Capítulo 29

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Descargo de responsabilidad: Naruto no es mío. También esta historia es una traducción. Entonces, si este tipo de historias te ofenden, deja de leer ahora. Gracias

Historia traducida de fanfiction

Comienza el capitulo

Yugao, Suigetsu y Jūgo recorrieron cada punto importante de aldeas ninja o con poder para enviar los pergaminos que Naruto les había dado. La mayoría les recibió animadamente cuando supieron quien los había enviado, pero las respuestas no fueron todas positivas, se notaba mucho en qué lugares Naruto había pasado antes de volver a Konoha y en cuáles no. No importaba en realidad, el objetivo era entregar la información y luego retirarse. Yugao, Sai y Sakura tenían un punto de encuentro en la frontera con el país del fuego. Un punto designado para reunirse en caso que tuvieran que separarse en misión. Suigetsu y Jūgo dejaron para el último llegarse hasta el lugar más peligroso para ellos, el país del hierro. Ellos debían entregar a los Samurái los pergaminos de Naruto. Ellos estaban en peligro tan solo de estar en esos lugares.

Luego de dudas y temores, llegaron al pueblo donde el general de los samurái Mifune, tenía su residencia. Muchos guerreros con espadas salieron a cortarles el paso, pero tanto Jūgo como Suigetsu se la ingeniaron para detenerlos sin matarlos. Se acumularon los enemigos hasta que el Shinobi es—Kiri desplegó el poder devastador de Samehada, comenzando a comerse el chakra de sus oponentes y creciendo hasta constituirse en una espada invencible. Jūgo dejo abrir la maldición tornando su piel roja y cambiando su rostro hasta la mitad. Su voz de hizo siniestra pero sus gesto no eran locos. Se mantenía serio y usaba una espada creada con la maldición en su brazo izquierdo. La batalla se descontroló cuando amontonándose los enemigos, Jūgo uso su derecha para crear un cañón de chakra y disperso a la división samurái con un preciso disparo.

— ¡Es suficiente! –Gritó la profunda voz del general Mifune acercándose a la batalla— si quieren pelear, aquí tienen a su rival.

—Mifune-sama…—dijo Jūgo respetuoso— no pretendemos esto….ellos comenzaron a atacarnos. Solo traemos un mensaje.

Mifune atacó a Suigetsu que estaba a punto de absorber con Samehada el chakra de dos guerreros caídos. La filosa espada del samurái cortó parte de las escamas en Samehada haciéndola chillar. Los dientes en feroz posición de acometer se ampliaron intentando capturar a Mifune que eludiendo magistralmente con sus rápidos movimientos laterales, volvió a arrancar parte de la espada además de producirle un profundo corte al vientre de Suigetsu. El Shinobi sonrió, tenía el cuerpo de agua justo cuando la espada lo hirió, así que estaba de una pieza a pesar de profundo ataque.

—Mifune-sama…—intentó Jūgo una vez más— no venimos a pelear, estamos aquí porque Naruto Uzumaki nos envió.

El samurái los miró gravemente, sus tropas rodeaban a los dos Shinobi y Jūgo no parecía querer pelear. Suigetsu en cambio se divertía en grande con la situación, y su chakra aumentaba alimentado por los robos de Samehada. El general envainó su espada y la preparó para sacarla en cuanto atacara de nuevo, Jūgo deshizo el cañón en su mano derecha y sacó un pergamino que arrojó a los pies de Mifune. Todos se quedaron esperando algo, tal vez una explosión, pero nada sucedió. Salvo los ojos del guerrero viejo fijados en el pergamino con una marca del remolino.

— ¿Dónde consiguieron este pergamino? –Dijo apenas el general— ¡respondan ahora!

—Uzumaki Naruto nos lo dio…—señaló Suigetsu sin emoción— nos dijo que era una promesa que tiene más de 60 años.

— ¿Uzumaki? –Pensó Mifune sorprendido— ¿de los Uzumaki del remolino? Eso es imposible.

Los guerreros se acercaban a los dos ninja espadas en mano, se acercaba amenazante y ante el mínimo gesto de Mifune atacarían. Solo era cuestión de...

Contracara  (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora