Las actividad en el palacio real empezaban desde antes que saliera el sol para el personal que labora en el lugar, pero para ciertas princesas sus actividades empezaban un poco más tarde, empezando a las ocho en punto que era cuando empezaban a tomar su desayuno y después a sus clases y otras actividades especiales para las princesas.
Verónica y Margaret unas preciosas niñas de 6 y 4 años respectivamente, para ellas, ese día en particular, iba a ser un poco diferente, cambiando sus vidas para siempre.
Verónica: No, no y no, me niego, yo no quello más hermanas - Refunfuñaba la pequeña con sus mofletes inflados.
Margaret por otro lado es una niña amable, tierna y gentil y al escuchar la buena nueva se puso feliz de tener un integrante más en la familia.
Pero Verónica estaba reacia en aceptar aquello, a pesar de ser apenas una cría de apenas cuatro años, ya tenía un léxico bastante fluido, tenía una mente muy despierta, pero de muy mal temperamento y mandona para su edad.
Verónica: Yo no quello más hermanas, con Margaret y conmigo es más que suficiente - Alegaba con sus bracitos cruzados, volteando el rostro hacia el otro lado, con un tierno puchero de molestia, no daría su brazo a torcer.
Caroline: Anda bebe, no seas huraña - Insistía pacientemente con la pequeña en sus brazos.
Verónica: No soy una bebe.
Caroline: Tan solo mira lo hermosa que es.
Margaret: Si hermana, mírala por favor - Pedia como una sonrisa dubujada en su rostro, muy al contrario de su hermana.
Verónica: No - Ingorandolas por completo.
Pero la pequeña seguía renuente, hasta que escucho unas risas y balbuceos de felicidad, eso le llamo la atención a la menor de las princesas, que con un deje de curiosidad, volteo a ver a la bebe y se dio cuenta de que está la miraba con ternura, quedando en ese momento maravillada por la actitud de la pequeña.
En ese instante, por su sonrisa y sus hermosos ojos oceanicos, no pudo evitar que su corazón se llenara de una calidez indescriptible.
Caroline: ¿Quieres cargarla? - Le pregunto entregándosela en sus brazos sin previo aviso.
Verónica: ¿Qué? Mama - Se escandalizo al sentirla entre sus cortos bracitos - Pero yo no sé, aun soy una bebe - Alegaba sosteniendo a cómo podía.
Margaret: ¿No que no eres una bebe? - Decia con un poco de burla.
Caroline: No pasa nada aquí estoy yo... ¿Ves? no esta tan difícil, lo estás haciendo bien - Felicito la mayor.
Verónica: Esta muy pesada.
Caroline: Además tienes que practicar para cuando venga tú próximo hermano o hermana.
Margaret: ¿Encero mama vas a tener otro bebe? - Pregunto entusiasmada.
Verónica: ¿Otro? - Pregunto sorprendida - Entonces espero que esta vez sea aun niño porque ya somos muchas mujeres en la familia ¿No lo crees? - Hablo resignada, pero de forma demandante como ella solo podía hacerlo.
Margaret: Hermana, mientras que nazca con bien, no importa lo que sea, nuestro hermanito o hermanita será amado por todos nosotros.
Caroline: Lo se hija mía, sé que ustedes dos tienen un gran corazón y que no dejaran solas a sus hermanitas y siempre las protegeran - Les decía con amor Caroline.
Mientras que apartadas de ellas, se encontraba Bartra viendo enternecido aquella tierna interacción, por un momento se encontraba sumamente nervioso por la aceptación de la pequeña Elizabeth, pero su compañera de vida supo manejar la situación con las pequeñas princesas, que, a pesar de ser de personalidades muy contrarias, aceptaron a la pequeña Elizabeth sin ningún problema, en ese momento se sentía el hombre más afortunado del mundo.
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""TU CALIDO CORAZON""
RomanceUn pasaje de los antiguos cantos de Britania dice: Que cuando estrellas fugaces crucen el cielo formando una cruz, Britania atravesara su momento más oscuro, es prueba plasmada desde tiempos ancestrales y pregona el inicio de una guerra santa entre...