9-Recuerdos

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Evan marcó el número de Ryan con dedos temblorosos, aún resonando en su pecho el eco de la despedida de Sky.

-Ryan, ya la dejé en su casa. ¿Qué querías decirme? -la voz de Evan flotaba en el aire, cargada de una expectativa silenciosa.

Del otro lado de la línea, un suspiro se deslizó como una sombra.

-¿Tú y Sky... son algo más? Digo, ¿han formalizado lo suyo?

El corazón de Evan se apretó, un nudo de incertidumbre se formó en su garganta, temeroso de la reacción de Ryan.

-Eh... sí, algo así... ¿hay algún problema?

Ryan carraspeó, como si las palabras le pesaran.

-No, no es eso. Sabes que tu felicidad es lo que importa. Pero... ¿Sky?

Los ojos de Evan se estrecharon, un velo de confusión nubló su mirada.

-¿Qué insinúas?

-Perdona, me he expresado mal. Es solo que Sky es... singular, Evan, no es como las demás...

-¡Exactamente! Esa es la razón por la que ella es especial para mí, es lo que mi alma anhela.

Un silencio espeso se tendió entre ellos, cargado de palabras no dichas.

-Solo ten cuidado, no dejes que los paparazzi la acosen. Parece que su trabajo ya consume mucho de su tiempo.

-Así es. Aprecio tu preocupación, Ryan.

Evan colgó, sus pasos retomaron el camino, pero su mente seguía enredada en la maraña de la conversación que acababa de tejer.

...
...
...

F

rente al espejo, Sky contemplaba su reflejo. La imagen que le devolvía el cristal era un retrato de desaliento, teñido por la palidez y el cansancio que se adueñaban de su semblante.

Sus dedos, temblorosos y delicados, trazaron las líneas de su rostro, buscando la fuente del dolor que la asediaba sin tregua.

Concluida esa inspección tan breve como meticulosa, se entregó a la tarea cotidiana de lavar la ropa. La cesta rebosante de prendas usadas se erguía como un monolito a la normalidad perdida, esa que ansiaba reconquistar.

La lavadora, con su rítmico y monótono girar, marcaba el inicio de un breve respiro de treinta minutos antes de enfrentarse a la secadora. Sky se dejó caer en el sofá, encendió la televisión y se sumergió en el mundo de colores y travesuras de los personajes animados.

Pero la tranquilidad fue efímera; su celular irrumpió en la escena, vibrando con la urgencia de una llamada inesperada. Un número desconocido parpadeaba en la pantalla. Con reticencia, presionada por la sospecha de que podría ser un nuevo colega, atendió.

-¿Sí?

-Sky, me alegra que hayas contestado, temía que no lo hicieras. Soy Matt.

La voz al otro lado era un bálsamo inesperado para su espíritu abatido.

-Hola, Matt. ¿Cómo te encuentras?

Un suspiro, cargado de una preocupación apenas disimulada, se coló por la línea.

-Estoy bien, disfrutamos de un día libre gracias a ti. Ryan nos ha hablado de tu accidente, ¿cómo estás?

Sky se llevó una mano a la frente, restándole importancia al hecho.

-Estoy bien, realmente bien. Fue solo una caída menor, nada serio.

-Me alivia oír eso. ¿Hay algo que necesites?

Mind  (Evan Peters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora