capítulo 1

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Park jimin y jeon jungkook tuvieron el típico romance de omega y alfa, inocente y tierno pero sexy, malhumorado y frío pero cariñoso con su omega.

Al principio Jeon odiaba la estupidez de jimin, el como creía que todo podía estár bien con tan solo sonreír y ser positivo.
A jimin le aterraba la mirada profunda de Jungkook, pero sabía que era eso precisamente lo que lo volvía loco.

Lucharon bastante tiempo con sus sentimientos, pero al ser destinados no podrían estar para siempre separados, era el destino.

Seis meses después como cualquiera Hubiera pensado se casaron y después de una pequeña espera tuvieron a su primer hijo. para entonces jungkook tenía 25 años y jimin 22, nunca peleaban, jamás discutían, no huvo conflictos o depresión cuando supieron que no podrían tener más hijos, dado que jimin había tenido un embarazo y un parto complicado pero el amor permaneció fuerte.
no dejaron pasar un solo día y una sola noche sin hacer el amor, aunque Jimin comenzaba a sospechar del trabajo de jungkook, sabía que algo le ocultaba y su comportamiento no era de un empresario honrado, incluso pensaba que realmente el negocio de farmacéutica era solo una fachada aunque no habían pruebas que corroboraran sus sospechas, preguntaba a jungkook personalmente sobre sus negocios, si todo estaba bien, si no había algo que quisiera decirle o algo que confesar, él siempre decía que no, que todo estaba bien y en orden.
Ya era bastante inquietante que jungkook portara un arma detrás y esos hombres siempre cuidándolo y estorbandolo en el super y en los centros comerciales e incluso dentro de la mansión era un fastidio.

¿porqué lo hacían?
¿De que lo protegían?

El pequeño jeimy tenía ya cinco años y con ello crecían también las inseguridades.

Jimin le había rogado a jungkook cientos de veces para que dejara sus hábitos, sus negocios y amistades de ese medio pero jungkook lo ignoraba, incluso decía que la depresión lo estaba controlando y que imaginaba cosas, que no había ningún negocio chueco que solo tenía una vida empresarial y nada más, le costaba creer que en verdad su esposo no era la persona que él pensó pero lo amaba, aún así, el temor no lo abandonaba, temía que un día alguien los lastimara.

Una tarde jungkook llevó a jeimy junto con Jimin a una jugueteria y compró todo lo que las manitas pequeñas de su hijo señalaron y tocaron, todo era hermoso, el ambiente estaba tranquilo y los guardaespaldas estaban atentos, pero de un momento a otro, un disparo se escuchó irrumpiendo la paz de aquel niño y entre gritos fué llevado a la camioneta por algunos de los guardaespaldas, mientras que otros protegiendo a jungkook no temían ser embestidos por el plomo enemigo.

Las balas cesaron, la calma volvía y se apresuró a regresar con su hijo y antes de acercarse lo suficiente, la camioneta blindada del mafioso jeon jungkook estalló con el pequeño jeimy dentro.

No había experimentado antes tanto dolor como el que sintió cuando miró levantarse en llamas la camioneta, no tenía caso intentarlo, sus pies se encrustaron en el suelo, los gritos de jimin taladraban sus tímpanos y su imagen retorciéndose de dolor siendo sujetado con fuerza se metieron en sus pupilas, tan grande era el dolor de jimin que había rasgado su rostro con sus propias uñas.
Jungkook se sentía pesado, los hombros le dolían como si cargara algo muy pesado, sus manos temblaron y su cabeza dió vueltas y vueltas hasta que se desmayó.

Cuando recuperó el conocimiento estaba dentro de su habitación, acostado en su cama con la luz apagada y la puerta entre abierta, no había ningún ruido, ningún murmullo, ningún lamento.

Bajó a la sala con los pies descalzos y miró a jimin sentado en el suelo sujetando fuerte las barras de la base que sostenía una fotografía de su hijo, era lo único que tenía, lo único a lo que podía llorarle pues de su pequeño no había quedado nada.

Jungkook le habló, lo besó en los cabellos, le acarició el rostro, se arrodilló ante él y pegó su rostro en el suelo rogándole por su perdón pero jimin solo decía:

Jimin: ~me vengaré....~voy a hacerlo....
~voy a vengarme.....~escuchaste?..
~cariño....~mataré al culpable con mis propias manos!.....

Desde entonces los últimos diez años han sido una odisea, sin besos de amor , sin palabras de cariño pero sí mucha pasión, jimin dejó de decirle te amo a Jungkook pero le decía lo mucho que disfrutaba su miembro dentro, se había involucrado también en el negocio y era mucho más zadico que lo que un día fué Jungkook, nadie lo miraba a los ojos, nadie respiraba cerca de él, nadie podía estar frente a él sin temblar y nadie además de jungkook podía hablarle sin haber pedido antes su opinión.

El dolor podía verse flotando en su mirada, la infelicidad lo bañaba todas las mañanas y la voz infantil y tierna de su pequeño lo despertaba todas las noches.

Destinados Al OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora