La comida consistía en unas croquetas de pollo como entrante, sopa de tomate y otras verduras de primero y ternera con patatas y verduras como segundo. El profesor Kirke se alegró mucho de ver que a los niños parecía gustarles la comida, ya que había tenido dudas respecto a lo escogido.
Adela estaba muy nerviosa, por más que intentase ocultarlo. Siempre había recibido las clases del colegio en casa, impartidas por su abuelo, y no había tenido tanto contacto con tantos niños de su edad durante un periodo de más de un día sin descanso. Era una sensación gratificante para ella, pero muy extraña.
Los hermanos Pevensie, en cambio, estaban algo tristes por conocer de cerca la situación que amenazaba a su país y a su familia, pero cada minuto se sentían un poco más a gusto.
- ¿Puedes enseñarnos los jardines, Adela? - Le preguntó Lucy, con una gran sonrisa de angelito asomando en su cara.
- Claro que sí, Lucy. Cuando acabe de recoger esto, subimos a por unas cosas que nos vendrán bien y os la enseño.
- No te preocupes, cielo, ya me ocupo yo de esto. Id a divertiros un rato, que ya tendréis tiempo para tener que trabajar. Además, en un rato, puede que no haga tan buen tiempo. - Añadió el anciano.
Adela asintió levemente y le dedicó una sonrisa a su abuelo, para darle las gracias sin necesidad de hablar. Los cuatro hermanos se levantaron de la mesa agradeciendo la comida y alagando a la persona que la había preparado. Pasaron por el pasillo hasta llegar al lado norte de la casa, después de que Adela hubiese cogido una cestita, donde había una preciosa puertecilla de madera que daba al patio trasero y a sus jardines.
Edmund iba fijándose en los distintos tipos de árboles que rodeaban la casa, mientras Lucy, Susan y Adela dialogaban acerca del colegio, de sus respectivas amistades y sus actividades y pasatiempos favoritos.
- Hace dos semanas que Anna, una amiga mía, no viene a clase y nadie sabe el por qué. Sus padres no habían avisado al colegio de que iba a faltar y mucha gente de clase empezó a sospechar que a lo mejor había sido víctima de unos de los ataques del centro de Londres. Aún no sé nada, pero espero que esté bien. - Iba contando Susan, algo intranquila.
- Dios, qué horror. Yo también espero que se encuentre bien, Susan. A lo mejor la zona en la que vive se ha quedado apartada del resto por algún motivo. Leí en el periódico que muchas carreteras y aceras no se podían cruzar con normalidad. Puede que haya sido eso y que sus padres no hayan querido que se arriesgase a ir a la escuela. - Añadió la joven Kirke, intentando consolar a su nueva amiga. Supuso que lo consiguió, porque los músculos de su cara se fueron relajando mediante hablaba.
- Adela, ¿tú a que colegio ibas antes de que se cerraran? - Preguntó Peter, atento a la conversación, fijándose en la castaña mientras ella pensaba una respuesta.
- Nunca he ido a un colegio. Estudio en la biblioteca que tenemos en casa, con ayuda de mi abuelo y los libros, mapas y cuadernos que tenemos ahí, pero siempre he tenido curiosidad por saber cómo es aprender con otras personas de tu edad. Aunque también tengo que decir que Gilbert me acompaña y me ayuda con las matemáticas.
- ¿Quién es Gilbert? - Preguntó Edmund, que se había sumado al grupo de jóvenes. El chico aún no sabía por qué, pero no le gustó mucho que se nombrara su nombre y menos que Adela lo hubiese dicho tan sonriente.
- ¿Es tu novio? - Añadió la pequeña Lucy, con ganas de que la respuesta fuese un sí. Peter también se centró mucho en escuchar bien.
- ¿Cómo? ¿Gilbert Brown? - Respondió ella. - ¡Qué va! No sé por qué siempre me hacen la misma pregunta.
- Pues puede que porque hagáis buena pareja. - Comentó Lucy, sonriente.
- No creo. No le gusto y él a mi tampoco, por muy buen amigo que sea. - Explicó ella, resumiendo bastante la situación. - Creo que mañana vendrá a verme, así que os podréis conocer. Dejémonos de tanta charla y andemos más rápido, que tengo que enseñaros un sitio. - Añadió, con una sonrisa divertida.
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El legado de los Kirke - Edmund Pevensie
FanfictionAdela esperaba inquietamente la llegada de esos cuatro hermanos, que venían para refugiarse de los bombardeos en Londres. Nunca hubiese esperado todo lo que supondría conocerlos. Empieza a leer para descubrir las aventuras de los hermanos Pevensie y...