Ginny

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Si hay algo más fuerte que rumores y viejos rencores es el poder del dinero, el dinero siempre atraería sonrisas no importa si estás fueran falsas, forzadas o sinceras

Narcissa Malfoy estaba radiante, volverían a Londres, ella, su esposo, su nuera, su hijo y nieto volverían a Londres, a su hogar. Con el clima político, Lucius había sugerido quedarse ahí unos días hasta que las aguas se calmaran pero, Draco previendo por el futuro de su hijo, se negó a dejarle toda la responsabilidad a su padre, de ahí la decisión de volver a Wiltshire.

Draco y Astoria se fueron con Scorpius hace unos días para cumplir con sus compromisos en el mundo muggle, ella se había quedado con Lucius, este para seguir al tanto de los movimientos suscitados en el ministerio y ella para remodelar la mansión y hacerla un lugar más cómodo y confortable para su preciado nieto.

Es por esa razón que se encontraba en una de las más lujosas tiendas que el callejón Diagon reservaba para sangre puras de gran estatutos, justo como ella, pensamiento que Ginny Weasley no compartía.

-Se hace pasar por una heroína de guerra, pero todos aquí sabemos que únicamente veló por sus intereses- el dependiente, sus trabajadores y la misma Narcissa voltearon a ver a la chica pelirroja- usted jamás quiso salvar a Harry, solo quiso volver por su hijo el mortifago.

El dueño de la tienda no sabía que hacer o decir, ambas mujeres eran heroínas, si bien la credibilidad de los Malfoy seguía en disputa, nadie les quitaba sus órdenes de Merlín de primera clase.

-Buenas tardes- fue todo lo que dijo Narcissa antes de volver a los empleados que le mostraban diversas muestras de madera.

-¿De verdad van a atender a esta mortifaga como si nada hubiera pasado?

-Señorita Weasley, ¿busca algo en específico? ¿algo en la tienda es de su interés?- el dueño por fin se le había acercado tratando de calmar a la pelirroja, ya que la rubia mujer seguía como si nada, pero era una Black de nacimiento y una Malfoy hoy en dia, no podía ponerse a discutir como aquella chiquilla.

Ginevra bufó cruzándose de brazos

-Mi madre siempre pasaba por aquí, viendo por la ventana todas estas cosas tan... extravagantes, jamás pudo comprar nada- los empleados que no atendían a Narcissa trataron de esconderse- no es como si ahora pueda hacerlo, supongo que, ser la madre sustituta de Harry Potter no vale nada, que nosotros hayamos estado de pie durante toda la guerra tampoco vale nada, para ustedes solo cuenta el asqueroso dinero de una familia de mortifagos.

Ginny había crecido en un hogar con carencias, creyó que su suerte un día cambiaría, que al finalizar la guerra podrían tener una gran mansión como la de los malditos mortifagos, pero no, sus padres ya no batallaban por dinero y es que su papá solo trabajaba para él y Molly, todos sus hijos ya eran independientes, pero nadie ganaba lo suficiente para permitirse lujos absurdos como todas esas familias de "clase", incluso ella como jugadora de Quidditch, no tenía y sabía que jamás tendría el dinero suficiente para sustentar una vida como la de Narcissa Malfoy.

Pero el dueño de la tienda no era idiota, si, ambas eran personas importantes dentro de la sociedad mágica, pero solo una de ellas tenía dinero suficiente como para comprara toda su tienda si así lo quería.

-Señorita Weasley, le pido de la manera más atenta que, si no va a comprar nada, haga el favor de retirarse

-¡¿Te atreves a echarme?! ¿a mí? ¿si sabes que yo luché en la batalla de Hogwarts? ¿sabes quién es mi novio?, Harry Potter es mi novio, ¿te suena? ¿el niño que vivió?

Narcissa pensó en dos cosas en ese momento, la primera, que la menor de los Weasley se desmeritaba así misma, Cissa sabía poco o nada de deportes pero tenía presente que la chica pelirroja era una gran jugadora de Quidditch, suspiró resignada, debió presentarse como la mejor jugadora de aquel deporte pero prefirió hacerlo como la "novia de Harry Potter".
Lo segundo que pensó es en aquella noche hace años, cuando su adorado hijo llegó desconsolado a la mansión gritando que el maldito Potter lo había engañado con Ginevra Weasley y en ese momento solo pudo llegar a una conclusión: que Potter y la pelirroja se pertenecían, el niño que vivió y la novia del niño que vivió, dentro de si, le agradeció a la chica por alejar a Potter de su hijo, sino fuera por ella, tal vez ahora tendría a Harry como yerno y no podía pensar en nada peor que ello.

Para ese entonces, varios transeúntes, se acercaban curiosos tratando de saber que es lo que estaba pasando.

-Querida- por primera vez, Narcissa la miraba desde que llegó- no es propio de una dama gritar de esa forma.

-¿Usted que sabe?- contestó a la defensiva

-Sé que mi "asqueroso dinero" no fue una recompensa por haber participado en la guerra salvando la vida del niño que vivió- siguió paseando por la tienda señalando todo lo que le gustaba con dos chicos tras de ella haciendo las anotaciones- mi dinero se debe a parte de la herencia que me corresponde por ser una Black, a invertir ese dinero y obtener más, a ser una Malfoy y disponer de las bóvedas de mi esposo quien ha sabido mover su dinero de forma inteligente al igual que yo- no se dejó intimidar cuando la pelirroja le apuntó con la varita- sé, que cuando uno pelea una guerra, lo hace esperando el bienestar de la gente que ama, no espera una compensación económica.

-¡Es una..!

-¡Ginny!- Hermione corrió para detenerla pero ella ya había lanzado su famoso moco murciélago a la elegante dama que lo esquivó sin problema alguno mientras veía dos muestras de cortinas- ¿qué crees que estás haciendo?

-¡No es justo!

-Señor Roberts, deberá disculparme pero mi inspiración se ha ido, no puedo seguir con esto el día de hoy

-Lady Malfoy, la estaremos esperando ansiosos

-Agradezco la hospitalidad, mientras tanto espero que mis compras lleguen en el tiempo estimado y agregue lo que rompió la novia de Harry Potter.

Hermione sostuvo fuertemente a su amiga mientras la mujer pasaba tan elegante como solo una bruja de su clase podía.

-¿Qué está mal contigo? no puedes atacar a las personas así

-¡Nadie lo entiende!, los Malfoy no lucharon para salvarnos de Voldemort, lo hicieron porque sabían que estaban perdiendo, ¡no merecen todo lo que tienen!

-Cualesquiera que fueran sus intenciones hizo que Voldemort cayera, punto final y si los Malfoy quieren comprar el jodido callejón Diagon pueden hacerlo, no podemos simplemente quitarles sus cosas porque estás enojada.

La chica tenía el rostro del mismo color de su cabello, pero no agregó más, se soltó del agarre y salió de ahí empujando a cualquiera que se atreviera a cruzar su camino.

Hermione solo se disculpó y corrió tras de ella esperando que no volviera a causar un escándalo, claro que éste llegó al día siguiente en el profeta con una nota en primera plana en donde se mostraba el momento exacto en que Ginny gritaba a todos que tenía una relación sentimental con el mismo Harry Potter y la confirmación de dicha relación por parte de Narcissa.

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora