Dentro de la cueva

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洞窟

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Se siente mareada y desconcertada. Sus oídos son los primeros en adecuarse a la nueva estancia, llena de voces que no reconoce. Repasa la estancia con los ojos entreabiertos, se detiene en las figuras que reconoce, las que le arrebataron a su hermana. Desea moverse pero una correas se lo impiden. 

—La chica está despierta. —Advierte la rubia.

—La soñadora que se nos escapó junto a su hermana —Shigaraki arrastra la voz al hablar. Su voz y apariencia la aterran—. No estés asustada, tu amigo está vivo y no tengo intención de matarte. Mi maestro cree que eres de utilidad. Aunque no consigo saber la razón, he de decir que conozco dones más peculiares que los de soñar. Los sueños son estúpidos.

Ofendida se relame los labios para hablar.

—Sin sueños todo colapsaría. Todos sueñan, es un impulso de vida.

—Yo no sueño.

—Oh, claro que lo haces, miro a través de tu miedo, tienes pesadillas muchas de ellas y tus sueños son aspiraciones, sueñas con gobernar, sueñas con destruir, arrasar, marcar. Quieres dejar huella para que no te olviden. Los villanos también tienen miedo. 

—Me gusta que responda. Quiero que seamos amigas.

—Temerosa de la incomprensión —Espeta hacia Himiko—. El de verde, aterrado por la discriminación, el mago al fracaso, la de los imanes a no aceptarse, la neblina a...

Olympia lo mira pero no encuentra nada, solo una constante energía por mantener a Shigaraki con vida. Es la primera vez que le pasa algo así, ninguna mente le niega saber su miedo, hay algunas más complicadas que otras, pero la de ese hombre está totalmente vacía, sin recuerdos de infancia, sin ninguna otra aspiración a cumplir con su deber de custodiar el joven maestro. Ha encontrado algunas mentes algo enrevesadas, las de las personas con deterioro cognitivo lo son, no encuentra secuencias lógicas pero él no está dentro. Parece un cascarón. No le inspira nada. Este se levanta y camina hacia ella, rodea su silla y danza sus manos alrededor de su rostro. 

—¿Qué temes tu más? —Sabe la respuesta, pero no responde, su hermana está a salvo, no tiene que preocuparse por ella—. Si sabes del miedo, también sabrás lo que impulsa a hacer. Todos nosotros hemos sufrido las injusticias de la sociedad, supongo que has podido verlo, al menos en la mayoría.

—El miedo no excusa comportamientos como los vuestros. ¿Qué temías de dos niñas? Ni siquiera eso, una es un bebé. 

—Sois útiles. Tu hermana puede otorgarnos fuerza. 

—¿De él que queréis? 

—Creo que será afín con nuestra causa. 

Katsuki empieza a despertar. 

—No vais a obligarle.

—No pretendo obligarle —Se dirige a el—. Pretendo convencerte para unirte a la Liga. Para liberar a la sociedad de los héroes y las normas que restringen los dones. No te volverán a atar ni amordazar por como eres. 

—Cierra tu maldita boca. Si crees que con un monologo piensas que me uniré a ti lo llevas muy jodido. 

—Los dos tenéis madera para entrar. ¿No os llama la atención? Aunque sea solo un poco. Tu has visto lo peor de la sociedad con tu don y tu estás por ver como la sociedad reacciona a los fracasos de los héroes.

Katsuki se mantiene en silencio mientras escucha como la U.A intenta defenderse, le alientan las palabras de su profesor pero le rechina que en especial hablen de él, no remarcan en Olympia o sus otros compañeros. El televisor es pequeño y de mala calidad pero se escucha bien.

Olympia ❝ Katsuki Bakugo x OC❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora