capítulo 12

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"Los bosques cercanos del valle, al Sudeste de Konoha eran pasto de las llamas y tierra quemada en varias partes. También había un gran canal de agua surgido al calor de la batalla entre dos Shinobi de categoría extraordinaria. Había pocos que se había atrevido a presenciar el combate, apenas algunos líderes de clanes y la esposa de Hashirama entre ellos. Mito sentía un gran dolor en el corazón, su principal habilidad como Shinobi sensor era la de captar las emociones en las personas con la facilidad de mirarlos, de estar cerca de ellos simplemente. Mito se estremecía cuando su esposo contrarrestaba todos los jutsu terroríficos de fuego que arrojaba desde lejos Uchiha Madara. Hashirama creaba cataratas de agua y montañas de tierra maciza mientras que Madara soltaba lenguas de fuego tan poderosas que trasformaban en cenizas instantáneamente los arboles del lugar.

Madara estaba furioso, Mito podía sentirlo, pero no era una furia producto del calor de un combate estándar. Ni siquiera era la rabia promedio de un guerrero enfrentando a su rival de siempre. Uchiha Madara prácticamente destilaba el odio por los poros. Quería venganza, pero una revancha no era suficiente a simple vista. Quería bañarse en la sangre de toda Konoha empezando por su propio clan que había mandado a matar a Izuna Uchiha. O al menos eso decía el mismo…

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Madara había aparecido desde hacía un día por Konoha. Derribó la empalizada exterior de la villa con un solo jutsu y avanzó entre cadáveres de guardias. Hashirama intentó detenerlo, intentó razonar con él pero Tobirama Senju, más joven e impulsivo, se lanzó a la batalla contra el poderoso Shinobi de cabellos negros y espinados. Madara lo puso K.O de un solo Genjutsu. Lo paralizó para luego darle un terrible golpe con su abanico de batalla. Tobirama fue rescatado por el Mokuton de su hermano, y fue Hashirama quien se enfrentó al furioso Uchiha.

— ¡Basta Madara! –Gritó el Senju nervioso— ¿Por qué nos atacas?

— ¡Tú….maldito bastardo! –Acusó el Uchiha y sus ojos rojos destellaban de rabia— ¡TE JURE QUE JAMAS VOLVERIA, SI PROTEGIAS A MI HERMANO! ¡AHORA SERAS EL PRIMERO EN PAGAR LA OSADIA DE ATENTAR CONTRA EL! ¡BEBERE LA SANGRE DE TU FAMILIA CON EL MISMO PLACER QUE LO HARE CON LOS UCHIHA! ¡MALDITOS TRAIDORES!

El lugar era un caos, algunos grupos Shinobi llegaron para evacuar a los civiles y Hashirama ya estaba de pie frente a Madara. Se miraron fijamente, durante un interminable minuto. Ambos podían sentir que esta sería la definitiva, que esta batalla sería el comienzo del fin para el duelo épico que siempre los enfrentó.

—La aldea de la hoja es mi hogar…—declaró Hashirama solemne— no envíe gente para matar a tu hermano. Enviamos a la embajadora para tratar de unir al clan Uzumaki con Konoha, por un posible conflicto futuro con país del rayo. Fueron ninjas de Kumo quienes…

— ¡Uzugakure es neutral! –Respondió fieramente Madara— ¡Mataron a la hija del líder y a mi hermano para involucrarnos en su guerra! ¡No peleare contra Kumo! ¡Los matare a todos ustedes!

—No puedo permitirlo…—señaló Hashirama serio— pero entiendo tu dolor…si quieres que alguien pague por la muerte de tu hermano, seré yo quien lo haga. Es mi responsabilidad por no cuidar de él. Un habitante de mi aldea.

—Así sea Hashirama Senju, —bramó Madara despectivo— te veré en el valle cercano a la frontera. Allí te matare y luego de arrancar tu cabeza, vendré por los traidores de mi familia para hacerles pagar.

Madara desapareció en una nube de humo, Hashirama supo que en ese valle lejano, se decidiría el futuro o la destrucción de la reciente aldea. El destino estaba en sus manos y en las de Uchiha Madara.

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El combate en el desolado páramo había durado casi un día completo. Mediante píldoras de soldado y fuerza sin igual, ambos contendientes intercambiaron daño y sangre por partes iguales. Madara era extraordinario, aunque Hashirama pudiera manipular los bosques a su antojo, el Uchiha había convocado un espíritu guerrero que el mismo presentó como Sunsanoo. La criatura espiritual dividía bosques de un solo zarpazo. Era poderosa y evitaba con su cuerpo que Hashirama llegara a Madara. Pero el guerrero de los Senju tenía un inmenso chakra, y una resistencia física legendaria.

Contracara  (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora