Capítulo Veintiséis.

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Londres.
26 de enero de 2024.

Taehyung caminaba por el campus pintado por la nieve con la cabeza gacha. Soltaba suspiros mientras sentía sus ojos escocer.

Las palabras del profesor Taylor aún resonaban en su mente. "Eres muy inteligente y debes explotar al máximo tu talento" "No dejes tu carrera, debes continuar" "Haz lo que amas".

Ese día sería el último en el que pisaría aquel campus y esos pasillos llenos de estudiantes.

El tiempo que pudo disfrutar de ser un estudiante universitario fue algo que nunca creyó lograr, algo tan especial. Ser solo Kim Taehyung, el chico que ama el arte.

Mientras caminaba por las calles de Londres, Taehyung grababa en su memoria aquellos edificios, aquella tecnología, las coloridas ropas de los transeúntes, las bellas casas decoradas por la escarcha de la nieve. La música, el olor, el bullicio. Sabía que soñaría todo eso por el resto de su vida y que algún día iba a extrañar tanto el futuro.

Namjoon le había dicho que dé por terminada su estadía en en futuro y que se prepare porque su viaje estaba próximo.

Llegó al edificio de Jungkook, sin darse cuenta había caminado hasta ahí aun cuando estaba bastante lejos.

Sus piernas temblaban, no sabía si era por el esfuerzo, por frío, por miedo, por dolor; su cuerpo temblaba.

Jungkook ya le esperaba en el auto fuera del edificio. Él le sonrió a lo lejos y se acercó.

—Taehyung, ¿por qué querías que te espere aquí abajo? Creí que hoy tendríamos día de películas —preguntó con un puchero—. Recuerda que hoy toca un mini maratón de las películas de Spider Man.

Taehyung sentía el nudo en su garganta crecer. Le sería difícil acabar con la ilusión que rebosaba de sus hermosos ojos. Aún no le mencionaba sobre la llamada de Namjoon esa mañana.

Sonrió cuando no pudo hablar y palmeó suavemente la cabeza del menor.

—¿Qué pasa, Taehyung? —preguntó y frunció el ceño— Tu nariz está roja, ¿tienes frío? No deberías salir sin bufanda, el invierno aún no acaba.

Jungkook abrió la puerta del auto y sacó la bufanda roja que había sido su obsequio de navidad.

—No quiero que termines enfermo —dijo mientras le ponía la bufanda sobre su cuello.

Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas inmediatamente y su corazón dolió aún más con aquel dulce gesto, uno que extrañaría el resto de su vida.

—Taehyung... Me estás preocupando, amor. ¿Te han hecho mal? ¿Te sientes mal? —preguntó preocupado y tomó su rostro entre sus manos para poder verle mejor— Háblame, Taehyung.

—No puedo... Jungkook, no puedo hacerlo... —murmuró y agachó la cabeza.

—Entremos a casa —tomó su mano con preocupación.

—No —Le detuvo.

—Taehyung, déjame ayudarte, necesito saber lo que pasa.

Taehyung se apartó del menor y trató de respirar para calmarse. Limpió las lágrimas de su rostro y apretó los puños al bajar los brazos.

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⏰ Última actualización: Jul 06 ⏰

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