Olympia ❝ Katsuki Bakugo x OC❞

Ella es mi diosa

キメラ

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Katsuki no sabía como había terminado en dirección a Hosu con Best Jeanist y Olympia. La joven mostraba mejores aptitudes que el. Lo malo era que normalmente la chica ayudaba a mujeres y niños, los hombres seguían poniéndola nerviosa. 

Un niño llorando perdido en la estaciones de trenes. Katsuki recordó como es que estaba allí, soportando a un crió de unos 8 años que como los demás hacía varios halagos a la joven por su singular belleza. El niño se había perdido en la estación de trenes. Lograron contactar con su hermana mayor que había logrado entrar al abarrotado tren pero el pequeño empujado por la multitud se había quedado afuera. Best Jeanist dijo que podían acompañarlo ya que su turno terminaba en poco rato. Bajaron del tren y una joven unos años mayor daba vueltas nerviosa.

— ¡Hiromi! —La chica corrió a abrazar al niño al igual que esté.

— ¡Hermana, hermana! Me han traído uno héroes. —El pequeño sonreía señalando a las tres personas.

— ¡Muchísimas gracias! —La joven se despidió junto a Hiromi. 

Best Jeanist de casualidad había quedado junto a otro héroe en un restaurante cercano por lo que se alejó de allí. 

— Vámos a ca... —Bakugo no llegó a terminar la frase. La gente empezaba a correr buscando la salida y gritando Villanos.— ¿Villanos? —Katsuki agarró a Olympia de la muñeca y buscó un lugar seguro. Cosa que era muy difícil. Estaban atacando, aquellos seres despreciables. Los Nomu. Habían más de uno. Ayudaban a cualquiera que necesitara ayuda, gente que caía, atrapados... Era un coas y para colmo empezaban a arder llamas que no se apagaban. El móvil de Katsuki vibró.

— ¿Que pasa?

— El maldito Deku. Ha enviado su ubicación. —Bufó. —Sigamos.

— No. —Olympia agarró el atrapasueños.— Tenemos que ir donde el... —Olympia se quitó los zapatos. —Siento algo.— Sin decir nada más empezó a correr. Lo notaba, en las plantas de los pies. El rubio miraba con detalle los ojos de la albina, tenía lagrimas en ellos pero sus labios delineaban una sonrisa. Bastante extraña por que lo que le transmitía al ojirrojo era desesperación. El corazón de Olympia bombeaba más sangre de lo normal y su piel pálida comenzaba a iluminarse por cada paso que daba. Katsuki la seguía perplejo mirando la extraña reacción de la chica. Olympia se paró en seco y miró hacía unos edificios.
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— ¿Pero que le está pasando a esta niña? —Cabello azulado, y con una mano pegada a la cabeza, Shigaraki Tomura sujetaba en brazos a una niña pequeña. La bebe emanaba una gran luz que los dos villanos no sabían como apagar. Bajaron del edificio para no ser rastreados con tanta facilidad, su plan era meterse por los callejones y posicionarse en un mejor lugar para mirar a Stain. Olympia impidió aquello. Llegó corriendo y se hizo notar gritando.

— ¡Hestia! —Los ojos de la chica buscaban a su hermana. La luz de la bebe paró y la pequeña sonrió mientras movía sus extremidades dando a entender que quería que su hermana la cargara.— Menos mal estas bien... —Por unos momentos las piernas de la chica flaquearon. Katsuki la sostuvo mirando a la liga de los villlanos. 

— ¡Que suerte! —Shigaraki sonrió.— Por fin te he encontrado. No, más bien has venido tu misma. Sabía que la niña serviría de algo. 

— Devuélveme a mi hermana. Es solo un bebe. 

— Únete a mi. Tu Kosei me serviría muy bien. Serías una Villana excelente. Si vienes estarás junto a tu hermanita. 

—¡Bastardo!—Katsuki apretó con fuerza las puños.— Aprovechándote de una manera tan rastrera.