Capitulo 7

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Cuando termino de arreglarme bajo las escaleras como decía en la nota, veo todo está un poco vacío.

— ¿Anto...?¿Que?

Cuando terminó de bajar las escaleras veo todo el salón lleno de tulipanes morados.

— Son hermosos, ¿No lo cree? — escucho la voz de Stefan a la par mía.

— ¿Por qué...?

— El señor busco cuáles eran sus flores favoritas, cuando lo supo compró un cargamento y las puso aquí — no puedo procesar sus palabras.

— ¿Hizo todo esto por mí?

— Claro señora, ¿Por quién más si no es usted?

— ¿Cómo supo que eran los tulipanes morados mis favoritos?

— No lo sé, simplemente me hizo comprar un cargamento entero y llenar el salón.

— Le dije que no eran demasiadas — escucho la voz de Antonella al otro lado.

— ¿Ustedes dos lo sabían? — ambos asienten con una sonrisa.

— Solo Stefan, a mi me despertó el ruido y vine a ver qué pasaba.

— ¿Por qué lo hizo?

— Eso nadie lo sabe, es la primera vez que el señor hace esto.

¿Este es el Massimo que conocí meses atrás? No, no lo es, y no me importa. Este Massimo me gusta y me quiero quedar con él.

.....

Son las 2:00 de la tarde, leo un libro de romance prohibido entre la hija de un sacerdote que es bruja y un cazador de brujas mientras espero que Massimo llegué. Ya voy por la mitad del libro y no aparece.

— ¿Lizzie? — escucho la voz de Massimo entrando a la habitación.

— Aquí — me levanto para recibirlo, estuve esperándolo toda la mañana.

— ¿Cómo has estado?

— Bien, ¿Es en serio, dos mil tulipanes?

— ¿Te gustaron?

— Me encantaron.

— Entonces dos mil tulipanes fueron pocos para los que mereces — Dios, no caeré tan fácil, pero no puedo, sus comentarios, acciones y sonrisas no ayudan.

— ¿Son pocos?¿Cuántos son los que crees que merezco?

— No hay número exacto, pero creo que un campo sería aceptable — no caigas, no caigas ¿Cuántas veces me lo tengo que seguir repitiendo?

— ¿Un campo?

— Si, es lo menos que mereces — dice haciéndome sonreír hasta que recuerdo.

— Ah, me confirmaron que el ensayo para la boda será en tres días. Solo quería avisarte para que apartes ese día.

— Sería mejor que nos encontraremos en la empresa y nos vayamos juntos, ese día tengo una reunión en la mañana.

— Me parece bien, el ensayo es a las 2:00 así que podría ir a la 1:00.

— No, ve a las 12:00 así para que podamos almorzar juntos y luego ir.

— Me parece perfecto.

.....

Ya estoy de camino a la empresa, el ensayo es en pocas horas y los nervios me carcomen.

— Llegamos — espero me abran la puerta y bajo.

Entro al vestíbulo haciendo que demasiados me observen, camino hacia el ascensor mientras me sigue Stefan.

Cuando llegamos al piso veo a dos secretarias.

— ¿Y el señor?

— Está en reunión ¿Quiere que le informe qué está aquí, señor Stefan?

— Si por favor, dile que estoy aquí con la señora — al decir esa última palabra la otra secretaria se dedica a observar me como si fuera su rival.

Espero unos minutos hasta que la secretaría vuelve.

— El señor saldrá pronto de la reunión, dijo que lo podía esperar en su oficina — me dice con una sonrisa haciendo señal para que entre en la oficina.

Cuando entro veo la hermosa vista que tiene a la ciudad, aparte del gran espacio y una buena iluminación.

— ¿Desea que le traiga algo?

— No es necesario.

Sin decir más ella se retira y quedó sola con Stefan.

— Es amable, no como la otra — digo llamando su atención.

— No les preste atención, simplemente está celosa.

— ¿Celosa? ¿Por qué lo estaría? Se supone que no debería estar celosa si no tuvo nada con Massimo.

— Sí pero está celosa de que usted se case con él, muchas desean ese lugar — dice quitándole importancia, está nervioso. Por lo que he averiguado Stefan es la mano derecha de Massimo.

Luego de unos minutos entra Massimo seguido de sus secretarias.

— Saldré, pospongan las reuniones para mañana -dice a sus secretarias, cuando ellas se retiran vuelve su vista en mí —¿Lista?

— Si...

Después de almorzar llegamos al salón.

Iniciamos con los votos, luego es el baile.

— Tienes que ponerle la mano en la cintura — dice el instructor poniendo la mano de Massimo en mi cintura — y tú linda tienes que ponerle una en su hombro, y la mano que les sobra la unen en el aire.

Se aleja para que empecemos a bailar, amo bailar, incluso sé pole dance pero los vals no son lo mío.

Mientras damos una vuelta piso a Massimo.

— Dios lo siento ¿Estás bien? — pregunto al ver cómo se aleja un poco y respira.

— Si, continuemos con esto — vuelve a respirar profundo y se acerca de nuevo — si que eres mala para el baile, además he soportado cosas peores.

Eso último me deja pensando el resto de la tarde, ¿Ha soportado cosas peores? No lo dudo, ¿Pero qué cosas?

.....

Hoy es la boda, hoy me caso con Massimo y estoy súper nerviosa. La habitación está llena de mujeres que me arreglan el vestido, otras el peinado o maquillaje, y ver tanta gente no ayuda a mis nervios.

Afuera hay 120 personas que verán como me caso, no me voy a mentir, nunca lo hubiera escogido yo como marido.

«Pero no te arrepientes o lo niegas. Menos te vas a negar en el altar»

Maldita conciencia, ¿Es mi amiga o mi enemiga? Lo que más me jode es que tiene razón.

— Señora, ya es hora. Todos la esperan -me llaman sacándome de mis pensamientos

— Ya salgo, déjenme unos segundos sola — digo mientras espero que salgan todas las personas.

Suspiro, no sé qué haré, pero lo haré, me miró una última vez en el espejo, el velo me tapa toda la cara. El corset del vestido está lleno de encaje y pedrería, la falda en estilo princesa es voluptuosa y brillante, me gusta como me veo. Estoy lista.

Al salir me guían hasta el jardín, el cual está decorado con luces y magnolias blancas y moradas, cuando me ven todos se ponen de pie y en el altar veo a Massimo parado esperando me, tomo el brazo de mi padre y comienzo a caminar hacia el altar.

Los músicos empiezan con la canción ceremonial y yo solo caminó decidida.

Odio, Amor y PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora