Volverte a ver

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Harry salió prácticamente corriendo para dar alcance a Draco, necesitaba respuestas, ya ni siquiera le importaba si dolía o no lo que sea que el rubio utilizara como excusa para dejarlo, solo quería saber que había pasado para que Draco lo dejara así como si nada después de todo lo que habían pasado juntos, después de los innumerables planes que habían hecho.

-¡Draco!- gritó haciéndose espacio entre el personal del ministerio- ¡Draco!

El rubio lo miró con el ceño fruncido pero esperó a su llegada, se veía confundido.

-Potter- saludó el rubio tranquilamente, nada de aquellas rencillas del colegio.

-Tenemos que hablar.

-¿De qué?

-¿Cómo qué de qué? me debes una explicación.

-Estas loco, Potter, yo no te debo nada- su tono era jocoso, no se burlaba de él, no lo estaba insultando.

Estaba por irse, pero Harry no lo dejó, tomó su brazo con fuerza jalandolo lejos de las miradas curiosas, afianzó el agarre para evitar que se fuera y aún contra toda protesta, lo arrastró hasta una oficina vacía que fue lo mejor que Harry pudo conseguir para encerrarse con el rubio dueño de su corazón.

-¡Qué carajo te pasa?- ahora sí estaba molesto

-¡¿Por qué me dejaste?!- así que Harry respondió de la misma forma y es que en verdad estaba molesto, todos esos años en que Harry solo podía pensar en Draco y este había formado una familia lejos de él sin siquiera decirle adiós.

Fueron noches llenas de llanto y gritos desesperados que clamaban el regreso de Draco, semanas y meses en los que parecía muerto en vida al no poder salir del hoyo que un corazón roto deja a su paso. Se había enojado, lo había maldecido mil veces, intentó de todo para olvidarlo, pero siempre volvía al mismo lugar, a sus recuerdos con Draco, esos que aún después de tantos años le hacían feliz, incluso todavía dormía con la pijama que el rubio dejó en Grimmauld place la última vez que pasaron la noche, guardaba celosamente las pocas prendas que quedaban del de ojos grises en su armario y aún poseían un poco de su loción, solo las olía cuando de verdad tenía un día malo, no quería que se gastara el aroma.

Malfoy bajó la varita poco a poco, los ojos de Potter repletos de lágrimas le hizo dudar de sus acciones y volvió a ese semblante tranquilo con el qué había dirigido la junta del Wizengamot.

-¿De qué estás hablando? ¿dejarte dónde?- preguntó cauto justo como hacía con Scorpius cuando se despertaba por una pesadilla.

-Hablo de lo nuestro- Harry estaba batallando por no quebrarse frente a él, ya era demasiado que lo viese de esa forma- faltaste a la cita y después...ni siquiera tuviste el valor de mandarme una lechuza para dejarme, o si quiera infórmame de tu nueva familia- pero Draco le seguía viendo como si tuviera tres cabezas y alguna de ella estuviera herida.

-No tengo la más mínima idea de lo que me estás hablando- agregó con cautela- ¿por qué debería informarte de mi familia? ¿y de qué cita hablas? ¿teníamos un negocio del que no me enteré?

Harry estaba por golpearlo y gritar de la frustración pero se dió cuenta que decía la verdad, tenía esa mirada que ponía cuando no soportaba no saber lo que los demás si.

-En serio no lo sabes- susurró

-Mira, no sé que mosco te picó pero será mejor que busques a tus amigos, es obvio que algo te pasa.

-¿Qué te hicieron? ¿un obliviate ?

-Potter, no sé de qué carajos hablas y si me disculpas, tengo asuntos que atender.

Draco se acomodó las ropas dirigiéndose a la salida.

-¿Vas con ella? ¿con tu esposa? ¿con tu hijo?- el reproche abarcaba cada palabra, ¿cómo no hacerlo? le estaba doliendo en el alma, todos esos años y aún no podía sacarse de la mente y el corazón a ese bastardo que lo había dejado sin siquiera una explicación.

-No tengo que darte explicaciones, pero si, voy con mi familia, deberías conseguirte una y dejar de molestar a los demás- le dedicó una última mirada antes de salir- ya no estamos en Hogwarts, Potter, comportarte como un adulto.

Y sin más, salió dejando a Harry completamente solo, solo con el corazón destrozado y un mar de recuerdos.

-Yo digo que Hawaii- sintió la mordida de Draco en su cuello

-Pero me gusta más Grecia

-Está bien, yo elegí donde pasaremos navidad, lo justo es que elijas donde nos casaremos

-¡Grecia será!

Ambos rieron antes de compartir un dulce beso, estaban por terminar Hogwarts, solo unas semanas más y entonces podrían dejar atrás todo y a todos, comenzarían una vida donde Harry no llevara el peso de ser el-niño-que-vivió y dónde Draco no tuviera que lidiar con los comentarios al respecto de la marca en su brazo y sus acciones cuestionables en la guerra.

-Cuento los días para irnos por fin- susurró Harry contra el pecho de su novio, amaba los momentos así, momentos en que solo se abrazaban por largo rato hablando del futuro que les deparaba.

-Madre quiere que vayas a cenar la noche previa a nuestra viaje

-Todavía no me acostumbro a ir a la mansión, pero ahí estaré- por un momento, Harry sintió como su novio tensaba los músculos- ¿Pasa algo?

-¿Cuando le dirás a los Weasley de nosotros?, quiero decir, ellos son como tú familia y no quisiera que por mi culpa te distanciaras de ellos.

Harry guardó silencio, en sus planes no estaba el decirles a los Weasley, al menos no en el próximo año, no había manera en que ellos aceptaran a Draco después de todo lo vivido; quería darse un tiempo con Draco, sentirse seguro de su relación con él para poder enfrentar a su familia adoptiva.

-Planeba decirles el día en que nos fuéramos

-Eso no es muy Gryffindor de tu parte- ambos rieron- ¿crees que lo tomen bien?

-Eso no importa, solo importa que quiero estar contigo

Harry quiso creer en esas palabras como Draco lo hizo, pero la verdad es que no podía, imaginar a los Weasley lejos de él, era una pesadilla, eran sus hermanos, sus padres, la única familia que tenía y debía decirles adiós por Draco, lo mejor era guardar el secreto, aún no podía decidir entre ellos y su novio.

Tal vez, jamás pueda decidir.

-¿Qué haces aquí?- Ron le miró desconcertado- la chica de seguridad dijo que habías entrado con Malfoy, ¿te hizo algo? ¿por qué estás llorando?

-No, es...mucho polvo, se fue de aquí por eso

-¿Y por qué estabas con él?

-Intenté que cambiara de opinión para apoyar a Mione, no funcionó

-Ese imbécil jamás hará algo bueno por nadie, ahora ven, creo que tendré que llevarte con mamá, no tienes buen aspecto pero seguro ella sabe que hacer.

Harry asintió y se dejó arrastrar, pero el recuerdo del rubio seguía presente en su cabeza, su mirada de desconcierto abrumaba a Harry.

¿Qué le hicieron para que no lo recordara?

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora