𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒔𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔

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El haber entrado en el maletero del Conde Olaf no había sido una excelente idea, y de eso se dieron cuenta los niños cuando estuvieron a punto de ser descubiertos ya que los secuaces del Conde querían beber algo de Merlot, el cual se encontraba en...

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El haber entrado en el maletero del Conde Olaf no había sido una excelente idea, y de eso se dieron cuenta los niños cuando estuvieron a punto de ser descubiertos ya que los secuaces del Conde querían beber algo de Merlot, el cual se encontraba en la cajuela, junto a los niños. Pero para su buena suerte, el Conde Olaf había decidido no beber y conducir ya que quería llegar al Carnaval Caligari lo antes posible. 

Fue así como ante los primeros rayos de luz solar, el auto del Conde se detuvo dentro del Carnaval y pocos minutos después, el carro que Miles había robado se estacionó fuera, para que los secuaces del Conde ─o el mismo Olaf en su defecto─ no descubrieran que había alguien más en aquel lugar. 

Y luego de asegurarse de que todos habían bajado de aquel auto café, Blue se acercó al automóvil de su padre para poder abrir la cajuela, de la cual salieron el resto de los niños y no perdieron tiempo antes de ocultarse detrás del auto del Conde. 

─Aquellas deben ser las Montañas Mortmain. ─señaló Gilbert, puesto que por donde se podía observar al sol ponerse, se podían divisar unas montañas a lo lejos. 

─Nuestros padres prometieron que nos llevarían algún día. ─murmuró Klaus mientras una ligera mueca de tristeza aparecía en su rostro. ─¿Y si lo que dijo Jaques Snicket era correcto y alguno de nuestros padres sobrevivió?

─El Conde tiene mucha fe en que una adivina le dará la respuesta. ─aseguró Terry antes de alzar los hombros. ─Pero como mis padres están vivos, no opino. 

─¿De qué te sirve que estén vivos si no sabes dónde están? ─inquirió Blue, haciendo que Terry le diera un codazo. 

─Tú tampoco lo sabes. ─replicó el rubio. 

─¡Oigan! Estoy segura de que pueden hablar de eso en otro momento. ─aseguró Rox, y por primera y tal vez única vez, Violet asintió para darle la razón a la pelirroja.

─Nunca he leído algo que compruebe que las adivinas puedan hacer adivinaciones auténticas. ─informó Klaus mientras subía sus lentes por el puente de su nariz, mientras tanto Jacob miraba fijamente la carpa de Madam Lulú. 

─Esta podría no ser una adivina común. ─aseguró Jacob, haciendo que todos los niños voltearan a ver la carpa y lograran notar el ojo de V.F.D plasmada en ella. 

─¿Eso es una buena o mala señal? ─cuestionó Rox mientras fruncía el ceño. 

─Tenemos que averiguar que le está diciendo al Conde Olaf. ─comentó Violet, así que todos los niños se dirigieron sigilosamente hacia la parte de atrás de la carpa. 

Bueno, es muy simple Madam Lulú, mi pregunta es... ¿alguno de los padres de los huérfanos que he estado persiguiendo sobrevivió al incendio?

Todo el grupo de niños permaneció en silencio, expectantes ante la respuesta que le daría Madam Lulú al Conde Olaf, sin embargo, la respuesta de aquella mujer solo hizo que los niños bufaran o soltaran pequeños resoplidos de decepción. 

𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐓𝐈𝐕𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora