Ya había transcurrido cerca de un mes desde aquel incidente, en donde Hendrickson los había descubierto sin querer, pero hasta el momento se ha quedado callado, para él, todavía no era el momento de sacar ese pequeño secretito que sacaría a su favor y en el momento indicado.
Un mes pacífico y tranquilo en el que el curso de las cosas iba pasando con normalidad, Helbram y Lunana se encontraban cada día más enamorados y juntos desde aquella primera intima vez que tuvieron, que, aunque no fue sexo en concreto, experimentar y conocer cada centímetro de sus cuerpos para ellos era la gloria y el placer.
Aquella vez fue la primera vez para ambos, incluso para el hada, que aunque no lo crean y a pesar de su larga vida antes de haber sido asesinado, jamás había experimentado tal cosa, con nadie, ni siquiera con su misma especie, nadie había llamado tan fuertemente su atención que hasta el sexo no le interesaba, es más, ni siquiera sabía que su cuerpo podía experimentar ese tipo de estimulaciones y reacciones tan placenteras, tampoco había pensado jamás de tocarse y auto complacerse el mismo hasta que conoció a la albina.
Les encantaban pasar tiempo juntos de esa manera, besarse y acariciarse, era una adicción para sus cuerpos y sus sentidos aprovechando cada tiempo libre que podían tener, y esa noche, no era la excepción.
Se encontraban en la habitación real de la princesa albina, tocandose y amándose no por pasión ni lujuria, más bien por amor y el deseo de querer estar juntos y sentir la calidez de cada quien, tenían que aprovechar cada momento juntos.
Helbram: Lunala espera, adonde vas - Pregunto tan acalorado y nervioso dándose cuenta hacia donde iban sus caricias, pasando de sus labios hacia su cuello y de ahí empezando a bajar acariciando su torso y de ahí hacia más abajo, pero esta no le hizo caso, siguiendo con su labor deslizando las caricias de sus labios hacia abajo - Espera, espera, e es quueee - Decia nervioso tratandola de frenar.
Lunala: Déjame hacerte disfrutar.
Helbram: Pero si también lo disfruto.
Lunala: Sabes que no es a lo que me refiero, por favor - Pidió suplicante viéndolo con deseo acercándose nuevamente a su rostro volviendo a besar sus labio - Quiero hacerte sentir, como tú lo has hecho conmigo - Pidió nuevamente volviendo a recorrer su piel, haciendo que el peliverde se diera por vencido.
Al llegar a su objetivo lentamente bajo la tela se pantalón haciendo que escapara de su prisión aquel trozo de carne caliente, deseoso y goteando pidiendo por un poco de atención, a Lunala se le hizo agua la boca y sin pensarlo más, acerco sus rosados labios hacia la punta probando y sintiendo la sensación en su boca, escucho un jadeo de parte de su amante animándola a introducírselo más a su boca empezando a chupar y succionar su caliente hombría.
Sentía como su hombría era acariciado y estimulado, de a poco su respiración empezaba a descontrolarse mientras sus caderas empezaban a empujar hacia delante queriendo sentir más de la calidez de su boca, podia sentir como su albina incrementaban la velocidad a la cual estaba chupando para acelerar su liberación y lo estaba logrando, ya no pudo resistir más, sintió su orgasmo llegar soltando un gutural pero tímido gemido de placer al sentir su semilla salir de el.
Lunala: ""Mmmm"" delicioso.
Helbram: (Escucho decir volteándolo a ver, dando cuenta de lo que había sucedido) - ¿Te t-te lo tragaste? - Pregunto sonrojado y apenado.
Lunala: Sabes bien - Afirmo acercándose nuevamente a él para besarlo, sintiendo de sus labio algo espeso y un poco salado, pero no le incomodo, viniendo de ella, aceptaba todo lo que le diera.
Cuando estaba con ella sus ganas y ansiedad aumentaba cada vez más, pero Lunala siempre lo frenaba diciéndole que no podía ofrecerle más, que todavía no se sentía lista para entregarse completamente a él, además de que era muy miedosa con el dolor físico, el hada la comprendía tranquilizándola a que no tuviera miedo ni se preocupara porque él la amaba y la iba esperar el tiempo que fuera necesario.
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""TU CALIDO CORAZON""
RomanceUn pasaje de los antiguos cantos de Britania dice: Que cuando estrellas fugaces crucen el cielo formando una cruz, Britania atravesara su momento más oscuro, es prueba plasmada desde tiempos ancestrales y pregona el inicio de una guerra santa entre...