TRAVESURA

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Tres meses habían pasado desde la visita al Reino de la Hadas, era una noche torrencialmente oscura y lluviosa, haciendo que el clima se sintiera un poco fresco en aquella época, Caroline con ayuda de sus doncellas empezaron a preparar a las princesas para su descanso.

Doncella1: Su majestad, las princesas ya  se encuentran descansando (Refiriendose a Margaret y Veronica).

Caroline: Muy bien, etonces es hora de que estas torbellinos se duerman tambien - Decia mientra acariciaba a la nenas.

Doncella1: Que niñas tan hermosas.

Doncella2: Y tan bien portadas.

Caroline: Si, mis hermosas Eli y Nalu son unas niñas muy educaba - Sonreia mientras las cambiaba.

Doncella2: ¿Nalu mi señora? ¿Asi es como la debemos llamar?

Caroline: ¿Porque preguntas eso?

Doncella2: Bueno, esque como es la unica de las princesas que tienen dos nombre, pense que debiamos llamarla por el primero.

Caroline: Tienes razon, no lo habia tomado en cuenta, Lunala es un hermoso nombre, es el nombre de una hermosa y fuerte pricesa guerrera, pero la verdad he preferido llamarla Nalu porque es nombre se lo pude poner yo.

Doncella1: Tiene razon mi señora, su majestad fue muy bueno con usted al permitirle ponerle nombre a la princesa.

Caroline: Si, como saben ustedes, la tradicion dicta que es el Rey es el que debe de ponerle el nombre a su descendencia, por eso me sorprendio que esta vaz me permitiera ponerle ese nombre.

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Hace varios días el Rey Bartra junto a sus caballeros de más confianza, habían salido al auxilio por un golpe de estado que estaba sucediendo en el Reino de Camelot, al parecer habían asesinado al Rey y su familia, y por el tratado de tenían ambos reinos debía partir hacia ese reino para ver en que podía ayudar, pero Carolina había sido notificada que ya estaba a punto de regresar.

Aunque sabía que en cualquier momento el Rey regresaría, Carolina se sentía algo ansiosa, como si presintiera que algo estuviera a punto de suceder, y más al ver como la menor de sus retoños estaba algo inquieta, ver a la pequeña de esa manera, quien ya contaba con seis meses de vida, la angustiaba de cierta manera.

Desde su nacimiento siempre ha sido muy tranquila, nunca lloraba, nunca se quejaba y nunca se impacientaba, solo se revolvía un poco, señal de que tenía hambre o estaba sucia, pero nada más, y eso les preocupaba mucho, ya que la pequeñita nunca mostraba síntomas de algún dolor o cólicos normales de un bebe.

Por esa misma razón los médicos las revisaban constantemente diciéndoles que el estado de salud de la cuarta princesa estaba muy bien, que aquello se posiblemente debía ser su personalidad, pero a Carolina eso no la tranquilizaba.

Uno de los métodos que encontró para estar más al pendiente de su pequeña fue que durmiera con la pequeña Elizabeth en la misma cuna, que calculaban que la ojiazul ya tenía un año y cinco meses de edad, como no sabían exactamente el tiempo de nacida de la pequeña peliplata, su fecha de cumpleaños lo tomaron del día en que Bartra la encontró.

Ambas dormían juntas, era una manera en que ambas pudieran dormir toda la noche, sumando que desde su nacimiento, la bebe Elizabeth había creado en ella una especie de apego y dependencia de la más pequeña, a pesar de su corta edad, la protegía de sobremanera.

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EN ALGUN LUGAR DEL REINO, FUERA DEL CASTILLO.

""TU CALIDO CORAZON""Donde viven las historias. Descúbrelo ahora