Capítulo 16

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Los corazones de los cinco chicos latían con fuerza y rapidez. Pum, pum. Pum, pum. Aunque los pequeños fuesen más nerviosos, Susan y Peter anhelaban que lo que les habían contado fuera cierto. Esperaban con ansia llegar hasta ese mágico lugar esa noche.

Tal como acordaron, se reunieron a las doce en punto en la habitación del armario, con ropa abrigada y cómoda. Fueron con cuidado de no hacer ruido para no despertar al señor Kirke ni a los empleados.

Adela estaba de frente al armario, en cabeza. Se dio media vuelta para mirarlos a todos con una sonrisa nerviosa y murmuró un par de veces por lo bajo: "Espero que funcione"

Abrió la puerta del oscuro armario y se adentró en él, esperanzada. Empezó a andar y vio que el final del armario había desaparecido. Había funcionado. Podrían ayudar a Narnia y salvar el lugar de las manos de la Bruja Blanca, juntos. Nunca había estado tan emocionada.


Peter


Vi como Adela se metía en el armario, seguida por Lucy y Edmund. Miré a Susan, que observaba la escena, curiosa. Esperé unos segundos y, al ver que no salían, me extrañé. 

- ¿No es raro que quepan ahí los tres, Peter? - Me preguntó Susan. Llevaba su pijama favorito, uno de rayas blancas y rosas, sus zapatillas más confortables y un gran abrigo que había cogido del mueble. - Es decir, es un armario grande, pero, ¿tanto?

- Yo tampoco lo entiendo, Su. - Añadí. Después, resoplé y tomé una decisión. - Voy a entrar.

Dejé el candelabro con el que me había guiado para llegar al cuarto y me adentré en el armario. "¿Desde cuando hace tanto frío entre la madera?", me pregunté. "¿Cómo es que noto viento enfriándome las mejillas? Nada está teniendo sentido."

De repente, noté que, cuantos más pasos daba, más me mojaba los pies. Por ello, decidí tocar el suelo, aún viendo prácticamente nada. Parecía que hubiese nevado dentro del mueble, pero eso era muy raro. Por fin, empecé a ver algo de luz. Pienso que nunca había estado tan confundido.

Llegué hasta un lugar totalmente nevado, donde Lucy, Edmund y Adela hacían una guerra de bolas de nieve. Susan apareció detrás de mí y me posó una de sus manos en mi hombro. Creo que quería ver si estaba soñando.

- No es posible... - Susurré, totalmente anonadado. - Teníais razón, chicos. 

- Narnia es real. - Añadió Susan, en un tono muy bajo. 


...

¡Hola!


Como se suele decir, lo prometido es deuda. Aquí tenéis otro capítulo más, un poquito más largo que el resto y con una parte vista desde la perspectiva de Peter Pevensie.

Espero que hayáis disfrutado :) ¡Y no os olvidéis de votar este capítulo y guardar la historia en vuestra biblioteca! Ayuda mucho.

Quería volver a daros las gracias a los lectores de esta historia,"El legado de los Kirke". Sois vosotros los que me animáis a seguir escribiendo.


Que tengáis una gran semana ;)

El legado de los Kirke - Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora