Existen charcos de pinturas que colorean nuestras vidas, de las más dulces y tiernas locuras. Recrean espacios que se convierten en bellos retratos, como lo son dos corazones humanos, que pasaron de un gris nítido oscuro, a un azul vivo, hermoso y claro.
Mel.Alma quería hacer algunos cambios en su cuarto por lo que Charly y Yeimy estaban encargándose de pintar la habitación y buscar muebles nuevos de colores vivos más al estilo personal de su hija.
—Que hermosa te ves—dijo Charly manchándole la nariz de pintura a lo que ella respondió haciéndole lo mismo a él también, por lo que no tardaron en comenzar una guerra de pintura.
De un momento a otro terminaron en el suelo empapados de pintura azul, riéndose mientras intentaban levantarse del suelo. Charly fue quien primero lo logró y luego ayudó a Yeimy a hacerlo.
Quedaron uno frente al otro sonriéndose cuando ella logró ponerse de pie. Solían hacer eso muy a menudo, quedarse inmersos en los ojos del otro.
—Te quiero, Charly—puede que sean palabras comunes. Es cierto. Pero hay personas como Yeimy, que las palabras simples son difíciles de decirlas cuando se sienten.
Por lo que cuando confiesa ese tipo de cosas es que su corazón está hablando por ella.
—Te amo, princesa.
Charly la cargó en sus hombros haciéndola reír, con el objetivo de que ella pudiera alcanzar la parte más alta de la pared. Aprovechando que estaba relajada se puso a cantar mientras hacía su tarea, por otro lado Charly apretaba los dientes debido a la fuerza que estaba haciendo al tener el cuerpo de Yeimy encima de sus hombros.
—Ese es el peso de ser Charly Flow—bromeó ella burlándose de él al fijarse en la cara que tenía. Él esbozó una sonrisita socarrona.
—Pero te encanta estar encima de mí, ese es el privilegio de ser la Reina de Charly Flow—le apretó los muslos y ella se removió para mortificarlo—Mierda...—hizo otra mueca.
—Para que se calle la boquita.
De un momento a otro la bajó con algo de dificultad dejándola en el suelo y asustándola en el proceso, cuando tuvo el rostro pasmado de Yeimy frente a él le plantó un beso en los labios.
—Y así tienes que hacer para callarme como es debido.
—Te odio.
—Ya...pero ódiame lindo—pidió y ella se acercó sonriendo a su boca.
—Eres un imbécil—susurró contra sus labios y él asintió esperando a que lo besara—Pero me encantas así de idiota.
—¡Par de inútiles, dejen de estar ahí en el besuqueo!—los regañó Berto y Charly enojado se despegó de Yeimymirándolo con mala cara—Oh, cierto que yo soy el empleado. Se me olvida, es que entiéndeme, vivo pendiente a todos porque los que tiene que estar...—se vio cortado ya que Charly se acercó a la puerta y la cerró en su cara—¡Idiota me dijiste que viniera a ayudar y me sales con estás!—siguió gritando, pero Charly y Yeimy volvieron a lo suyo riéndose—Por eso no los invitaré a mi boda. Aunque ni novia tengo, pero da igual, Dios me enviara a la correcta—se escucharon los pasos de Berto saliendo de la casa iracundo, y como si no le importara en los más absoluto Charly salió de la habitación con Yeimy en brazos.
Fueron directo a la ducha ya que habían culminado la mitad del trabajo en la habitación de Alma. Se despojaron de toda la ropa en cuestión de segundos.
—¿Agua fría o caliente?—preguntó Charly y ella entró en la bañadera junto a él.
—¿A qué temperatura crees que estamos?—cuestionó ella y un chorro de agua fría cayó sobre ambos—Mierrrda.
—Supongo que para bajar la calentura—dijo él divertido y Yeimy lo miró con mala cara—Por cierto. ¿Dónde quedó esa filosofía de vida de no compartir la ducha?
—¿Dónde quedó la tuya de no ser hombre de una sola mujer? Exacto. Las cosas cambian—fue su contundente respuesta a la pregunta formulada por él.
Debió de quedarse callado, pues dio justo en el clavo y no tenía armas para defenderse.
Charly agarró la esponja que usaba para bañarse y le pidió con una seña que hiciera el trabajo por él.
Sin dejar de mirarlo comenzó a pasar la esponja por su pecho, bajó hasta su abdomen. Ambos seguían mirándose, la tensión a su alrededor era casi insoportable.
—La espalda—anunció Yeimy y él se volteó algo extrañado, de pronto el papel dominante se le iba de las manos. Ella pasó una mano por su espalda y con mucha lentitud se pegó a él dejando varios besos a lo largo de su ancha espalda.
Charly tensó los hombros al sentir los labios de ella hacer contacto con su piel, pero se mantuvo quieto.
Le acarició los brazos deleitándose con la maravilla de poder tocarlo. Luego lo abrazó por detrás y se pegó de lleno a él rozando la nariz con su cuello.
—Yeimy...—advirtió Charly con la voz entrecortada y ella le hizo un pequeño chupeton en el cuello. El respiró hondo tratando de controlarse para no abalanzarse sobre ella y terminar con aquella tortura de una vez por todas.
Y cuando creyó que la cosa iba a más Yeimy se separó y se concentró en graduar la temperatura del agua.
Ahora estaba tibia.
—Te toca—demandó Yeimy sujetando la esponja frente a su rostro cuando él se volteó para verla.
—Con gusto.
Comenzó por su cuello, fue descendiendo por sus senos, su vientre y luego la abrazó pasando con paciencia la esponja por toda su espalda. Aprovechó para morderle el hombro con deseo y ella se arrimó aún más a él, quedando completamente pegada a su cuerpo.
De pronto se había convertido en una guerra de quien sería capaz de atenerse más. Era difícil para ambos, pero Yeimy tenía un autocontrol envidiable, en eso el y Charly se diferenciaban mucho, por lo que no es un secreto quien cedió primero.
—¿Sabes una cosa? Ya me hartó este juego—explotó Charly algo fastidiado y lanzó la esponja a una esquina de la bañadera, agarrando a Yeimy por la nuca besándola con ferocidad.
Ella metió los dedos por entre su cabello, bajando por su cuello, sus hombros, mientras que con la mano libre abrazaba su cuerpo. Él apoyaba una mano en la parte baja de su espalda sujetándola de la nuca con la mano libre.
Poco a poco Charly bajó la mano hasta que alzó una de las piernas de Yeimy, quien cooperó subiendo la otra con el objetivo de rodearle el torso con ambas.
Eran profundamente compatibles dentro y fuera del ámbito sexual, y eso era increíble. Porque tenían una conexión que iba mucho más allá de la piel. Y desde el primer momento que sucumbieron a sus sentimientos, fue porque en el fondo sabían que la llama de su amor aún yacía viva.
Y con todo ese entretejido de emociones y sentimientos que los abarcaban cada que hacían el amor, se entregaron cómo siempre:
Olvidando el mundo y recordando sólo quienes eran ellos.
—Charly... —jadeó ella extasiada al cabo de un rato. Apoyándole la cabeza en el hombro y él le besó la sien.
—Yeimy...—susurró él y así permanecieron un rato.
Y aunque se que es tonto y seguramente fantasioso, ha pasado tiempo desde que conocí a estos dos, pero sigo creyendo que el mayor potenciador para ser mejor, es el amor. Y creo que el amor sobrepasa todas las cosas.
"Yo les lancé a los ojos las lanzas deslumbrantes
de nuestro amor clavando tu corazón y el mío,
yo reclamé el jazmín que dejaban tus huellas,
yo me perdí de noche sin luz bajo tus párpados
y cuando me envolvió la claridad
nací de nuevo, dueño de mi propia tiniebla."
Pasaje de
Cien sonetos de amor
Pablo NerudaCon amor, Mel.
Good night 🌙
ESTÁS LEYENDO
Start Over (LRDF 2) ✅
FanfictionFANFIC de La Reina del Flow 2 Esto es una historia basada en la serie de La Reina del flow, todo lo escrito es producto de mi imaginación [cabe aclarar que los personajes pertenecen a la serie, a excepción de algunos que fueron creados por mí] La ma...