"El castaño" (EN EDICIÓN)

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Me había ido sin recuperarme.
Eso fué lo que dije.

Me llevarán de regreso a mi celda, ¿valió la pena huir en un principio si sabía que esto terminaría así?

La camioneta llegó, hablaron con Lucas después de que me llevaran a dentro a la fuerza.

- debo salir de aquí- me dije a mí mismo
- aquí nadie sale vivo- comentó el de la puerta
- yo no soy así
- ¿en verdad?, la persona con la que están hablando te internó aquí
- fué un error
- ¿dónde están los otros?
- ¿qué?
- sí, dijeron que otros pacientes salieron contigo esa noche
- no, no ví a nadie
- ¿aún piensas mentir?
- no, es solo que no había nadie
- eso es interesante
- cállese
- parece que ya decidieron algo, quédate ahí

La camioneta dió la vuelta de regreso al lugar.

Al bajar me empujaron a una celda solitaria como la de la Unión, de rejas oxidadas y una pútrida cama grisácea de olor a azufre.

Me senté en el suelo aflojando mi corbata, debía salir de ahí.

- ¿debo escapar no es así?
- no podrás hacerlo- mencionó el doctor detrás de la celda
- ¿por qué?
- porque ahora estás bajo nuestro mando, no cambies las cosas de nuestra organización
- ¿organización?
- así es, tu amigo debe de pagarnos tu cuota mensual, ya acordó todo eso
- ¿qué?
- sí, nos encargamos de ti en unos instantes
- son imbéciles- añadí lanzándole la almohada
- ¿que te hizo la almohada?
- lárguese

Escuché sus pasos alejarse, cerré los ojos y miré mis manos lastimadas, ¿por qué seguían siendo pálidas?

¿Debía odiar a Lucas realmente?, dudé sobre su apoyo en mi situación, pensó que así tendría algo con que sostenerme sin empleo, él paga mi cuota, ¿por qué?

¿Podía cambiar esto si le coqueteaba de nuevo?, eso pasó en ocasiones anteriores, ¿pero aún debía soportarlo? No lo sabía.

Traté de abrir la celda con mis manos sin conseguirlo, me sentí herido nuevamente.

Pero me dolía más que los vendajes, más que las bofetadas que me había dado, me dolió la traición de Lucas.

Después lo entendí a detalle, seguía manteniendo su relación en secreto.

Porque su esposa, trabajaba en la institución de la cual formé parte, no quería a la escoria de mi clase con su amado, ¿no era así realmente?

Por eso mentía sobre su relación, porque en verdad lo había hecho para olvidarme, alejándome del mundo que le rodeaba y haciéndome perder la razón para suicidarme. Eso deseaba con ansias.

¿Pero por qué no lo hacía?, todo este tiempo se lo hice saber, pero siempre había algo que estropea mis planes a cada instante, es él en parte pero también lo es mi cobardía al sentirlo.

Aún amaba a aquella desdicha de clase, aún amaba a Ámbar, aún amaba a Bianca y aún seguía teniendo respeto hacia mis colegas de la Unión.

No lo había olvidado.

No podía olvidarlo. No es tan sencillo como parece.

No puedo olvidarlo todo solo con un tiempo de recuperación en un hospital, no puedo.

Me quedé inmóvil en la habitación, en la celda, contemplé el fondo de la siguiente frente a mí. Estaba vacía, ¿que haría yo solo en este lugar?

Debía tener un plan para escapar, tenía que hacerlo de algún modo, podría robar sus llaves y salir, pero incluso nos habían alejado de los guardias, ¿cómo seguían vivos aquí?