Festival Deportivo

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プラスウルトラ

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OLYMPIA P.O.V.

...

Abrí los ojos perezosamente al escuchar una alarma. Me costó enfocar la vista y vi el despertador del lado de Katsuki... ¿¡Espera, que!? Di un pequeño gritito y al ver como estábamos. Katsuki abrió los ojos.

Tsk, que molesta eres... —Apagó la alarma y me miró. Bajé la mirada intentando evitar tontamente que no viera mi sonrojo.— Vístete, nos vamos.

— Eh... Katsuki... mi vestido sigue manchando. 

— Cierto... —Se bajó de la cama y escuché que llamaba a su madre. Intenté peinarme un poco con los dedos y di unos golpecitos en la cara para espabilarme... he dormido de maravilla. Al rato apareció Katsuki junto a su madre. 

— Buenos días. —Me dijo con una dulce voz.

— Buenos días. —Respondí con una pequeña sonrisa. 

— Ven,  —Me hizo un gesto con la mano y la seguí.— Espérame aquí.—Supuse que era su habitación, escuché unas cajas moverse y algunas palabras a su marido. Salió con una sonrisa y me mostró una caja.— Era de cuando tenía tu edad, espero que te valga.— Abrí la caja con intriga y me alegré al ver un vestido muy lindo. Le di un abrazo por impulso.

— Muchísimas gracias, de verdad... —Me acarició el cabello con ternura.

— Venga, ve cambiarte, dile a Katsuki que te deje su habitación. —Asentí y me fui corriendo. Toqué la puerta.

— Pasa. —Hice caso y entré.— ¿Que te pasa?

Katsuki P.O.V.

Miré a la albina al entrar, le brillaban los ojos y tenía un leve rubor por las mejillas.

— Tu madre me a regalado un vestido. — ¿Solo por eso?— Nunca nadie me había regalado nada..., aparte de ti, ni mi padre... —Me sorprendí por ello.— ¿Puedo cambiarme?— Asentí y salí de la habitación. Cuando terminó abrió la puerta, mentiría si dijera que estaba acostumbrado a verla detrás de la puerta, con los labios un poco curvados, pero cada vez que la veía sentía algo en el pecho. Se mostró con un vestido negro muy simple. El vuelo de la falda empezaba por debajo de su pecho y terminaba por encima de sus muslos, dejando ver la mayoría de vendas que seguía teniendo por precaución, una en el muslo, otra el la pantorrilla de la misma pierna y las demás en los brazos. Llevaba un collar pegado al cuello blanco y sujetaba unos zapatos con las manos.— ¿Que te parece?

— ¿Eh? —Levanté la vista.

— Que que te parece... ¿Me queda bien?

— Si... —Susurré.

— ¿Enserio? —Sonrió un poco más.

— Que si. Vamos a desayunar. —Le revolví el pelo y me di la vuelta.

— Te queda bien el uniforme. Nunca te lo había dicho en es hospital. —Me giré con los ojos algo abiertos. 

— Gracias... —Se acercó a mi y bajamos las escaleras hasta ir a la cocina. Mi padre estaba tomándose una taza de café mientras esperaba a que se hicieran unas tostadas. 

— Buenos días. —Saludó la albina.

— Buenos días. ¿Queréis? —Nos enseñó dos platos con unos pancakes. A la albina los ojos le volvieron a brillar. Cogimos los platos y saque una jarra de miel. 

Olympia ❝ Katsuki Bakugo x OC❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora