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"Acusaciones falsas"

Cuando se quedó dormido lo arrastré a las habitaciones de ellas. Ahora ya sé sus nombres, Alejandra y Alexandra, ¿tenían que rimar cierto?

Luego no supe que pasó después, pero lo encontré al ras de la puerta limpiando sus tobillos sangrantes.

Me acerque a él y le tendí un pañuelo y los zapatos de Patrick, el difunto de Patrick.

No le dije nada, el solo me miró y me agradeció con los ojos, pensé en que no podía pasarle algo peor, siento lastima por él ahora. ¿Eso está mal?

Le conduje de nuevo al cuarto y lo dejé a oscuras, me acerque a él y le tendí un paquete que había hecho días atrás por si algo así pasaba.

Salí del cuarto y decidí ver al Mayor.

- ¿qué quieres?- preguntó de espaldas

- ¿puedo ir a descansar?- le pregunté en un jadeo

- te contraté para que hicieras tu trabajo, no puedes darte el lujo ahora de salir

- bien, ¿puedo dejar salir a Nicolas?

- si no te dejo salir a ti, ¿crees que lo dejaré a él?

- por favor, pagaré por esto

- no

- por favor, déjelo salir

- ¿qué estás dispuesto a hacer por esto?

- lo que sea, solo déjelo salir

- vamos chico, te compadeces por un miserable

- no es un miserable

- ¿ahora lo proteges?- preguntó en burla

- pensé que eso se hace en estas organizaciones

- me parece que hay algo que no has entendido bien, solo debes de importar tú solo, no pienses en los demás por qué si no acabarás cómo Patrick

Salí de su oficina y me dispuse a ver al chico.

Le ví en las escaleras con un cerillo, me acerque a él y este lo apagó de inmediato.

- ¿dónde estás?- susurré

- déjame solo por favor- añadió algo molesto, molesto pero afligido, presencié un sentimiento extraño dentro de él

-escucha no puedes irte así déjame acompañarte te dejaré en un lugar seguro solo escúchame- añadí

-por favor solo por esta vez déjame, te agradezco lo que has hecho pero dame tiempo- respondió

-de acuerdo solo ten cuidado- respondí algo nervioso

Acabó la conversación y salió por la puerta.
Iría a ver a su esposa y sentí envidia por eso, ¿por qué?

Puede haber tenido ese sentimiento con Bianca, esa conexión fuerte entre nosotros pero decidí ignorarla, que estúpido fuí.

Me quedé en la puerta a esperar su recorrido. Mi estómago gruñó, moría de hambre ahora pero no podía decirle a nadie, me mordí los labios pensando en algo, podía inventar una excusa para que me dejara salir o algo así.
Me senté en las escaleras y crucé mis piernas, abrí un paquete de cigarrillos y fumé uno de forma distante.

El chico tardó por lo que me dió tiempo de terminar mi cigarrillo sin problema.

Entró y me sonrió desanimadamente, cerró los ojos como tratando de decir algo pero no pudo, apretó los labios y se quedó callado.

"El castaño" (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora