Parte 17

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Buenos días.- decía la loba quien se encontraba sentada en el borde de su cama.

¿Qué pasó?- Dijo la pelinegra.

Te quedaste dormida anoche, en mi cama, y te llevé a la tuya.- Dijo Enid.

¿Que día es hoy?- Dijo Merlina.

Viernes.- Dijo Enid.

Tengo clase de plantas, Mierda.- Dijo la pelinegra.

Merlina, son las 11 de la mañana, te perdiste algunas clases ya.- Dijo la rubia.

Mierda, ¿la directora no dijo nada?- Dijo Merlina mientras se levantaba para tomar un baño.

Dijo que estaba bien, pasaba lo de tu rasguño, y yo vuelvo a clases mañana.- Dijo Enid.

Bien.- Contestó la pelinegra mientras agarraba su toalla para después dirigirse al baño.

Enid no se podía sacar el hermoso cuerpo de la pelinegra de su mente, esto le causaba tantos sentimientos y pensamientos que la volvían loca.

¿Sigues mirando? Respóndeme.- Dijo la pelinegra quien se paró en frente de la rubia.

¿Qué?- Esta volteó a verla.

Que si piensas desayunar.- Dijo la pelinegra.

Eh, si creo, iré a la cafetería por algo, ¿quieres tú algo?- Dijo Enid un poco nerviosa por la mirada fría pero tan atractiva que le daba la pelinegra.

Traeme lo que quieras, realmente no me importa.- Dijo Merlina mientras volvía a dirigirse al baño.

Enid soltó un suspiro, no quería que la conversación terminara ahí, pero ya era tarde, la pelinegra ya estaba dentro del baño.

Enid se acercó un poco a la puerta del baño, oía como la regadera estaba abierta, salía vapor por debajo de la puerta, la loba pegó su mano a la puerta, pero tocó algo pegajoso, se veía como goma de mascar roja.

Mierda, que asco.- Dijo Enid mientras se sacudia la mano.

Esta empujó un poco la puerta, la cual no estaba bien cerrada.

La loba se tropezó en un intento de cerrar la puerta con unos movimientos torpes, esta pegó su espalda con algo, estaba suave y... Definitivamente Era la pelinegra.

¿Qué mierda haces?- Dijo la más baja, mientras empujaba con sus manos a la loba quien estaba quieta, sin voltear.

Perdón, es que se me pegó algo en la mano y quería quitarmelo pero me tropecé y.- Esta fue interrumpida.

Enid, vete.- Dijo la pelinegra mientras la loba se paraba bien.

¿Puedo limpiarme?- Dijo Enid.

La pelinegra iba a hablar cuando alguien abrió la puerta de la habitación.

Señorita Sinclair, Señorita Addams, ¿Como se encuentran?- Entró diciendo la directora.

Mierda.- Dijo la pelinegra.

Merlina jaló a Enid del brazo, metiendola al baño con ella y cerrando la puerta.

Enid volteó a verla, la pelinegra se encontraba en ropa interior, esto la dejó paralizada, observando todo su cuerpo nuevamente.

No hables.- Dijo la pelinegra.

La loba estaba sudando, sus mejillas ardían, su corazón palpitaba rápidamente, sus piernas temblaban, eran muchos sentimientos mezclados, estaba nerviosa, estaba enamorada de la pelinegra, y se notaba sin decir nada.

Por otra parte la pelinegra estaba calmada, tenía calor por el vapor del baño, y veía como la loba se esforzaba para no decir nada.

Merlina, ¿Eres tú quien está ahí?- Dijo la directora, acercándose al baño.

Si.- Contestó esta.

¿Sabes donde está Enid?- Dijo la directora.

Probablemente en la Cafetería.- Respondió Merlina de inmediato.

Muy bien, si regresa dile que espero que se recupere.- Dijo la directora mientras salía de la habitación.

Salte.- Dijo la pelinegra con un tono serio.

Enid no sabía que hacer, no quería que la pelinegra se enojara con ella, pero su instinto la quería traicionar.

Por dios Enid, te estás asfixiando aquí adentro, hace calor.- Dijo la pelinegra.

Enid perdió el control de su cuerpo, y se dejó llevar por sus instintos, agarró la cintura de la más baja y la acercó a ella, sus labios estaban a centímetros.

Esto no es correcto, alejate, la directora, se lo que vas a decir.- Dijo Enid.

La pelinegra se quedó callada.

La rubia agarraba con una mano la cintura de la gótica y con la otra acercaba lentamente el rosteo de la pelinegra, juntando los labios de la pelinegra a los suyos.

De pronto algo volvió a encenderse dentro del frío y negro corazón de la gótica, era ese sentimiento de satisfacción, seguridad y confianza.

¿Quieres esto?- Dijo la loba, antes de dejarse llevar por su corazón e instintos.

La pelinegra estaba avergonzada, y no dijo nada, sus labios estaban a centímetros, la pelinegra estaba esperando a que la loba la besara, hasta que la Licántropa habló.

Olvidalo, entiendo que dijiste que todo a su tiempo.- Dijo la loba mientras soltaba a la pelinegra y abría la puerta para salir.

La pelinegra recuperó su postura y trató de ocultar el leve sonrojo que le causó la loba.

Se está gastando el agua.- Dijo Enid mientras soltaba una pequeña risa y salía del baño.

Mierda, ¿Qué fue eso?- pensaba la pelinegra mientras con sus dedos acariciaba sus labios, quería ese beso, decidió que se metería a bañar para no tener esos estupidos pensamientos.

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Ya saliste, fui por comida, yo, te traje varias cosas.- Dijo Enid con una sonrisa.

Gracias.- Dijo la pelinegra mientras se secaba el pelo con la toalla.

Que lindo es.- Dijo Enid con una sonrisa tonta.

¿Qué?- dijo la pelinegra.

Tu cabello, es muy lindo, igual que tú.- Dijo la loba, un poco sonrojada.

Enid, tus intentos de cumplidos no hacen que me olvide de lo de hace rato.- Dijo la pelinegra seriamente.

No es por eso, es solo que realmente me gusta tu pelo, como me gustas tú.- dijo Enid guiñándole a la gótica.

De verdad sentí como mi negro, agrio y frío corazón empezaba a calentarse, era un sentimiento espantoso, pero a la vez interesante, no soy fan.- Pensaba la gótica.

No he visto a Dedos en todo el día.- Dijo Enid.

Ni yo, ha de estar con Tyler.- dijo la pelinegra mientras se sentaba en su escritorio para escribir y desayunar algo.

¿A ti te gustaría tener tu cuarto un buen tiempo?- Dijo Enid.

No.- Dijo la pelinegra.- ¿Por qué lo dices?

Ya que mi mamá no me cree que me pude convertir en lobo quiere mandarme a un campamento de conversión licántropa.- Dijo Enid mientras agachaba la cabeza.

¿Y si te ayudo?- Dijo Merlina.

Creí que me querías lejos.- dijo Enid.

Si, pero te puedo ayudar.- Dijo la pelinegra.

Acaso tú te estás.- La Licántropa fue interrumpida.

¿Aceptas mi ayuda o no?- Dijo Merlina.

Si.- Dijo la loba mientras le sonreía a la pelinegra.

Ambas se la pasaron bien ese día, parecía que solo necesitaban comunicación, ambas hablaron bien, para ser Merlina Addams logró hablar bien con alguien por primera vez.

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Simplemente tú... (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora