Capítulo 14

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Massimo.

— Esto se pondrá muy divertido.

Alessandro ha sido considerado uno de los mejores jugadores de póker a nivel mundial, también se que Lizzie es muy buena jugando.

— ¿Quieres apostar?

— ¿Cómo que?

—No lo sé, si tú ganas yo te compro el auto que quieras. Pero si yo gano, tú me comprarás un auto. ¿Qué te parece cuñadita?

— Me gusta.

— Aviso que prefiero los Ferrari, para que te vayas haciendo una idea de lo que me vas a comprar.

— Lastima que no será así.

Y no lo dudo, Alessandro podrá ser uno de los mejores, pero la inteligencia y astucia de mi mujer es sobrenatural. Cómo si ella fuera de otro planeta, aunque con su belleza. no me sorprendería si no fuera de este planeta, ella es como una Diosa del Olimpo, fue creada por la misma Afrodita.

Hay veces que siento que ya la he visto en otra parte, no específicamente a ella, pero si sus ojos, el problema es que no se en donde. Es como si la hubiera conocido en mi vida pasada.

— Aja, pero en dado caso. ¿Qué auto deseas?

— Bueno, deseo un Lamborghini aventador.

Antoni reparte cinco cartas y la partida inicia mientras ella se nota tranquila, como si supiera que va a ganar. Antoni pone las demás cartas en la mesa y ella solo sonríe con gracia al igual que Alessandro.

Los dos están muy confiados en que van a ganar. Pero si en dado caso Lizzie pierde, yo le pienso comprar el Ferrari a Alessandro, no dejare que gaste su dinero en una apuesta estúpida.

— Ya que no estamos en un casino, así que no vamos a hacer rondas de apuestas.

Alessandro y Lizzie asienten a las palabras de Antoni, ambos fijos en sus cartas. No es necesario mencionar que todos tienen la vista en ellos expectantes a la jugada.

Lizzie tira dos cartas en la mesa tomando otras dos de la baraja, Alessandro le sigue haciendo lo mismo. Cuando ve sus cartas una pequeña sonrisa se forma en su rostro, en cambio en el de Lizzie está neutro.

Alessandro suspira bajando sus cartas incitando a Lizzie hacer lo mismo, la cual se ve un poco nerviosa.

— ¿Lista para perder?, cuñada.

— Si tu lo dices.

Alessandro toma un suspiro cargado de satisfacción en el mismo momento en que tira sus cartas mostrando su baraja.

— Poker, el Ferrari que sea azul, por favor.

Lizzie solo se rie quitando la satisfacción de la cara de Alessandro.

— ¿En serio piensas que ganaste? Por favor, deja de ser tan iluso — tira sus cartas mostrando la más alta baraja —. Escalera real de color, mi Lamborghini que sea negro por favor. ¿Cenamos? La mesa ya está lista.

Dice y se levanta dejando a todos boquiabiertos y a Alessandro que se le descuelga la mandibula, perdio un poco de color en su cara y yo solo me rio.

— Una mujer de un metro sesenta y ocho te acaba de ganar en un juego donde tu eras el "rey" — dibujo las comillas en el aire procurando no partirme de la risa — aparte que te bajó el ego a niveles extremos.

Alessandro sigue en su pequeño estado de shock, solo asiente y camina hacia el comedor moviendo la cara para conseguir el color que se le fue.

Antoni se acerca a mí y lo noto sospechoso, lo he notado desde que pasó del umbral de la puerta.

Odio, Amor y PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora