You belong with me

Fiesta

Las puertas de Malfoy Manor se abrieron al público (público selecto) cuando la fiesta en conmemoración del final de la guerra se llevó a cabo.

Narcissa había hecho un trabajo increíble redecorando la mansión, no habían pasillos oscuros o retratos malhumorados, tampoco candelabros escabrosos o muebles antiguos, ahora el lugar era más moderno, lleno de luz, se sentía un ambiente cálido y por supuesto que se podía notar la influencias muggle de Draco y Astoria, el ministro mismo quedó sorprendido al visualizar un teléfono muggle ¡En Malfoy Manor!, casi se va de espaldas al notar la enorme televisión en una de las salas.

—¿Quién diría que los Malfoy tendrían tantos aparatos muggle?— susurró el ministro cuando sintió la presencia de alguien.

—Debo decir que mi hijo y su esposa tienen mucho que ver—Lucius seguía siendo el sangre pura altanero y con modales, solo que ahora tenía un aura mucho más tranquila y hasta se podía percibir una sonrisa en los labios, nada de aquel hombre frío y desafiante de antaño—Draco y Astoria trabajan entre muggles, no tengo idea de lo que hacen pero parecen felices y los muggles les tiene aprecio.

Kingsley seguía en shock, el heredero Malfoy trabajando entre muggles, por Merlín, el mundo estaba de cabeza.

—¿Y que hace este aparato?, he escuchado que es popular entre los muggles

—Se pueden ver películas, series, documentales, de todo, a mi nieto le encanta ver esos dibujos animados y Narcissa, por Merlín, se ha vuelto adicta a esas series con medimagos muggle.

—Medicos, Lucius y al menos no me obsesiono como tú con esposas desesperadas—el rubio se ruborizó, Shelckbot tuvo la prudencia de no reir— ¿se divierte, ministro?

Kingsley asintió siguiendo la plática a los anfitriones, estaba terriblemente impresionado con el cambio de los Malfoy, sabía, al igual que todos que los Malfoy solo habían peleado por y para ellos, sin embargo, le intrigaba su nueva faceta de "amor" por los muggles, o al menos su entretenimiento ya que la pareja seguía discutiendo sobre algunos programas de los que él no tenía ni idea.

Pero lo que más le llamaba la atención era la pareja conformada por Draco y Astoria, sabía de buena fuente que el chico fue educado con la supremacía de la sangre, incluso llamó a Hermione Granger sangre sucia, en su mente no cabía la posibilidad que ese mismo chico ahora viva tan tranquilamente entre los muggles.

De Astoria no sabía mucho, solo que había sido otra chica proveniente de los sagrados 28, los Greengrass se mantuvieron neutros durante la guerra.

Le era inverosímil ver a dos chicos sangre pura tan abiertos y cómodos con la cultura muggle, ni la misma Hermione estaba al día con los avances del mundo ordinario como la pareja que se movía con elegancia sobre la pista de baile sacando algunos suspiros y miradas de admiración, envidia y ¿celos?, ¿por qué el salvador del mundo mágico veía con celos a la pareja?

Y es que Harry no podía apartar la mirada de Draco, ese quien un día le juraba amor eterno y al siguiente simplemente desaparecía de su vida.

Lo vió reír, besar y sostener a Astoria quien se corría el rumor, estaba embarazada, sintió un terrible odio por ella, le había jurado mil veces que su enamoramiento por Draco había pasado, ¡incluso se ofreció de madre subrogada!, era una maldita serpiente, ambos lo eran.

—Quita esa cara o todos se darán cuenta—susurró Hermione a su lado—recuerda que no es el plan que teníamos

Suspiró, si estaban ahí era para averiguar más de Draco y su falta de memoria, así como también de su posible paternidad, no para armar una escena de celos.

—Lo sé, pero es que... mira como la abraza, ese debería ser yo, no esa mentirosa serpiente

Hermione solo negó y se tragó sus palabras, Harry era terrible cuando se obsesionaba con algo, tristemente para ella, siempre estuvo obsesionado con Draco Malfoy y jamás salió bien.