Extra seis

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Alex

     Queridos padres:

     Se supone que ese llamado seria como los otros: sencillo, rápido y confidencial. Sin embargo, yo cometí el error de tomarlo personal. Lo sé, lo sé: comprendo que eso no debía pasar, pero... no pude soportar el hecho de que un hombre le hiciera daño a una mujer, sobre todo cuando esta no tenía medios para defenderse. ¿Por qué los humanos se dañan de esa manera?, ¿Cuál es el inconveniente de trabajar en equipo y crear una comunidad sana? Quizás soy extraño por pensar de esta manera, pero prefiero mantenerme así que dejarme llevar por estupideces.

     Me desvíe un poco, ¿cierto? Lo positivo es que ahora podré continuar, así que aquí vamos: la luz que anunciaba el comienzo de un nuevo día se ocultaba, y aun así, cada recluta se había despertado, aseado y puesto alerta, y (lamento decirlo) yo más que muchos: como les mencione, no vivo en la Luna Azul, sino en la Morada, y pese a que estaba cumpliendo mis tareas en la segunda, me llamaron en la primera, y creo que esa fue una de las razones de mi desvelo y espíritu madrugador (el cual no sabía que estaba dentro de mí). Los tonos oscuros invadieron el área de los guerreros, el aroma a sudor hacia lo mismo con ciertos salones y las afirmaciones positivas surcaban las paredes: esa era una de las cosas que más me emocionaba, el poder escuchar que era capaz, que era inteligente y que mi existencia valía la pena. Sé que primero debía de creérmelo yo, pero le soy fiel a este hecho: todo comienza en casa, y en la escuela lo reafirmas. Sin ustedes, sin sus enseñanzas y todo su valor, no sería el Alex que soy ahora. Tuve y tengo mucha suerte aun, porque los mantengo vivos en mi mente; en mi corazón.

     Dos soldados senior caminaban frente a mí, y yo, callado, les seguía el paso desde atrás. Mi cabello había decido ser rebelde en esa ocasión, así que, por más que lo amarrara en una coleta baja, varios mechones me acariciaban los pómulos. Yo me mantenía serio y más nervioso de los usual, pero en cuanto vi a uno de los generales en el momento de entrar en ese cuarto, traté de que esas emociones no se reflejaran en mi rostro. En sí, el hombre me asigno un caso, junto con sus ubicaciones y demás, y en cuanto tuve tiempo de analizarlo, le pregunté si podía darle resolución ese mismo día, en ese momento. No les mentiré: deseaba hacerlo para darle una golpiza a esos idiotas (porque lo son, y no creo que haya otra palabra a esos tres humanos) y aunque ese objetivo estaba muy claro en mi cabeza, no lo dije en voz alta. Recuerdo que el alien mayor me observaba con las cejas juntas, los ojos achicados y el cuerpo tenso; ya que los normal era que la preparación para que este tipo de viajes durara unas cuantas horas, no minutos. Pero yo ya no deseaba eso, y tampoco es que la situación lo ameritara.

     Lanzando un suspiro, el me da un sí ante la idea, y agradeciéndole, me retiro de la habitación para ir a alistarme. Las manos me temblaban, la ira no dejaba de carcomerme y mi teléfono no paraba de llenarse de mensajes de Thomas y de Joen. Por un breve segundo, mis dedos picaron al querer redactar una respuesta para los dos, pero al final, termine ignorando sus palabras. He de admitir que no fue un buen plan, pero no quería distraerme. Mi traje de batalla, luego de haber sido extraído de su escondite, se amolda a mis extremidades, y los guerreros mayores, codificando las funciones de este, hacen que me retrase. No habrían la boca, no me miraban, solo cumplían con sus labores con la cabeza gacha y el rostro inexpresivo. ¿Cuáles serían sus razones para continuar ahí, con El Conquistador?, ¿Por qué no se iban? Sé que es malo juzgar a otros sin saber sus historias, pero a veces, suelo ser un experto en eso, y ustedes lo saben.

     Un ligero sonido me avisa que mis ropas ya se encuentran listas, y tomando aire, atravieso el umbral que me dirige hacia una de las tantas naves de metal. De ahí en adelante, me dejan solo, y aunque eso hacía que me incomodara a veces, esa no fue una como tal: los botones ayudaron a calmar mis dedos, el silencio a controlar mis emociones y el viaje a distraerme. Las estrellas me envolvieron, los planetas pasaron a mi lado como si de aves se tratasen y, sin querer, me deje llevar por el pánico por unos cuantos minutos.

Luna de Hielo [Saga Moons #2] {➕}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora