuparte, sé lo importante que es para todos.

Me sonrió débilmente y entré al cuarto de Eddie.

-¡Pero si está aquí!-alzó las manos-me he despertado a las siete de la mañana y ya no estabas.

Estaba enfadado y lo entendía.
Lo dejé durmiendo y no conteste a ninguna de sus llamadas.

-Lo siento.

-Oh genial,lo sientes.-Cerré la puerta tras de mí-Casi llamo a la policía.

-Exagerado...

Se giró a mirarme casi dramáticamente
-Estás en Nueva York una ciudad que ni yo conozco¡Sola!¿Sabes cuántos accidentes de tráfico hay?¿O cuántos atracos?¿Sabes que barrio es peligroso o cual no? ¡Yo aún no lo sé Aless y fíjate vivo aquí y sé defenderme! Y te vas de madrugada¿¡A donde!?

-¡Ya basta joder!¡Ya basta de gritarme!

-¡Tú también lo haces!

-¡Has empezado tú!¡Deja de tratarme como una inútil!¡Estoy aquí!¡Ya está!

-¿Por qué no has respondido a mis llamadas?-se acercó a mí.

-No podía.

-¿No podías? Oh bien me dejas más tranquilo,gracias.

Yo le quiero, mucho, quizá demasiado. A cualquier otro ya le había mandado bien lejos.

Me giré para abrir la puerta y salir de la habitación,pero su mano se interpuso.

-No hemos terminado de hablar Aless.

-Estás gritando,no hablando.

Abrí la puerta con más esfuerzo de lo necesario y salí hasta el salón.

Los demás se giraron a mirarme y Steve me habló -¿Estás bien?

Los demás se giraron a mirarme y Steve me habló -¿Estás bien?

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Asentí y agarré una cajetilla de tabaco de la mesa.

Abrí el ventanal y por un momento sonreí,siempre había querido salir a las escaleras de emergencia de los edificios, como en las películas.

Bajé unos cuantos escalones y me senté, segundos más tarde tenía a Steve a mi lado y me arrebató un cigarrillo.

-Se le pasará -Habló y puse mi cabeza en su hombro mientras expulsaba el humo-Estaba muy preocupado.

-No soy una niña pequeña.

-Tú te habrías preocupado igual.

-No le había gritado sin parar.

Sólo Contigo (Eddie Munson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora