Capítulo Doce; La flor blanca.

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Londres, 1888.

Los dos pequeños niños, alegres y juguetones, corrían por el césped, persiguiendo mariposas y ardillas.

La época de primavera donde florecían las flores más hermosas era cuando Taehyung amaba a salir a jugar, en especial cuando su mejor amigo le acompañaba, ya que así juntos podían recolectar muchas flores para regalarse ambos como solían hacerlo.

—Mira, mira, ¡es una hermosa ardillita bebé! —exclamó Taehyung y apuntó el animal sobre un árbol.

—¡Qué bonita!

—Deberíamos darle comida. ¿Traes tus nueces?

El menor asintió y le entregó una bolsa café.

Taehyung la agarró y corrió hacia el árbol.

—Tete, ¿qué vas a hacer? —preguntó el niño más pequeño, con ambas manos sobre su cadera, viendo curioso a su amigo.

Taehyung sonrió en grande y le vio. —Voy a darle de comer a la ardillita.

—Pero no puedes, ella está arriba.

—Iré arriba, Joshi —dijo sonriente.

—Te puedes caer y su majestad nos va a regañar a los dos —dijo con un puchero y se acercó a él.

Taehyung dio una risita. —No me voy a caer, Joshi. Verás que voy a alimentar a esa ardillita y será feliz.

Entonces el castaño mayor se aferró al árbol y empezó a subir con ayuda de sus pies.

—Un príncipe no debería hacer eso, Tete —dijo Joshua cruzado de brazos, viendo como poco a poco Taehyung subía el árbol.

—Suenas igual que mi mami. Soy un príncipe pero también soy un niño y los niños trepan árboles, así que yo voy a ser un niño.

Ignoró a Joshua quien le advertía de no subir y subió aun más.

El árbol era grande, muy grande, pero Taehyung era terco y sí o sí subiría al árbol. 

Al llegar a la rama donde la ardilla descansaba, Taehyung se aferró a la rama y subió aún más. Su pie resbaló un poco lo que causó que Joshua se asustara y se acercara bajo el árbol en un intento de agarrar a Taehyung por si caía.

—Tete, por favor, baja. No quiero que te lastimes —pidió el niño.

Taehyung se arrastró más por la rama para llegar al extremo donde yacía la ardilla.

Se arrastró más y más, a un punto donde la rama se movía mucho y parecía doblarse.

Cuando estuvo a punto de acercar su mano a la ardilla, esta brincó sobre su cara y su cabeza para después perderse entre las hojas del árbol.

Ante ese brusco movimiento, Taehyung tambaleó en la rama y esta se dobló aún más.

—¡Taehyung! —gritó asustado Joshua al ver a su amigo tambalearse sobre aquella frágil rama— ¡Taehyung, agárrate!

Taehyung cerró sus ojos asustado, estaba a una gran altura y si caía probablemente se rompería un brazo o una pierna, o si tenía mala suerte, el cráneo.

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