Mamá

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Harry se sentía feliz y preocupado por partes iguales, había besado a Draco y había sido correspondido, aún podía sentir los labios finos y suaves sobre los de él, había extrañado tanto eso, pero fue ese acto el que hizo que el rubio se alejara, se sentía como al inicio, sin saber cómo reaccionar o actuar.

Habría querido ir a la mansión pero el único que respondió por chimenea fue su hijo y se le rompió el corazón al ver lo emocionado que estaba por ir a casa de los Greengrass a visitar a su madre, ese era otro factor, Astoria había sido considerada con él, sino fuera por ella, tal vez no habría podido acercarse a su hijo y la había traicionado, había besado a su esposo aprovechando su lejanía.

Se sintió terrible y completamente solo.

-¿Harry?- se levantó de inmediato al escuchar la voz de Narcissa.

-Por favor, pase, ¿le ofrezco algo de tomar?

-Estoy bien, gracias, ¿tú como te encuentras?

-Besé a Draco- dijo sin más esperando un regaño, advertencia, maldición, lo que fuera.

-Lo sé, pasé días convenciendo a Draco para que fuera su idea hacerte una fiesta, me costó mucho trabajo hacer que Pansy se mantuviera al margen y sus otros amigos no interfirieran en mis planes.

-¿Hizo todo eso? ¿por qué?

-Porque conozco su historia, sé que mi hijo nunca podría ser del todo feliz con Astoria

-Pero lo era

-Si, cuando estabas lejos de sus vidas, ahora has vuelto y mi hijo no podría vivir en esa dualidad de dormir con Astoria y pensar en ti, también sé que tú no podrías tener otra pareja, lo has intentado por años y no funcionó.

Harry asintió dándole la razón y aunque agradecía el apoyo, no podía pensar en una buena razón para recibirlo cuando fue la misma Narcissa quien le pidió no jugar con los sentimientos de su hijo.

-¿Por qué está de mi lado?

-No creí que haya lados aquí, yo solo quiero lo mejor para mis hijos

-¿Me considera..?- la sola idea le hizo sonreír, pensaba que jamás recuperaría el cariño de los Malfoy

-Desde que iniciaste una relación con Draco te consideré un hijo más, estuve bastante decepcionada de tus acciones y me cuestione si debía darte otra oportunidad pero recientemente, alguien me dijo que a los hijos se les perdona y que tú ya has aprendido tu lección, además le prometí a esa persona que nunca te volvería a dar la espalda.

-¿Quién?

-Lily Potter

Los Black tenían ciertos rituales que les permitían un solo vistazo al futuro, Narcissa no quiso gastar su oportunidad en la guerra, le daba miedo que lo que viera fuera el fin de su familia, pensó en hacerlo cuando Draco se casó con Astoria pero nuevamente rechazó la idea, pero fue la última vez que visitó a Harry que se decidió a mirar.

La visión estaba acompañada de una persona que los guiaba, para ella, fue Lily Potter.

La pelirroja le mostró un día lluvioso que no afectaba a los habitantes de la mansión, dentro estaban Harry y Draco con rasgos más maduros, también estaba Scorpius y se alegró al ver que su nieto había crecido para convertirse en un joven atractivo y elegante, pero también habían dos niñas, una de cabellos negros y rizados con un solo mechón platinado y ojos verdes, la otra era completamente rubia y con ojos verdes muy diferentes a los de la primera, por último habían dos niños que apenas caminaban y eran una réplica exacta de Harry a excepción de los ojos y la tez clara que solo podían pertenecer a un Malfoy.

Lily le había dicho que ambos serían muy felices juntos y Narcissa no pudo estar más de acuerdo al ver a la feliz familia ver una de esas series muggles recostados todos juntos en un enorme sillón.

-Prometeme que velarás hasta donde puedas por su felicidad, qué harás lo que esté en tus manos para que esto suceda, promete que amarás a mi Harry justo como amas a Draco.

-Lo prometo.

Eso le había hecho actuar en favor del azabache, le dolía que Astoria fuera dejada de lado, la chica le parecía perfecta para su hijo, pero no era lo que él necesitaba al menos no en esa vida.

-¿Pero cómo?- preguntó Harry con lágrimas en los ojos

Narcissa sonrió y se acercó a abrazarlo

-No importa como, ella me dijo que serías increíblemente feliz a lado de Draco y la gran familia que formarían, también me pidió que te dijera cuánto te ama y que tengo permitido amarte y guiarte como ella lo hubiera hecho.

Narcissa se ocuparía de amar a Harry tanto como amaba a Draco, se aseguraría de besar su frente cada vez que se despedían como lo hacía con su dragón, vería que comiera adecuadamente y lo abrazaría prometiendo que todo estaría bien.

Harry se aferró al abrazo y lloró cuál niño perdido, lloró sin importarle nada, solo quiso bañarse en esa sensación de amor maternal que le extendían, quería que alguien le reconfortara todo esos años solo.

Molly había tratado de ser una madre para él, pero su amor lo expresaba a través de ricas comidas y regaños para mantenerlos a salvo, nunca recibió un abrazo como el que ahora le era ofrecido, nunca le dió la oportunidad de llorar y ser vulnerable, nunca le cantó como ahora hacia Narcissa.

Y si en algún momento se preguntó cómo era tener una mamá, ahora ya tenía una respuesta a su pregunta, mamá era sentirse cálido y protegido, ser vulnerable y a la vez fuerte, era comprensión y caricias en el cabello, era la magia misma, como si tan solo con decir "mamá" tuvieras un hechizo de calefacción, un escudo, un revitalizante y Harry esperaba no volver a quedarse sin mamá.

-¿Estás mejor, hijo?

Se sintió tan pequeño pero lleno de vida cuando la rubia le limpió las lágrimas y trató de acomodar su cabello

-Si, mamá

Recibió un beso en la frente y se permitió sonreír.

Ahora solo debía velar por la felicidad de ambos

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora