Capítulo Siete.

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Si la vida te da la opción de cambiar completamente tu realidad, ¿aceptarías dicha oportunidad?

Aunque parezca ser una simple pregunta fácil de contestar, no siempre lo es, las consecuencias que conlleve aquello pueden ser tan enormes, que terminarían por completo tu vida si no sabes manejarlo.

Porque la vida es un río torrentoso con subidas y bajadas. Y si tomas una mala decisión, por más pequeña que sea, puedes crear una catástrofe, todo un torrente multicolor de cosas terribles. 

Para Taehyung se convertiría así, no lo sabía, pero pasaría y su vida se convertiría en un limbo que tendría un inicio y un fin.

Un fin que para muchos no será aceptado.

...

—Créeme, Taehyung, te encantará la estación de tren. Siempre vamos ahí cuando estamos aburridos. —Contaba Jungkook bastante emocionado por mostrarle el lugar al chico.

Taehyung lo miraba atento a cada cosa que contaba, cada vez sentía más envidia por todos aquellos que vivían y pertenecían a esa época, sobre todo a los que vivían como Jungkook lo hacía.

—Lo mejor de todo es que nadie suele ir y el lugar siempre está vacío para nosotros. 

Estaban en el carro camino a la estación de tren abandonada, ya que todos quedaron en encontrarse allá.

—Gracias por ser comprensivo conmigo, Jungkook —dijo Taehyung bastante sincero con una sonrisa.

Jungkook lo miró extrañado por unos segundos, después volvió su vista al camino.

—¿Por qué me agradeces así de repente? —preguntó.

Taehyung dejó de mirarle y se distrajo un poco con los árboles verdes y frondosos del camino, teniendo una cálida luz de atardecer sobre sus copas, haciéndolas ver refulgentes. 

—Cargar conmigo no es tu responsabilidad y lo estás haciendo; la verdad te agradezco. No sé qué hubiera hecho solo.

Jungkook asintió levemente, con una sonrisa de por medio.

—Al principio dudaba, aún dudo un poco, pero me estoy dando cuenta de que eres un chico agradable, además les agradas a mis amigos. La verdad es que sí quiero ayudarte —sonrió levemente.

En aquel momento Taehyung supo que había algo más allá que trabajo y responsabilidades, había amigos y había diversión.

Con Jungkook aprendería lo que es "amigos y diversión".

A los pocos minutos, se adentraron por un sendero del bosque, por donde recorrieron un kilómetro hasta llegar a un terreno baldío donde estaba la antigua estación de tren.

—Llegamos —informó Jungkook al apagar el carro.

—Este lugar es hermoso —exclamó Taehyung mientras admiraba el paisaje del sol escondiéndose entre las montañas lejanas y los árboles siendo iluminados por la cálida luz, haciendo de el lugar un hermoso paisaje primaveral.

Jungkook sonrió, notó que cada cosa pequeña e insignificante para cualquiera, era lo más magnífico para Taehyung.

Ambos bajaron del carro. A lo lejos estaban los carros de los demás chicos y ellos estaban sentados en un vagón de tren esperando por los que aún faltaban.

Ahí se encontraban Jimin, Yoongi y Hoseok, sentados en una fila en el vagón mientras balanceaban sus pies al mismo ritmo y tarareaban canciones infantiles.

—¡Oigan, tortolitos! ¡Llegamos! —gritó Jungkook sonriente mientras se acercaban.

Los chicos voltearon al escuchar a Jungkook y bajaron enseguida del vagón para correr hacia ellos.

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