Capítulo 9

162 7 0
                                    

Lizzie Russo.

Cuando salgo de la barca me fijo en la casa, es simplemente hermosa. Las luces iluminan desde dentro haciendo que se vea más amplia.

— ¿Sorprendida preciosa?

— De verdad estás loco.

— ¿Tú lo crees? ¿Pero sabes qué es lo mejor de todo?

— No, ¿Qué es lo mejor de todo?

— Que tienes a este loco por esposo, señora Bagarella — al escuchar su apellido refiriéndose a mí hace que pare de caminar por unos segundos.

— ¿Me he casado? Y si me case... ¿Dónde está mi marido?— pregunto con diversión.

—Lizzie —dice mi nombre con advertencia haciendo ria fuerte.

Empiezo a correr por la playa entre risas mientras él me persigue hasta que me alcanza, me toma haciendo enrolle mis piernas en su cadera.

— Saliste muy escurridiza.

— ¿Qué haces? — pregunto todavía con mi ataque de risa.

— Nada, simplemente llevo en mis brazos a mi esposa — dice con una sonrisa haciendo que mi corazón deje de latir por un segundo, entramos en la casa y camina hasta la que ubico es la habitación principal.

Me baja y me fijo en la hermosa vista que tiene hacia la playa, veo que él también tiene su vista fija en ella, me voltea a mirar con una sonrisa coqueta.

— Iré a nadar ¿La espero señora Bagarella? — me acerco más a él poniendo mis brazos alrededor de su cuello.

— Llegaré pronto, señor Bagarella — digo con un tono seductor haciendo sonría ampliamente, ese gesto hace que mi corazón palpite más fuerte.

Me da un beso en la frente y va camino hacia la playa. Primero que todo me quito mis zapatos y las medias, me miró en el espejo y bajo el cierre del vestido haciendo que se deslice, tomo una toalla y me cubro caminando hacia el mar, donde está el, veo que en una tumbona ha puesto su ropa, dejo ahí mi toalla y camino hacia el.

Camino despacio acercándome cada vez más a él hasta que me posó a su lado, está mirando a la luna y las estrellas.

— ¿No crees que se ve hermoso el cielo? Con la luna con un color amarillo naranja y las estrellas brillando.

— Es perfecto, mira la estrella de allá, brilla demasiado — digo apuntando a una estrella.

— Brilla mucho, pero hay una que brilla más que todas.

— ¿Cual es? — pregunto buscando la estrella de la que habla, lo miro esperando respuesta a lo que sonríe y niega con la cabeza.

— La que está allá, cerca de la luna — dice poniendo su brazo en mis hombros atrayéndome más a él.

Me mira y me toma del mentón empezando me a besar, yo correspondo el beso mientras él me acerca más y más. Hasta llegar a un punto que me levanta haciendo que enrolle mis piernas en su cintura.

Se frota en mi entrada haciendo que jadee, muevo mis caderas por inercia mientras muerde parte de mi cuello. Empieza a caminar afuera del agua haciendo que me alarme.

— Podrían vernos.

— Tranquila, nadie nos verá, tu solo confía en mí — asiento mientras sigue caminando, toma la toalla cuando pasa por la tumbona y me la coloca.

Caminamos hasta llegar a la habitación donde bota la toalla y me tumba en la cama mientras me besa, baja por mi cuello y se concentra en mis pechos. Sus manos pellizca un pezón y su boca está jugando con el otro. Le gustan mis pechos, lo sé.

Odio, Amor y PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora