You belong with me

Revista

-¡No vas a creerlo!- Ron interrumpió en su oficina con un más que claro tono de enojo y una revista en la mano la cual fue arrojada a su escritorio.

En la portada estaba nada más y nada menos que Draco, su Draco, después de cinco años ahí estaba, por fin lo volvía a ver, no personalmente pero era algo, lucía radiante en esa fotografía y lo que más resaltaba era la marca tenebrosa, las letras que acompañaban la imagen gritaban "nueva tendencia"

-No lo entiendo- susurró- ¿de dónde sacaste esto?

-Iba con Mione por el Londres muggles, ella se detuvo a comprar algo y entonces lo vi, al parecer y por lo que ella me explicó, Malfoy es un famoso modelo entre los muggles, es tan importante que el bastardo ha hecho de la marca tenebrosa su sello personal, ahora todos los muggles quieres copiar lo como si fuera un tatuaje para estar orgullosos, si tan solo supieran lo que de verdad significa, incluso el chico que vendía esto tenía la puta marca.

Harry río para sus adentros, si alguien podía hacer de la marca una tendencia entre los muggles, ese definitiva sería Draco.

Disimuladamente, acarició su rostro en aquella revista, no había día en que no lo extrañara, un día se había ido sin más, faltó a su cita en el pub (aunque estuvo feliz de que no fuera porque esa noche sus amigos lo habían encontrado ahí y tuvo que mentirles) y después simplemente no lo volvió a ver, sus cartas regresaban sin siquiera ser abiertas, cuando tuvo el valor de ir a Malfoy Manor, Lucius prácticamente lo había echado a patadas y maleficios, intentó por al menos otros cuantos meses, pero su búsqueda acabó cuando se enteró que los Malfoy habían dejado Londres, entonces no supo dónde buscar.

Aún no entendía porqué, todo estaba bien entre ellos, tenían muchos planes, se iban a ir juntos, recorrerían el mundo, ¡habían planeado conseguir una madre subrogada para tener una familia!

Y ahora, su chico estaba ahí, triunfando en el mundo muggle, luciendo tan apuesto y altivo como siempre.

-Jamas creí que se sintiera tan a gusto entre los muggles

-Es un maldito bastardo, pero ¿sabes qué? me alegra que ya no esté aquí- Harry se mordió el labio con fuerza para no gritarle a su mejor amigo que se callara- que le joda la vida a alguien más.

Para poder distraerse, comenzó a hojear la revista hasta llegar al artículo que hablaba de Draco, ahí habían más fotos y Harry pensó que jamás le devolvería la revista a Ron, no cuando había muchas fotos de Draco en lo que llamaban "pasarelas" y "desfile de modas"

En solo una aparecía con la camisa abierta y las mangas hasta los codos, se veía tan malditamente sexy que sintió su polla dar un brinco.

Pronto se dió cuenta que habían varias letras, de trataba de una entrevista.

-¿Ya leíste? es una entrevista

-No, solo la compré porque lo vi, de hecho fue Mione quien la pagó, yo vine corriendo para enseñarte, me enferma como ese idiota le vaya tan bien

-Sabes que al final si ganamos fue por los Malfoy, no hubiera estado vivo sin ellos.

Ron rodó los ojos fingiendo arcadas

-Si, sus mentiras nos salvaron, ¡Urra por los salvadores del mundo mágico!

-Basta, ni siquiera sé porqué te importa tanto, se fue hace años

-Ya sé, es solo qué...

-¿Lucius sigue poniendo trabas en el ministerio?- Ron asintió- si, ha sido un dolor de cabeza, ni yo me he salvado, hace un año debieron aunque sea considerarme para auror jefe, pero estoy seguro que él no lo dejó

-¡A eso me refiero! no están aquí, fueron unos malditos mortifagos, engañaron a todos y ahora el jodido ministerio está a su favor y hacen de la maldita marca un icono de la moda

Harry suspiró por milésima vez en el día, la actuación de los Malfoy en la guerra solo les dió más poder, sin duda, fueron los únicos beneficiados, los que no sufrieron grandes perdidas, los que conservaron su estatus y a su familia unida, el único precio que pagaban era el ser considerados unos mentirosos, a fin de cuentas, le mintieron al mismo Voldemort en la cara, para todos fue claro que los Malfoy solo lucharon por si mismos.

-Así son las cosas, amigo, no hay nada que se pueda hacer- dijo tirado la revista al cesto de basura más cercano para leerla más tarde

--Lo sé- el pelirrojo se levantó resignado- iré a mi cubículo, te veo para el almuerzo

Harry asintió y apenas la puerta se cerró, tomó la revista pasando rápidamente más páginas hasta dar con la entrevista.

"Estás en la cima del mundo, todas las marcas quieren trabajar contigo y se corren los rumores de que eres la nueva cara de Saint Laurent"

"No puedo afirmar o negar eso, pero es seguro que estoy en mi mejor momento, las pasarelas y desfiles se han convertido en un lugar seguro para mí"

"¿El tatuaje en el antebrazo tiene algo que ver?"

"Este tatuaje me ha dado y quitado muchas cosas en la vida, se ha vuelto un recordatorio constante de la persona que quiero ser"

"¿Y quién quieres ser?"

"La mejor versión de mi mismo, por supuesto, ser el mejor en mi trabajo, un mejor esposo, un mejor padre"

Harry saltó los ojos, ¿Su Draco tenía una familia?

"¿Cómo llevas la fama y una vida tranquila en familia?"

"Es...no diría sencillo pero tampoco dificil, Astoria se ha ganado el corazón de todos así como se ganó el mío, lo más difícil es tratar de salir con nuestro hijo, no queremos que viva bajo el acoso de las cámaras, así que, creo que es lo único que no me agrada de la fama, el no poder tener un día en familia fuera de casa"

"¿Entonces no habrá presentación del bebé Drastoria?"

"No, tendrán que conformarse con los otros proyectos que tendremos Astoria y yo"

La entrevista seguía tocando temas sobre marcas de ropa y desfiles en ciudades que Harry no conocía y realmente no quería seguir leyendo, Draco había formado una familia con la jodida Astoria Greengrass, esa que les dijo que los apoyaba en su relación y que con gusto sería la madre sustituta que querían, ahora le quedaba claro que sus palabras jamás fueron sinceras, que solo buscaba meterse entre él y Draco.

No sé dió cuenta del momento en que había comenzado a llorar, todos esos años y él jamás había buscado una pareja, nadie estaba a la altura de Draco, pero era seguro que el rubio no pensaba lo mismo.