Narcissa

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Narcissa Malfoy era una bruja respetable, elegante, inteligente, astuta y sobre todo, una excelente madre, esposa, suegra y esposa.

Cuando Draco llegó un día a la mansión de la mano de Harry Potter, solo sonrió y se mostró como la mejor anfitriona, a diferencia de Lucius, nunca le prohibió o aconsejó nada sobre los relaciones que hacía. Cuando Potter comenzó a pasar más tiempo con su hijo, Narcissa se dió cuenta de lo roto que estaba y se dijo así misma que si algún día iba a pertenecer a su familia, debía repararlo.

Pasó tardes enteras hablando con Harry, consintiendo lo con dulces y suaves caricias en su desastroso cabello, le dió su espacio cuando así la necesitaba y le enseñó una que otra cosa sobre modales y etiqueta.

Lo quiso como a otro hijo, por eso su decepción fue enorme cuando Draco llegó con el corazón roto a la mansión,  no hizo preguntas cuando Lucius le dijo que todo estaba en orden y no insistió cuando al día siguiente su hijo se levantaba como si nada, dispuesto a seguir con su vida.

Pero las dudas seguían ahí y solo aumentaron el día en que Draco le pidió empezar los preparativos de la boda porque su novia (no tenía idea de en que momento consiguió una novia) estaba embarazada.

Durante todo el embarazo de Astoria, sospechó que tal vez el hijo esperado por la chica no era un Malfoy, sus cuentas no cuadraban y solo bastaba con ver la tensa interacción entre ambos jóvenes, sabía que algo raro estaba pasando.

Pero finalmente, Scorpius era una réplica de Draco y el matrimonio creyó había sido obligado, resultó ser uno lleno de amor, entonces no quiso exteriorizar ninguna duda, si su hijo tenía una familia feliz, entonces no podía pedir más. Se concentró en seguir siendo una buena madre dando algunos consejos de paternidad a su hijo pero nunca entrometiendose de más, le brindó apoyo a Astoria y la quiso como a la hija que nunca tuvo, pero su pequeño Scorpius se llevaba lo mejor, ella podía darles dulces cada que el niño quería, le enseñaba etiqueta de forma divertida, jugaban y molestaban a Lucius, veían juntos esos programas muggles que eran tan entretenidos.

Pero entonces la tranquilidad de su familia se vió afectada apenas volvieron a Londres y el causante de todo, era el mismo niño que vivió, una vez salvado por su madre, la segunda salvado por ella misma.

Después del revuelo que causó el profeta, notó como su esposo seguía su vida sin problema, su hijo y su nuera también vivían como sino hubiera una foto de Scorpius en primera plana del profeta llamándolo el bastardo de los Potter.

En definitiva, ahora sí tendría que dar respuesta a todas sus preguntas.

Pero sabía que su esposo huiria y cambiaría el tema, Draco diría que no había nada de que preocuparse y Astoria le daría la razón.

Es por eso que se encontraba ahí, tocando la puerta de la vieja casa de los Blacks, pasó algunos días de su infancia ahí.

-¿Narcissa?- Harry estaba sorprendido de verla- por favor, pase- La bruja aceptó cortésmente maravillandose con las mejoras al inmueble, nunca lo dijo pero su tía Welburga no tenía el mejor estilo en cuanto a decoración- ¿le sirvo algo? Krecher.

El elfo casi besa los pies de Narcissa al verla nuevamente, la rubia solo pidió un té para que la criatura los dejara tranquilos.

-Nos conocemos muy bien para saber qué no estoy aquí por una visita social- Harry asintió sienriendose como un niño a punto de ser castigado- bien, quiero que me cuentes absolutamente todo lo que está pasando, iniciando por la noche en que Draco llegó completamente alterado a la mansión y no se te ocurra mentir.

La bruja tenía un semblante tranquilo que transmitía seguridad como cuando se hace una travesura y tu madre solo espera que le digas para resolverlo juntos y eso le dió seguridad a Harry, pensó que al fin tenía una aliada,

Entonces le contó todo, sin omitir ningún detalle, inclusive se permitió llorar, la rubia lo miró compasiva todo el tiempo y no lo interrumpió ni una sola vez.

Al término del relato, Narcissa estaba molesta, más que molesta, el primero en su lista era Lucius, el segundo el mismo Harry, en tercero los amigos de Draco y finalmente, Draco.

No podía creer todas las mentiras que habían estado tejiendo a lo largo de los años, quiso llorar por Scorpius y Astoria, que Merlín la ayude, hasta sintió lástima por la menor de los Weasley.

-Harry James Potter- comenzó a temblar- te abrí las puertas de mi casa, te entregué lo más preciado que tengo que es mi hijo, te traté como un hijo más y ¿haces todo esto?

-Yo...

-No, no tienes ni una excusa, fuiste un cobarde y heriste los sentimientos de muchas personas, incluidos los míos-Harry abrió la boca pero nada salió de ahí- yo te traté como mi hijo, ¿no te fue suficiente? ¿necesitabas tanto a Molly Weasley?

-Es que...

-Aún cuando tú y Draco hubieran terminado de la manera convencional, yo te seguiría apoyando, a diferencia de Molly, yo solo quiero que mis hijos sean felices, Draco era feliz contigo, Pansy lo es con Neville, Blaise con Fred, agradezco a Salazar que Theo y Daphne no me dieron más sorpresas, pero, ¿entiendes el punto?- Harry asintió con las mejillas rojas debido a la vergüenza- estoy decepcionada de ti así que más te vale actuar prudentemente para reparar todo lo que hiciste, las palabras en este punto no son suficientes.

-No sé que hacer...

-Lo primero es que aclares tus pensamientos, sé honesto con la chica Weasley, sin gritar, Harry, sin estallidos de magia, cuando logres eso, hablaremos de como establecer una relación con Scorpius de forma adecuada, no vas a poner su vida de cabeza pero tampoco le seguiremos mintiendo.

Potter asintió fervientemente, es lo que más quería, la oportunidad de poder conocer a su hijo, de abrazarlo y ser parte de su vida, se imaginaba así mismo junto a Draco despidiendolo en la estación cuando se fuera Hogwarts, eso le hizo arrugar el entrecejo

-Draco...

-Draco es un adulto y ustedes tuvieron su tiempo pero ya pasó, ahora es feliz con Astoria, así que no vayas en esa dirección, solo seguirás lastimando a los demás y a ti mismo, ¿entendiste?

-Si, sentimientos, Ginny, Scorpius, dejar a Draco- lo último no lo dijo tan convencido como quería pero Narcissa tenía razón, habían prioridades, tal vez esperaría a qué algún buen día Draco decidiera divorciarse o que Astoria muriera a los 90 y pasar mínimo una década con Draco.

-Harry...- la voz de la bruja era una advertencia

-Si, haré lo que me dijo.

-Bien, entonces me voy, tengo que cruciar a Lucius y castigar a muchos adultos que siguen actuando como niños- Harry intento no reírse por ello- y eso me recuerda- la bruja se dió la vuelta solo para dejarle al azabache las piernas de gelatina- es solo una advertencia, si sigues con tu cobardía, Voldemort no será nada comparado conmigo, ¿quedó claro?

-Si, señora.

La bruja salió sin decirle que no solo tenía las piernas de gelatina, sino que el cabello ahora era de un rosa fosforescente, detalles.

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora