*⁠.⁠✧ ~ my sweetest melodies'' - akikasa 🌟🥞

♪- 7!!

- ♪"

Después de la visita de Tsukasa, me quedé mirando el techo de mi cuarto, mientras escuchaba música y reflexionaba. Las canciones de "folklore" me relajaban. Es que mierda, Taylor Swift si que escribe buena música.
Entonces, otro *knock knock* me interrumpió, ese mismo sonido que se escuchó antes.

- Adivina quien es.

La voz de mi hermana me llamó. No contesté, así que Ena solamente entró sin avisar.

- ¡¿Qu-?! ¡Ena!

- No contestabas idiota, pensé que habías muerto.

- Pues imaginate que en vez de eso me estuviera cambiando o algo así.

- Aja, aja...¿Que escuchas?

Rápidamente tire mi celular con mis auriculares, tratando de esconderlos.

- Nada...

- Adivino, Taylor otra vez?

- ...Te odio.

Ena se sentó al lado mío, para acompañarme.

- Si, pero igual me tienes que decir de nada por recomendarte ir a la maravillosa realidad que es ser un Swiftie.

- Bueno, si. Más vale que lo que me digas sea bueno, me interrumpiste cardigan y eso no se lo perdono a nadie.

- Capaz a mi no, pero seguro que a Tsukasa si.

Miré a mi hermana, algo sorprendido y dudoso de lo que me dijo.

- ¿A que te refieres?

- ¿Te gusta Tsukasa, no?

¿Que?

¿Como me iba a gustar Tsukasa? Apenas lo conozco desde hace 2 semanas y ya Ena saxa estás conclusiones. A ver, la verdad es que lo admiro, y bastante creo, es un chico muy lindo, por dentro y por fuera, es buena gente, elegante, de alta clase y algo atractivo... ¿Pero gustarme? No jodas.

- ¿No...?

- Vamos, ¿entonces que hacían antes de que tocara la puerta de tu cuarto?

- Estaba mostrándole como tocaba la guitarra...

- ¿Seguro?

Mierda, es cierto, literalmente me puse tan cerca que escuchaba sus putas respiraciones, y lo peor es que puse mi pierna arriba de la suya. ¡Hasta yo mismo pensaría que me gusta Tsukasa si me viera hacer eso! Pero no, no me gusta y punto.
Capaz... ¿Atraído quizás? No, Akito, que mierda estas diciendo ahora.

- Umm...

- ¡Lo sabía! ¡Si estaban haciendo algo dudoso!

- ¿Eh?

- Nada, nada...

- Mierda.

- ¿Te gusta, a que si?

Ena, como te odio.

- ¡No me gusta, pelotuda!

- Hey, cuidado con tu boca. Solo preguntaba como buena hermana que soy.

- Ugh. Enserio, Ena, no me gusta.

Los dos nos posicionamos de la misma manera, con nuestros codos clavando nuestras piernas y nuestras manos como apoyo de nuestra cabeza.

- Perdón que te grité, pero no creo que me guste... No se si me atrae o solo siento admiración, pero estoy seguro de que no le gusto y el a mí tampoco.

- No me perdones, estuve molestándote y lo único que tenía que hacer era apoyarte. Entiendo si no te gusta, lo conoces desde hace menos de un mes.

Le sonreí a mi hermana, y ella a mi, apoyé mi cabeza sobre su hombro para recostarme, mientras Ena me abrazaba suavemente.